Ustedes quizá no lo sepan, pero mi último año de universidad lo pasé en un hospital psiquiátrico. No como interno, claro, sino como psicólogo en prácticas, pero tenía que abrir con un cebo sorprendente. Y la verdad, lo que vi allí me sorprendió muchísimo: me esperaba un cruce de Silent Hill y Session 9, y lo que allí había era un sitio bastante aséptico, con look de ambulatorio normal y corriente. Los pacientes eran otra cosa, pero nada de camisas de fuerza ni manguerazos gélidos. Más bien deambulaban por las estancias comunes con la típica cara ausente que te deja la medicación antipsicótica o jugaban al ping-pong como si no hubiera mañana.
Porque en general la visión que tenemos de los «manicomios» está marcada por la cultura popular, las películas de medio y los videojuegos demasiado poco inspirados: lugares terribles, llenos de óxido y secretos oscuros a explorar, donde se va a pasarlo mal y poca gente sale mejor de lo que ha entrado. Y, bueno, en el fondo algunos eran así hasta que surgió el movimiento de la antipsiquiatría, que propugnaba que igual no era la mejor idea posible tener a la gente encerrada de por puta vida.
Uno de estos lugares fue el manicomio de Volterra, que llegó a albergar hasta a 5000 pacientes hasta que fue abandonado tras la «ley Basaglia» en 1978, que recibió su nombre de uno de los psiquiatras representantes del movimiento. A día de hoy pueden hartarse a verlo en webs de ruinporn. Y ahora también pueden explorarlo en The Town of Light.Poco más se sabe sobre el juego, aparte del teaser. Lo están desarrollando los italianos LKA y quiere ser acertado históricamente, con una reconstrucción fidedigna del hospital peor también de los historiales de los pacientes que estuvieron en él.
Pinta muy bien, y yo sólo pido que ese escenario tan chulo no acabe siendo usado para los sustitos de siempre y realmente nos cuente una historia interesante. Hay mucho material para ello y en otoño lo veremos en PC, Mac, Linux y hasta Oculus Rift.Página Oficial
