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Análisis: The Samaritan Paradox

Análisis: The Samaritan Paradox 1

La aventura gráfica está viviendo una segunda edad de oro, quizás entre la primera, protagonizada por las compañías desarrolladoras LucasArts y Sierra, y la actual existan otros muchos títulos pertenecientes al género de las aventuras gráficas, pero sin duda no consiguieron nunca la repercusión pública de sagas tan conocidas como Monkey Island o Indiana Jones. En la actualidad la aventura gráfica se esconde en el ámbito de la independencia, donde están apareciendo verdaderas joyas del género como Resonance, Heroine´s Quest: The Herald of Ragnarock o la saga Deponia. Podríamos señalar culpables de estas obras, Daedalic Entertaninent, la conocida como LucasArts alemana, Wadjet Eye Games, empresa culpable del desarrollo y publicación de grandes obras como Gemini Rue o Primordia y por último, y uno de los factores más relevantes dentro de esta oleada de aventuras gráficas independientes, Adventure Game Studios. Esta última ha permitido a muchos usuarios que atraviesen la última pared y se conviertan en creadores, además de consumidores, naciendo pequeñas propuestas llevadas a cabo por tan solo una persona, como es el caso que nos ocupa.

Faravid Interactive es la empresa desarrolladora de The Samaritan Paradox afincada en Gothenburg, Suecia. Detrás de esta compañía se esconde un solo hombre, Petter Ljungqvist, encargado del apartado gráfico, desarrollador y narrativo, quien, utilizando la inestimable herramienta Adventure Game Studios, ha creado él solo el título, a excepción de la música del título, llevada a cabo por Lannie Neely. Esta es una de las características más importantes de la última hornada de aventuras gráficas, casi todas ellas están creadas por una sola persona o por un equipo muy reducido de desarrolladores. Este aspecto, que hemos tratado en esta casa en algunas ocasiones, en un ámbito realmente interesante y digno de estudio, que habrá que dejar para más adelante.

Ya dentro del juego, el título propone un entorno gráfico en baja resolución (320 píxeles) que presenta un aspecto basto y poco detallado, pero que gracias a un excelente trabajo de “pixel art” recuerda poderosamente a las aventuras de los años noventa, la principal inspiración del título. Sin duda alguna el entorno gráfico aprueba con nota y ayuda enormemente a la inmersión en la historia del título, fría y misteriosa, muy del gusto escandinavo, especialmente en sus obras policiacas y thrillers como “Los hombres que no amaban a las mujeres” o “The Bridge”, siendo la primera una clara influencia para el desarrollo de The Samaritan Paradox. La música, al igual que el aspecto gráfico, recuerda poderosamente a las obras de los noventa y cumple a la perfección con su papel, no desentona y logra una inmersión completa, realmente buena.

Dentro del aspecto mecánico el juego no innova ni intenta sorprender. Utilizando la interfaz clásica del género, “point & click” los puzles versarán en la combinación de diferentes elementos del entorno y el inventario. Con el botón derecho del ratón examinaremos los elementos y con el izquierdo los utilizaremos. Algunos se mostrarán de manera más detallada para que podamos examinarlos más de cerca. El manejo, aunque simple, resulta algo tosco por esto mismo, la extrema simpleza que permite que en muchas ocasiones caigas en el error de combinar objetos imposibles por el mero hecho de la mecánica de interacción.

Los puzles, según muchos, elemento definitorio del género, concuerdan con la historia del título. Nuestro protagonista, Ord Salomon, es un estudiante de doctorando en el año 1984, su tesis versa sobre criptología en la ficción. Por tanto, la gran mayoría de los puzles versarán sobre esto mismo, códigos y descubrimiento de las claves de estos mismos para poder continuar, de hecho los primeros cinco minutos del título son una declaración de principios del propio título.

El personaje protagonista recuerda poderosamente a otros ejemplos como George Stobbart, Ed, de Resonance, y especialmente John Yesterday, del título español Yesterday. Jóvenes investigadores que debido a sus propias pesquisas ven sus vidas envueltas en turbias historias (Yo, como estudiante de Doctorado, aún estoy esperando que un grave y misterioso asunto se cruce en mis lecturas sobre los conquistados por los árabes en el sur Mediterráneo altomedieval)

Volviendo al juego y a sus puzles, la dificultad de estos puede variar dependiendo del puzle, aunque por norma general son algo complicados en comparación a otros títulos del género y de nuevo nos encontraremos con los temidos problemas de este tipo de aventuras, la búsqueda del píxel y la resolución ilógica que pueden tenernos atascados durante horas. En definitiva, códigos, claves y combinaciones lógicas en su mayoría a excepción de algunos, que se sumergen en las combinaciones locas de sagas como Monkey Island.

Hablando de referencias y habiendo citado ya varias como las aventuras de LucasArts y Sierra, además de otros como la literatura escandinava, especialmente enmarcadas dentro del género negro, se nos ocurren dos grandes influencias que sin duda han marcado la historia del título, amen de otras muchas que también trataremos.

Una de ellas es una de las cimas de las aventuras gráficas para quien esto escribe, The Longest Journey. Utiliza el mismo sistema de puzles, complicados y sumergidos en códigos y claves, puzles lógicos, en definitiva. Pero sin duda el aspecto que más une a estas dos propuestas es su ambientación.

En The Samaritan Paradox una vez encontremos cierto objeto podremos pasar de un mundo a otro para continuar con la aventura, un mundo basado en el presente del año 1984 escandinavo y otro basado en un mundo fantástico, clara referencia a los mundos de The Longest Journey.

 Cada uno de estos mundos presenta un aspecto gráfico definitorio, más gris y ortogonal para el presente y colorido y curvilíneo para el mundo fantástico, donde pasaremos a controlar otro personaje, una joven. Claro que no esta la única referencia clara y evidente del título, sino que existen más como el cómic The Unwritten, una serie muy galardonada de Vertigo donde el hijo de un escritor comprende, de una de las peores maneras posible, que forma parte de las obras literarias de su padre, y lo que es aún peor, existe un libro perdido que resume las claves y la herencia del protagonista. Sin duda alguna una poderosa influencia para The Samaritan Paradox, como sin duda también lo son los cuentos de los hermanos Grimm.

Resumiendo, The Samaritan Paradox es un gran juego y una gran aventura gráfica, con una historia realmente fascinante que recuerda poderosamente a la literatura escandinava de género negro como las obras ya mencionadas. Los puzles, aunque complicados, son lógicos y pueden resolverse sin problemas acudiendo a la razón, sin embargo existen otros, muy pocos, que acuden a la imaginación para su resolución. El aspecto gráfico resulta ser uno de los puntos fuertes de la propuesta de Faravid Interactive, especialmente para los amantes del “pixel art” y que logra, con gran precisión, una inmersión total en el título.