Cómo son las ayudas al videojuego en España y cómo deberían ser
industria
Artículo Al Azar
Maravilloso. Esta bien que nos pongan así de negro el futuro de los videojuegos en Japón, pero no deja de...
En slashdot comentan un artículo que hace unos días se publicó en Gamasutra sobre el descontento general de desarrolladores, medios y usuarios finales en la industria de los videojuegos cada vez es más común. Los medios de comunicación están en medio de todo, intentando conciliar tanto a los desarrolladores como a los jugadores, pero lo que al final ocurre es que por ejemplo, desde el punto de vista del jugador, vemos puntuaciones realmente absurdas para juegos que no lo merecen, sólo para satisfacer a ciertas empresas.
Los videojuegos se han convertido en la industria del entretenimiento que más cantidad de dinero mueve en nuestro planeta. Cada vez resulta más complicado encontrar una casa en la que habiten personas menores de 40 años en la que no exista una consola o PC con algún juego comercial. Además se ha instalado una cultura en la que el videojuego no es el anticristo aunciado por algunos, o al menos parece que existe cierto tipo de videojuego que no solo no es malo sino que resulta incluso recomendable. En pocas palabras, el videojuego se ha instaurado en la sociedad y no parece que exista ningún motivo que haga pensar que parará de crecer en los próximos años. Ahora bien, ¿realmente nos gustan los videojuegos?
Es impresionante lo complicado que puede llegar a ser decidirse a comprar un juego en el appstore. 5,49 € euros me separaban de comprar la última versión de Sonic, Sonic 4 Episode II, si hubiera sido en Steam casi lo hubiera hecho con los ojos cerrados. Una vez me decidí y lo compré y sin saber que había hecho lo correcto por la desconfianza que me provocaba no haber podido probarlo en forma de demo, nunca me había enfrentado a jugar a un juego clásico de una complejidad atípica en esta plataforma. Luego tuve que explicarle a mi mujer por qué no me parecía mal pagar 5,49 € por él, y tanto ella como yo nos quedamos convencidos.
La importancia de los creadores.