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Análisis: Out There – Omega Edition

Análisis: Out There - Omega Edition 1

Dentro de mí hay un señor mayor que agita el puño muy fuerte cuando ve a los jóvenes jugando con el móvil y metiendo ruido en el tranvía. Ese viejo mental, que tan bien lo haría en las tertulias televisivas de sobremesa, cohabita en relativa paz conmigo, tiñendo muchas de mis reacciones ante los elementos de más rabiosa modernidad (vines, tontos en Youtube…). Y en general me deja tranquilo con muchas otras cosas, aunque me impida mezclarme con todas esas nuevas expresiones culturales.¿Por qué les suelto este rollo sobre mí? Porque creo que es importante ponernos en contexto antes de empezar, y dejar bien claro lo difícil que me resulta entender el smartphone como plataforma para videojuegos «serios». Y sé que es puro prejuicio, porque la plataforma está llena de propuestas fantásticas, pero son cosas de viejoven, no le den más vueltas. Sin embargo, ese anciano tiene, desde hace tiempo, una pócima de juventud llamada Out There.El salto a pantalla grandeRecuerdo que mi primera partida al Out There original, en su edición para Android, fue en un trayecto de barco. Aún lleno de escepticismo inicié la aplicación, y lo siguiente que recuerdo es haber llegado al puerto como si no hubiera pasado el tiempo. Primera observación: la obra de Mi-Clos Studio, un videojuego de gestión de recursos y ciencia ficción que de cuando en cuando nos golpea con muros de texto, casi un librojuego…¡funciona en el formato móvil!Y funciona porque, a pensar de «contradecir» algunas de las esencias del juego en el móvil (no hay partidas cortas, requiere pensar mucho cada movimiento, nos da cosas que leer cada dos por tres…), es tremendamente inmersivo. Es fácil dar el salto al espacio que nos propone, con ese astronauta a la deriva que quiere volver a casa y no sabe dónde demonios está. Sin embargo, no dejaba de pensar en lo que me gustaría poder jugarlo en ordenador, y mi plegaria acabó siendo respondida con esta Omega Edition.Con ese salto a la pantalla grande llegan un montón de añadidos: el habitual remozado gráfico (que hace aún más bello al juego), más naves espaciales y especies alienígenas, más porciones de texto, nuevas tecnologías y hasta finales nuevos. Sumen las nuevas composiciones de Siddharta Barnhoorn (Antichamber, The Stanley Parable) para la banda sonora, que se unen a las ya existentes, y tendrán un viaje apasionante por delante.

Porque a partir de aquí estarán solos en la inmensidad, vagando de estrella en estrella persiguiendo una señal cuyo significado desconocen. Un punto en el lejano infinito, que servirá de consuelo ante las penurias, la escasez de recursos y la soledad más extrema. Una odisea en la que lo habitual será fallar una y otra vez, acabar a la deriva esperando la muerte cuando ya no nos quede combustible, con la nave destruida por un intento fallido de aterrizaje o boqueando buscando los últimos rescoldos de oxígeno mientras pensamos que hubiera sido mejor quedarse en el último planeta jardín que encontramos.Como SísifoEsta sucesión de fracasos, más que frenar al jugador, sirve como acicate. Al fin y al cabo, lo lógico sería que una empresa de este tamaño, en la realidad, acertase sólo una de cada mil veces. Abandonado frente al mapa estelar, el jugador ha de enfrentarse al error con cada decisión: cada salto entre estrellas es susceptible de llevarnos a un nuevo sistema con el que proveernos de combustible, oxígeno y hierro con el que reparar la nave, pero el azar y la falta de cabeza nos pueden dejar frente a una solitaria estrella de neutrones o lanzar contra planetas secos que no tienen recursos que ofrecer. BAM, siguiente partida.En ningún momento se eliminará el factor aleatorio que puede convertirnos en un cadáver flotante, pero acabaremos aprendiendo, poco a poco. Descubriendo qué elementos debemos acumular en cada parte del juego, cómo relacionarnos con los alienígenas que vayamos encontrando (fantástico el sistema para aprender su lenguaje), si cambiar de nave o no cuando encontremos una abandonada… Esas cientos de vidas despeñadas en la misma tarea sin sentido a la que se enfrentaba Sísifo valdrán para algo. Porque es muy satisfactorio irse haciendo con el control, entender la lógica de ese universo procedural al que nos enfrentaremos en cada partida.La historia de infinitos fracasos puede tener un final, aunque quizás no sea el que esperemos. A medida que aprendamos, adquiramos tecnología alienígena con la que avanzar y una mente que cada vez piensa en términos más prácticos, aumentarán nuestras posibilidades de descubrir lo que pasa en el universo y cuál es nuestro papel en él. El guión de Out There es interesante, trufado de pequeños textos que sirven para meternos más en la cabeza del astronauta y de elecciones en formato «elige tu propia aventura» que podrán ayudarnos o sumirnos aún más en la desesperación. Y la conclusión (conclusiones, ahora con los finales añadidos) no decepcionará a nadie, con un mimo por la ciencia ficción clásica que se agradece.Ayudará a hacer más soportables las largas horas de error y muerte un apartado artístico maravilloso. El universo se muestra con un esplendor capaz de capturar al jugador, con un diseño similar a los cómics pulp. Cada planeta que visitemos, habitado o no, es un homenaje a ellos, y el uso de una paleta de colores extraña hace que el escenario sea protagonista y alienígena, siempre ajeno a los colores de la Tierra a la que queremos volver; bello pero no para nosotros. Todo va en la misma dirección: el cosmos es hermoso, peligroso y fascinante, un hogar imposible para la humanidad.La carga poética de Out There es innegable, con el hombre como embajador de toda su especie enfrentándose a la inmensidad del cosmos. La desesperación de la derrota se une a la esperanza que da poder volver a intentarlo, aprendiendo de cada fallo. Pero la empresa es casi imposible y quizá no acabe como esperamos. Y en el fondo, este viaje condenado, este Sísifo espacial, es todo lo que tiene que ofrecernos: mil castigos por cada acierto en un entorno maravilloso y plagado de significado.

  1. Me lo compré el fin de semana pasado y puffff. Y engancha el jodido muchísimo, la verdad es que ha sido una compra excelente e incluso necesaria para los amantes de la ciencia ficción.

  2. el juego de verdad que está muy pero que muy bueno, para pasar el tiempo sin que te des cuenta de la hora que es,mejor imposible; solo que no he podido llegar al último final, el más lejano, despues del final señalado en rojo, quisiera que si alguien ha logrado llegar, me diga que tecnología, que nave, que «algo» necesito, pq con varias naves he probado, teniendo el plegador espacial con sus 3 tecnologías de aumento, el telescopio con su tecnologia de aumento, la tecnologia de agujeros negros que aunmenta el tango del telescópio, y aun asi, veo que llegar desde la antepenúltima estrella hasta la penúltima, requeire 105 de combustible, y las naves solo son capaces de llevar 100 a su máxima capacidad, será que unicamente a ese final lejano solo de puede llegar con la nave en forma de escarabajo??, si alguie me puede ayudar con este se lo agradeceré en el alma, ya tengo gravados los otros 3 finales posibles, solo me falta ese, Salu2
    HBO250

  3. Con gameGuardian y Titanium logre llegar a todos los finales, en la última estrella (amarilla) no hay nada, en la azul estan las civilizaciones? enemigas que si destruyes su sol serás su nuevo Dios, en la verde están los arquitectos, si llegas hasta ellos vagas en el universo y no habrá tierra a la cual volver, los arquitectos destruyeron nuestro sistema solar, si llegas al verde ahí está el cubo *mágico* inteligencia artificial, una raza pacífica y extinta que les pedirá que destruyan la estrella verde para regresar a la tierra… Facinante juego, muy buen guión…

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