A menudo se recuerda a Yu Suzuki como el artífice de Shenmue, y no es para menos; la historia inconclusa de Rio Hazuki es uno de los mejores y más revolucionarios videojuegos que cualquier aficionado al medio haya podido degustar. Quizás sea por eso que a veces olvidamos sus orígenes y el género en que siempre pareció sentirse más cómodo: el arcade. Al fin y al cabo ¿qué otra cosa podría esperarse de uno de los principales activos de una compañía como SEGA?
Sega
Artículo Al Azar
La noticia del desarrollo de este The Big Blue es lo mejor que me ha pasado en la vida desde que desbloqueé el taladro en Hotline Miami, o lo sería si el Kickstarter fuese un poco mejor, así pues, ¡Ecco el delfín necesita nuestra ayuda!
Hubo un tiempo que tener una Dreamcast era algo bueno, también hubo un tiempo en que tener una Game Cube era algo bueno. Ambas consolas fueron poco entendidas por el público masivo y no tuvieron unas cifras de ventas absurdas como algunas de sus predecesoras. Quizá es lo que tiene en común con Ikaruga. Más adelante os explico por qué.
Por favor, no hagáis el remake
¿Cómo? ¿Que estamos en 2012? ¿Que la Dreamcast lleva 9 años sin fabricarse? ¿Y qué tiene que ver eso con lanzar juegos para la consola? Eso han debido pensar desde NG Dev Team, que acaban de sacar a la venta GunLord, un nuevo título para la consola más bonica de todos los tiempos.
Facturado por Konami a mediados de 1993 (no sé exactamente cuándo llegó a mis manos, pero poco después), nos prometía ponernos en la piel de una zarigüeya que era, a la vez, caballero medieval y portadora de un JETPACK. No hace falta que a esa edad os explique que probablemente sea el mejor concepto posible para un chiquillo, salvando quizás el de "casa en el árbol con consola, pelota y prohibido el paso para las niñas".