Que en esta casa consigamos hacer algo con cierta periodicidad es casi un milagro, que sea durante dos años seguidos en estas fechas lo convierte casi en un milagro de navidad que encajaría como un perfecto final en cualquier telefilme de sobremesa. Por segundo año consecutivo nos reunimos por aquí para elegir nuestro Indie Game of the Year. Nos unimos de este modo a la inevitable sucesión de recopilaciones (tan indies entonces no seremos) que pueblan internet DESDE NOVIEMBRE. Afortunadamente un año más podemos decir que han sido doce meses excepcionales para el videojuego independiente. Nos ha costado horrores decidir entre todo lo que ha pasado por nuestras manos, y buena muestra de ello es que por aquí encontrarán 25 títulos diferentes.
Conscientes de nuestra absoluta falta de criterio hemos decidido una vez más rodearnos de amig@s para que nos echen una mano. Sean buenos con ell@s, no les increpen su decisión por redes sociales, y por favor, no les digan qué es o no INDIE. Para eso ya están nuestras cuentas. Comenzamos.Alejandro Cáceres (@alex_cbcp)(Oro) Hollow Knight
Soy de aquellos que piensan que un juego es bueno si es capaz de despertar sensaciones profundas al recordarlo. Cuando pienso en Hollow Knight me vienen tres imágenes a la mente: un denso olor a tierra mojada, una melancólica melodía y la emoción de descubrir algo oculto. Que Team Cherry haya logrado dejar semejante huella en mi subconsciente es digno de elogio, por lo que me siento obligado a otorgar el primer puesto del ranking a su ópera prima.
Hollow Knight es un conquistador nato, y es que hay pocas cosas en él que no vayan a cautivar a los fans de los metroidvania. Su estética es bella y perturbadora a partes iguales, su jugabilidad está pulida al máximo, sus combates son desafiantes y su mapeado es complejo y está repleto de secretos.
El trono de su género está muy disputado, pero aquí tenemos sin duda a un digno contendiente.
(Plata) Cuphead
Los que seguimos desde su anuncio la trayectoria de Cuphead lo tuvimos bastante claro. Hizo falta poco más de un segundo para que se instalase en nuestro corazón. Por el mismo motivo, saber de su accidentado desarrollo duele en el alma a cualquier seguidor de LO INDIE. Sin embargo, tamaño esfuerzo tuvo su merecida recompensa. Y es que Cuphead destila saber hacer por los cuatro costados. Es una obra de artesanía que enamora en lo visual y desafía en lo jugable. Un testimonio tangible de que algunos sueños se hacen realidad.
(Bronce) Little Nightmares
La sombra de Limbo es alargada. Muchos juegos han buscado emular el estilo de Playdead, pero muy pocos lo han logrado. Little Nightmares no sólo consigue estar a la altura, sino que además propone cosas nuevas.
Su mayor acierto es el de añadir la tercera dimensión a la propuesta, lo que no solo favorece a la jugabilidad, sino que le permite definir una estética cargada de personalidad. Los modelados de los personajes y los entornos parecen sacados directamente de una cinta de stop motion burtoniana.
Sin duda se trata de una aventura inmersiva y con carácter que merece situarse entre lo mejor de este año.
Ángel Luis Sucasas (@ngelLuisSucasas)(Oro) What Remains of Edith Finch
2017 ha sido el año del summum en los géneros. Zelda Breath of the Wild lo ha sido para el diseño de mundo abierto. Mario Odissey para las plataformas. Persona 5 para los juegos de rol. Y, sin duda, What Remains of Edith Finch para la narrativa interactiva. Obra maestra de principio a fin, demuestra que las complejidades de un Cortázar o un Sábato son posibles en el arte interactivo.
De los muchos momentos inolvidables que me dejó esta obra, destaco dos. Una, la escena en la bañera desde el punto de vista de un bebé, tan enternecedora como escalofriante, y valiente como pocas cosas que haya visto en un videojuego. Dos, el divagar de la imaginación de un operario que decapita peces en una cadena de montaje. De pronto, su imaginación se convierte en un juego de rol, pero seguimos obligados a continuar decapitando peces.
(Plata) Hellblade
La narrativa en videojuegos ha sido cuestionada este 2017 por su fiabilidad de cara a las ventas. Y, como suele pasar cuando se cuestiona algo, la respuesta ha venido del propio medio, con muchas de la mejores ficciones interactivas publicadas este año. Hellblade es una de ellas. Retrato psicológico como pocas veces hemos visto de una mente enferma y metáfora del ciclo del héroe inventado por Joseph Campbell. Es, además, la demostración de que el sector indie puede lograr los mismos niveles de calidad técnica que el AAA. Pocas escenas tan bellas e inquietantes he vivido este año como ese remar en un río neblinoso sobre el que se intuyen las siluetas de los ahorcados.
(Bronce) Cuphead
Cuphead es un juego que debería estar condenado al ostracismo. Es condenadamente difícil para los estándares del hoy, aunque en la época dorada de Mega Drive y Super Nintendo sería uno más entre muchas piedras que roer. Es, además, un juego retro en su diseño y mecánicas de la cabeza a los pies, calcadas y luego pulidas hasta el extremo de los juegos publicados por ese estudio extraordinario que fue Treasure. Pero, gracias a una estética incomparable, Cuphead ha arrasado en ventas superando el millón de copias. Nada está escrito para los videojuegos indies. Todos los horizontes por conquistar.
Danny Panizo (@Danny_Panizo)(Oro) What Remains of Edith Finch
Giant Sparrow no es un estudio que goce de un reconocimiento como sí lo hacen otros creadores con una experiencia similar en la industria. En este caso, estamos ante la segunda obra de un estudio que ya había llamado la atención con The Unfinished Swan pero que no había terminado de despuntar. Y es que Giant Sparrow puede que sea uno de los estudios más creativos del momento, y al mismo tiempo uno bastante irregular en sus propuestas. Al igual que en su primera propuesta, su originalidad temática y su hambre por contar historias emocionales se ven lastradas por “gimmicks” repetitivas y un ritmo dramático que tiende a flojear cuando debería estar atando el nudo.
What Remains of Edith Finch no es un título redondo, pero contiene algunos de los momentos más bellos y memorables no sólo de este año, sino de la historia de los videojuegos.
(Plata) Little Nightmares
He de decir que me ha costado colocar en este lugar a la obra de Tarsier Studios. No me gusta cumplir el perfil crítico que señala como fallo de un título no haber sabido innovar, pero en este caso fue un pensamiento latente durante toda mi experiencia con Little Nightmares.
Este título me recordaba demasiado a sus claras influencias de Playdead, algo que no es malo per se, pero que puede tender peligrosa y rápidamente en una pérdida de identidad por parte de sus autores. Sin embargo, su narrativa supone una mirada única y refrescante sobre un planteamiento jugable que cada vez se va a asociar menos con un estudio y más con un género.
(Bronce) Last Day of June
Llegados a este punto verán que este año he decidido premiar a los juegos que me han supuesto un impacto a un nivel más emocional. Aquellos títulos que se graban en la retina por mucho tiempo.
Last Day of June es un juego que comparte algunos problemas con el título de Giant Sparrow, pero cuyo final me dejó realmente impactado. Y no por un despliegue técnico o por el uso de una mecánica novedosa. La razón de que esta obra esté aquí es por haberme echo soltar lágrimas al elegir pulsar o no un botón.
Eduardo Cueto (@educueto )(Oro) What Remains of Edith Finch
Cualquier persona que me conozca sabe que si basara mis gustos sobre juegos en una taxonomía tan poco válida como la que tenemos, What Remains of Edith Finch no sería mi tipo de juego. Por suerte siempre me ha dado un poco igual, porque si me importara me habría perdido el que puede ser la sorpresa del año, y eso en un año como 2017 es mucho decir. El juego de Giant Sparrow ha conseguido hacerme sentir cosas mientras jugaba que pocos otros medios han conseguido. Saber que todos los personajes que interpretas van necesariamente a morir, y aun así enfrentarse a ello con una mezcla de resignación y alivio. Tratar la alienación en el trabajo como pocos otros juegos han hecho. Criticar el problema de las armas en EEUU sin caer en lo chabacano. Entró en mi lista de juegos que me hicieron llorar, y me alegro.
(Plata) Everything
No es fácil hablar de este juego. Quizás ni siquiera sea fácil saber si Everything es un juego o no. ¿A quién le importa en realidad? La primera reacción al ver el juego suele ser criticar que no haya animaciones. La segunda, que te explote la cabeza. Cuando arranqué el juego por primera vez lo hice creyendo que sabía a lo que me iba a enfrentar. Nada más lejos de la realidad. Han pasado varios meses y aún sigo sin saber exactamente qué pasó en esas horas que jugué. Posiblemente esa sea una de las maravillas de Everything, ser todo y nada a la vez.
(Bronce) Snipperclips
Llamado en casa el juego de recortar. Que ha sido el año de la Switch está claro. Igual de claro que Zelda es el juego que obliga a comprar la consola. Pero junto con las nuevas aventuras de Zelda y un señor de Hyrule llegaba uno de los mejores juegos de puzle actuales. Snipperclips aprovecha al máximo el concepto del híbrido de Nintendo, jugar dónde quieras y con quién quieras. Un juego que se disfruta con dos o más jugadores, en partidas cortas y que no requieren de una gran habilidad. Para disfrutar en familia.
Carlos G. Gurpegui (@gur_pegui )(Oro) What Remains of Edith Finch
Annapurna Games se ha convertido, en apenas unos meses, en una de las distribuidoras más interesantes del terreno de los videojuegos (ya lo era del cine) y se han coronado al traernos uno de los juegos más importantes no sólo de este año sino de los últimos diez años si me apuran.
What Remains of Edith Finch habla, directamente, al corazón de la propia narración y lo que representa el acto de narrar para el ser humano: su propia esencia. Porque la humanidad se piensa a sí misma a través del propio acto de contar y la manera en la que lo hacemos moldea, directamente, la realidad. Giant Sparrow fusiona en su juego realismo mágico, cómic, cine slasher, literatura pulp y epistolar con una de las relaciones entre mecánicas y narrativas más impactantes del año.
(Plata) Night in the Woods
Pocos juegos han logrado representar tan fielmente el retrato de la generación actual de jóvenes como lo ha hecho NitW. Debajo de su estética colorista y alegre se esconde una de las historias más políticas, de manera activa, del medio representando las inquietudes, miedos y deseos de una generación de jóvenes que vive en un mundo que ni los quiere ni los espera. Todo esto entremezclado con una manera de construir personajes, entornos y situaciones propias de Stephen King (misterio incluido) que termina por sustentar una sólida narrativa con un potente mensaje político.
(Bronce) Hellblade
Hablar del título de Ninja Theory es duro tal y como lo fue jugarlo a pesar de haber tenido la suerte de haber vivido, hasta el momento, ajeno al problema que representa. El trabajo del estudio británico a la hora de narrar la enfermedad de Senua a través de la repetición de mecánicas, patrones y escenarios junto con la construcción de una narrativa lineal sólida que refuerza constantemente su visión convierten a Hellblade en una rara avis contemporánea. El camino marcado por el estudio con Hellbalde puede ser, y ojalá lo sea, la válvula de escape para pequeños estudios que no terminan de encajar en los grandes presupuestos.
Isabel Cano (@IsiAngeath)(Oro) Figment
Desde que llegó a mis manos The Legend of Zelda: A link to the past he vivido enamorada de los juegos de la saga. Mi favorito siempre ha sido Link’s Awakening, por esa atmósfera de sueños, ambigüedad sobre lo que es real y lo que no y la manera de transmitir una idea dramática con tonos de humor. A partir de ahí, el reto por encontrar algo similar ha sido continuo. Anodyne había sido lo más cercano a revivir aquella sensación hasta que apareció Figment. Manejar a Rusty entre obras surrealistas, mientras exploro la mente de una persona inconsciente y escucho a enemigos cantando canciones, ha sido la mejor experiencia del año. Me ha permitido volver a sentirme como una niña y encariñarme por aquellos videojuegos que beben de los cuentos. Los personajes dibujados a mano nos acercan todavía más a esa mirada infantil que tanto necesitamos cuando somos adultos.
(Plata) How not to sink
Ya me resulta incluso extraño encontrar a una persona que no haya sufrido un ataque de ansiedad en su vida. Aún siendo algo tan personal, los medios de hoy en día nos han permitido a muchos expresarnos sobre el tema y darnos cuenta de que no estamos solos. Alberto Rico era consciente de esto y aprovechó para desahogarse sobre sus problemas con la ansiedad y permitir que otros hicieran lo mismo, creando How not to sink. Escribe sobre tus miedos y sentimiento, dispara, intenta acabar con ellos, pero, sobre todo, descansa.
(Bronce) Reigns: Her Majesty
Y en el momento en que se confirmó que Leigh Alexander estaba detrás de la secuela del maravilloso Reigns, sabía que sería un juego necesario para aquellas mujeres que estamos luchando a diario por la igualdad en el mundo del videojuego. Reigns: Her majesty es un regalo para nosotras, ya que esconde en tono de humor los clichés que más odiamos o momentos que hemos vivido, como hombres reivindicando su espacio o su día propio. Solo puedo darle las gracias a sus desarrolladores por hacerme sentir como una reina y darme un verdadero lugar de paz.
Javier Alemán (@dottorealeman)(Oro) Night in the Woods
En octubre de 2013 Scott Benson, Alec Holowka y Bethany Hockenberry lanzaron en Kickstarter el proyecto de Night in the Woods, un videojuego que se les había ocurrido interactuando en Twitter. Cuatro años después se convierte, para mí, en el indie de 2017. Tendemos a pensar que algo “generacional” tiene más que ver con sus productos y memorabilia (ahí tienen Stranger Things, Ready Player One…) pero si algo entiende bien Night in the Woods es que lo generacional es la emoción, la situación y la perspectiva vital.
Por eso, siendo eminentemente millennial en su nacimiento y en su desarrollo, Night in the Woods es generacional de verdad. Un videojuego tierno, sensible, emocionante, honesto y con una nostalgia herida y nada materialista. Es 2017 en vena, un retrato de nosotros y nuestros padres hecho con crudeza y sin ganas de pontificar. Un cuadro triste y bello de lo que somos y fuimos.
(Plata) Hellblade
Quizá Hellblade no sea (si se me ponen pejigueritas) un indie, pero arriesga tanto como uno. Y es maravilloso ver que todavía hay quien se atreve a tratar ciertos temas sin hacer caso a los estudios de mercado.
Como videojuego está increíblemente documentado y es tremendamente respetuoso con el tema que va a tratar, el del trastorno mental, que además casi nunca se ha tratado en el medio con rigor. Todo en él (¡esas voces!) está construido para hacerlo bien, y funciona, contra todo pronóstico, sin dramas ni estridencias. Emociona, aterroriza y nos deja con un poco de esperanza: en la industria y en la curación.
(Bronce) Divinity: Original Sin 2
A una parte de mí le duele decir que es el mejor videojuego de rol de los últimos años, porque esperaba eso de Torment: Tides of Numenera. Pero es que lo es. Roza la perfección en todo lo que se le puede pedir (historia, mundo, combates, acompañantes…) y además hace algo que apenas han hecho otros con tanta capacidad: respeta al jugador más que al propio juego.
A Divinity: Original Sin 2 le importa muy poco que el jugador le trampee, de hecho, le anima a hacerlo. Está tan convencido de su solidez que permite todo lo que se nos ocurra. Porque, por fin, es más nuestra historia que la de sus creadores.
Juanma Moreno (@_twinsen_)(Oro) Rain World
Videocult decidió con Rain World cambiar la naturaleza del desarrollador. Rain World deconstruye el videojuego a través de la subversión de una serie de elementos que, por defecto, siempre han permanecido inamovibles. “Esto sirve para esto” llevamos diciéndonos desde el principio del medio. Aquí no. La naturaleza del hostil universo con sempiterna lluvia es la que confiere valor a los objetos y a nuestras acciones. Somos nosotros los que determinamos el cómo, porque las reglas las impone la sociedad y no hay sociedad en lo salvaje.
Rain World juega con nuestro desconcierto sin darnos ninguna lección, simplemente se dedica a esperar pacientemente hasta que el jugador desespera o acepta su destino. Nuestro gato-babosa nunca se convertirá en un tigre. Su lugar en el mundo (en este mundo) siempre será el mismo. No se puede luchar contra los elementos, pero siempre cabe la posibilidad de adaptarse.
(Plata) Darkwood
Decía Valdano que “el fútbol es un estado de ánimo” y eso es algo que cualquiera que quiera desarrollar un Survival Horror debería grabarse a fuego. Acid Wizard se toma el tiempo necesario a través de un cold-open para llevarnos al estado de ánimo que precisan. A partir de ahí sólo tienen que continuar añadiendo leña a un fuego que parece realizado a prueba de huracanes. La propuesta de Darkwood es sólida como una roca. Su perturbador bosque parece realizada por unos Hermanos Grimm afincados en Chernóbil. Desde Silent Hill 2 no se veía nada ni remotamente parecido.
(Bronce) Night in the Woods
No hay nada que funcione mejor para el relato generacional que el regreso al hogar tras el fracaso. Cine, música y literatura llevan años explotando este cliché, por lo que tarde o temprano tenía que llegar al videojuego. Night in the Woods camina por la cuerda floja sin apenas mirar al suelo. Su propuesta es capaz de fotografiar a la generación millenial sin perder nunca de vista so concepción de videojuego. Lo que queda al final es la misma sensación que tras el visionado de Beautiful Girls o Garden State. Díganme si eso no es un hito del medio.
Luis Díaz (@ludipe)(Oro) Night in the Woods
Night in the Woods tiene mucho que contar y es tremendamente complicado resumirlo en unas líneas. Podría decir que es rematadamente bonito, que la música es una delicia o que es una maravilla a nivel narrativo, pero en lugar de eso os voy a contar cómo lo jugué. Con el teléfono desconectado, mi portatil enchufado a la tele del salón y mando en mano mientras abrazaba un cojín. Me lo acabé en tres sesiones, siendo la última la más demoledora, que me dejó tirado en el suelo reflexionando sobre lo que acababa de experimentar.
Mitad antología de realismo mágico, mitad aventura que explora muchos temas de la generación milliennial. Night in the Woods nos lleva en un viaje íntimo y personal de esos que le hacen a uno sonreír como un tonto cada vez que piensa en él.
Dadme un ranking de los últimos diez años y lo volveré a meter.
(Plata) Everything is going to be OK
Everything is going to be OK ha sido un faro de luz en este 2017. Su autora, Nathalie Lawhead, estira los límites de lo que entendemos por juego, creando algo tremendamente único y personal que enriquece el medio hasta el punto de compensar por todos los lanzamientos de blockbusters del año.
Ha sido una alegría enorme ver todo el reconocimiento que ha conseguido y el debate que se ha generado a su alrededor sobre juegos alternativos y conductas tóxicas en la comunidad. Ojalá sigamos teniendo cosas así de bonitas el próximo año, ahí lo dejo.
(Bronce) Heat Signature
Cada vez que decía que no había jugado a Metal Gear Solid V algunas personas me miraban como si estuviera loco. Tras mucha insistencia empecé a jugarlo y, aunque lo estaba disfrutando, cierto título me hizo dejarlo por completo. ¿Cómo digo esto sin que me asesinen? Heat Signature es todo lo que me gustaba de Metal Gear, usar mis gadgets e ingenio para enfrentarme a misiones imposibles, pero tremendamente mejorado y condensado.
Cada partida de Heat Signature es una aventura en toda regla, pocos juegos manejan tan bien la narrativa emergente. No dejéis pasar una de las joyas del año.
Mariela González (@Scullywen)(Oro) Night in the Woods
Rock Paper Shotgun dice de Night in the Woods que es un Sad Millenial Simulator, y creo que hay pocas maneras más acertadas de definirlo. Hasta el nombre del estudio, Infinite Fall, sugiere esa sensación de precipitarse hacia la pérdida y la nada sin encontrar asidero que impregna la vida de Mae Borowski, la protagonista. Una gata de veinte años que regresa a su hogar, un pequeño pueblo, después de haber abandonado la Universidad. Pronto se da cuenta de que ese lugar seguro que esperaba encontrar no es más que un punto gris en el mapa donde sus habitantes se limitan a sobrevivir, y es terriblemente consciente de que la vida la ha dejado atrás. Nunca una historia de animales parlantes había resultado tan dolorosa: Night in the Woods es una bomba de relojería, un título que explora la angustia existencial y el fracaso personal a través de diálogos inteligentes y afilados como cuchillos.
(Plata) Tacoma
Como en Gone Home, Fullbright nos vuelve a proponer un paseo por las intimidades ajenas, esta vez en el escenario de una estación espacial abandonada. Nuestra misión es la de recuperar los registros y reconstruir los sucesos desde una perspectiva oficial, pero son las vidas de los tripulantes las que enseguida salen a escena y adquieren el auténtico protagonismo: personajes llenos de matices que se construyen a través de documentos privados, habitaciones, movimientos y hábitos congelados en el tiempo. El estudio explora y pule su ya virtuoso uso del environmental storytelling para componer una historia intimista, con un final que es toda una oda a la esperanza.
(Bronce) Pyre
Parece mentira que un juego del emblemático Supergiant Games haya podido pasar tan desapercibido como lo ha hecho Pyre. Quizás era difícil colocarse a la altura de esa obra de arte que es Transistor, o de la agradable fábula que fue Bastion. O tal vez la mezcla de ficción interactiva y deporte resultó desconcertante para muchos. Pyre no es un juego redondo y peca de monótono en ocasiones, pero sin duda merece algo más de reconocimiento por su colección de personajes inolvidables, carismáticos desde el primer minuto, y el maravilloso y rico worldbuilding que se despliega a través de escenarios y diálogos.
Marina Díez (@Ninfa_dp)(Oro) Reigns: Her Majesty
Una reina para gobernarlos a todos. La segunda entrega de Reigns llegó hace unas semanas pisando fuerte. Si bien es cierto que la propuesta de juego es prácticamente la misma que la de su predecesor con muy pocas novedades, los textos del guión de Leigh Alexander le han aportado un valor diferencial y original tan especial que es, lo que bajo mi punto de vista, le convierte en uno de los imprescindibles de 2017 y con legitimidad más que suficiente para entrar en este ranking de fin de año. Las nuevas cartas, con una ironía y socarronería feminista desternillante harán llorar de risa frente a la pantalla mientras conseguimos sobrevivir en el trono. Nota: ser bueno con el pueblo siempre te lleva a la tumba, seas rey o reina.
(Plata) Night in the Woods
La obra de Infinite Fall nos pone a las patas de Mae, una gatita que vuelve a su casa de forma inesperada al tomarse un descanso de la universidad. Mientras nos paseamos por su universo, un Possum Springs otoñal de postal, la conoceremos en profundidad tanto a ella como a sus amigos – y enemigos – de toda la vida para finalmente descubrir que todos somos Mae y que cada uno habitamos nuestro Possum Springs particular con sus luces y sombras; así como que el fracaso no sólo es bueno sino que es necesario. Ah, también hay un misterio muy turbio que tendremos que resolver.
(Bronce) Cuphead
Siempre es un placer ver que todavía hay estudios y compañías creando obras con un estilo de dibujo clásico. Con sus más y sus menos, Cuphead, Mugman y sus jefes casi imposibles, nos han devuelto un breve trozo de niñez en forma de videojuego. La música, los dibujos, los colores, los personajes, los escenarios… todo son engranajes que encajan perfectamente para que el jugador pierda el juicio en medio de tanta belleza y no pare de darle a los botones para llegar hasta el final y vencer al mismísimo demonio.
Víctor Polo (@DesignIngame )(Oro) Snake Pass
Snake Pass convierte las concepciones preestablecidas de los plataformas rompiendo con la mecánica por antonomasia, el salto. En su búsqueda de la diversión consigue cambiar todo lo conocido por el videojugador en cuanto al uso del mando y transforma toda su jugabilidad en un aprendizaje constante. Un recorrido a lo largo de sus niveles reptando cual serpiente y comiendo los orbes necesarios para abrir los portales que nos llevarán a los siguientes mundos. Una aventura para todos donde disfrutar aprendiendo, una oda a la creatividad.
(Plata) Hollow Knight
Dentro de un género tan conocido como los metroidvania Hollow Knight es capaz de destacar gracias a una estética muy personal y transgresora utilizando un mundo conocido, los insectos, consiguiendo rodear de una magia y un aura propia de la más creativa de las historias. Quien se acerque a este título se encontrará con una historia de las de antes, de papel y lápiz donde cada enfrentamiento es una batalla entre el dominio del espacio y la distancia.
(Bronce) Rain World
En un mundo postapocalíptico donde la lluvia es sinónimo de destrucción, nosotros, una increíble criatura que se encuentra entre los felinos y las babosas, tendremos que luchar en inferioridad de posibilidades por nuestra supervivencia. Conocer por donde movernos y más importante, quien nos amenaza en todo momento, será fundamental para poder sobrevivir. Con un ecosistema donde todas las criaturas conviven y confrontan por la supervivencia Rain World se erige como el título más difícil al que enfrentarse en 2017.
Violeta Sarabia (@juevesnoche)(Oro) Far From Noise
George Batchelor ha creado una inolvidable experiencia de meditación mindfulness alejada del mundanal ruido. Far From Noise oscila entre la vida y la muerte, la serenidad y la inestabilidad, la quietud y la tensión, la inmutabilidad y el cambio, mientras se mantiene en equilibrio sosteniendo nuestra atención y haciéndonos apreciar la belleza del momento presente. A pesar de la situación de ansiedad en la que se encuentra la protagonista del juego, la fuerza de su antagonista representa una calma abrumadora que nos estimula a reflexionar acerca de la actitud que tomamos frente a la adversidad. Far From Noise es una oda a la naturaleza donde el paso del tiempo, la luz y el canto de los pájaros que bailan al son de las olas del mar se balancean al ritmo de nuestra respiración junto a la brisa del atardecer. Inspira… Espira… Inspira… Espira…
(Plata) Everything
David O’Reilly diseña un complejo mensaje audiovisual sobre nuestra conexión con el Universo, la trascendencia de lo físico y el poder de la consciencia: el todo es más que la suma de las partes. Everything se sirve del videojuego como medio en el cual poder adquirir diferentes identidades y explora esa posibilidad mística a través de las sabias palabras de Alan Watts, cuya voz nos guía en un viaje casi lisérgico siendo un martillo, una foca, un leño o una mota de polvo. Al cambiar nuestra perspectiva y mostrar que todos los seres son únicos, Everything nos enseña que no somos nada.
(Bronce) Hidden Folks
Adriaan de Jongh y Sylvain Tegroeg nos desafían a seguir la pista de diminutos objetos y transeúntes escondidos por lugares llenos de detalles y trampantojos. Hidden Folks no es cualquier juego de agilidad visual, es un reto al pensamiento lateral con toques de humor e ingenio, pues aquello que se nos pide encontrar no suele estar a simple vista sino que es preciso “rebuscar”. La interactividad y dinamismo en las pintorescas escenas de Hidden Folks hacen que destaque e incluso reinvente su género. Es tan adictivo que, una vez empieces a jugar, estás perdido (literalmente).
Zerael (@ciudadolvidada)(Oro) Thimbleweed Park
Es difícil describir Thimbleweed Park sin caer en topicazos o alabanzas desmedidas. Como píldora de nostalgia que es, toca todas las fibras posibles a los aventureros viejales que rebasan la treintena. No solo se trata de una aventura gráfica perfectamente ensamblada y refinada, es también una reflexión en clave jugable sobre la obsolescencia y la pervivencia del género. El mérito real de todo esto es que a pesar de concebirse como una carta de amor, no se deja llevar por los excesos; Thimbleweed Park no se limita a homenajear: critica y se ríe de sí misma, de la industria del videojuego, sin dejar en ningún momento de contar una historia.
En un año en el que varios nichos han demostrado ser más grandes de lo esperado, Ron Gilbert y compañía nos han regalado una criatura tan maravillosa como anómala -y por desgracia, totalmente irrepetible-.
(Plata) Cosmic Star Heroine
Los 90 fueron años dulces para el rol japonés. No en vano, surgieron un puñado de vacas sagradas que a día de hoy se siguen idolatrando. Cosmic Star Heroine remoza aquel torrente de creatividad, añadiendo varias ideas por el camino que mejoran sustancialmente la experiencia. Sin aspavientos ni idas de olla niponas, Zeboyd Games no solo ha emulado el glorioso Chrono Trigger, ha perfilado un sistema de batalla sensacional con un estilazo envidiable; perdí el interés por el género hace años, pero Cosmic Star Heroine ha sido una reconciliación tan breve como fantástica.
(Bronce) Doki Doki Literature Club!
Se han hecho muchas incursiones valientes en el terreno de la ficción interactiva. Con un poco de paciencia, se pueden encontrar verdaderas genialidades, relatos que rompen expectativas y cuestionan el significado de la palabra “videojuego”. Doki Doki Literature Club no hace nada en este terreno que no se haya intentado ya, pero se desarrolla con unos resultados muchísimo más elegantes que sus influencias más obvias. A pesar de las apariencias y de su regustillo creepypasta, hace un ejercicio brillante de narrativa jugable difícilmente posible en otro medio.
Y el Indie Game of the Year es para…Night in the Woods. La obra de Infinite Fall se erige como lo mejor de 2017 entre los aquí presentes. Su marcado carácter generacional, que en ningún momento olvida al medio al que pertenece, junto con una propuesta artística que recoge y enfatiza su discurso es razón más que suficiente como para alzarse con el primer puesto. Le sigue de cerca What Remains of Edith Finch y algo más de distancia Hellblade y Hollow Knight, propuestas muy diferentes entre sí que confirman que dentro de LO INDIE hay espacio para todo.Con esto damos por cerrado un año (otro) excelente dentro del sector independiente. Un 2017 lleno de nuevas propuestas que continúan expandiendo el videojuego como medio y que sirven como punta de lanza para que los AAA puedan recorrer nuevos caminos sin miedo.
Nosotros seguiremos por aquí, claro, así que les invitamos a que dejen su propio podio de LO INDIE en los comentarios.