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Análisis: Mars – War Logs

Análisis: Mars - War Logs 1

A veces pienso que tengo muchas tragaderas, que aguanto cualquier cosa a la que le pongan la etiqueta «RPG» y que tiendo a perdonar defectos que no perdonaría con otros géneros. O, simplemente, puede que sea un poco quijote con determinadas cosas. He disfrutado de títulos como Rise of the Argonauts, Of Orcs and Men o incluso el juego de rol de Juego de Tronos, y en los tres casos me sorprendieron los comentarios negativos sobre ellos. Con Mars: War Logs me ha pasado lo mismo, ¿estoy loco, o cuál es vuestro puto problema?

Al menos para mí, es uno de esos juegos que quieres que te guste.

Porque Mars: War Logs es puro cyberpunk, puro «Total Recall» y no lo quiere esconder. Pisa los mismos terrenos comunes en cuanto a la creación de Marte, con sus corporaciones corruptas, sus mutantes y su Resistencia. Nos presenta un planeta rojo en el que la guerra por el agua se hace interminable y estúpida, donde el hombre ha olvidado lo que es la Tierra, donde los «gremios» Aurora y Abundancia mandan a pobres desgraciados demasiado jóvenes a matarse en un eterno conflicto. A la mezcla añade una raza de mutantes que actúa como mano de obra esclava, a los misteriosos (y desequilibrados) Tecnomantes y a un protagonista que no quiere saber nada de ninguno de ellos: Roy Temperance.

Gran parte de la fuerza en el título está en el mundo que ofrece al jugador, muy lejos del space opera de Mass Effect: aquí no hay alienígenas benevolentes con tetazas, sino un Marte árido con un sol abrasador que produce quemaduras y mutaciones. Así, encontraremos el color rojo como tono predominante, y estructuras desconchadas y metal oxidado como casas para sus habitantes. El diseño es creíble y, dentro de lo que cabe, bello en momentos. Y la historia no es la típica de salvar el mundo, sino que concuerda con la sensación de hastío que transmite el entorno.

Lo curioso es que, aunque manejaremos al tipo duro con heterocromía que es Roy Temperance, no es éste el verdadero protagonista, sino un joven llamado Innocence (los miembros de Aurora tienen nombres que aluden a virtudes, como los puritanos de los siglos XVI y XVII) al que ayuda al principio de la aventura. Éste se le pegará como una lapa para evitar ser convertido en la puta del campo de prisioneros en el que están los dos; y es el que empezará a escribir el diario (war log) al que alude el título del juego. A través de Roy, Innocence aprenderá a ver el mundo y a comportarse, y de sus decisiones dependerá la actitud con la que se desarrolle. Este tipo de relación mentor-alumno no está muy explorada en profundidad en este tipo de videojuegos, la pena es que tampoco se lleva hasta las últimas consecuencias y que en el momento de ver los resultados del aprendizaje, no lo haremos.

En general la trama nos da pocas opciones a elegir, pero cuando lo hace, hay diferencias reales. Por ejemplo, las consecuencias de elegir a un bando u otro en un determinado momento serán radicalmente distintas. Por supuesto, estará también el típico sistema de moralidad, aunque en este caso se traduce en «reputación» y nos servirá, o bien para conseguir mejores precios con los mercaderes si somos buenos, o bien para tener más posibilidades de que funcione la intimidación en caso de ser unos hijos de puta. También variará el comportamiento de algunos secundarios, pero no hasta el punto de no querer tratar con nosotros si no sintonizamos con su forma de ver las cosas.

Este fallo lo cometen casi todos los RPG\’s actuales, aunque en el caso de los más grandes, se suele perdonar. Pero sí quiero recalcar lo ya dicho: hay diferencias reales de una decisión a otra, en un momento muy importante de la trama y en algunas misiones secundarias. Pasa lo mismo con los diálogos, no tendremos la típica rueda ni opciones «azul y rojas» para «ganar», sino que habrá casos en que distintas frases generen distintas reacciones. De resto, el guión tiene algunas incongruencias, pero sabe hacer que nos encariñemos con los dos personajes que soportan todo el peso de la trama, y dibujar otros secundarios interesantes que se quedan, en muchos casos, por explorar.

Porque Mars: War Logs intenta muchas veces ser más de lo que es. Se nota en el caso de la posibilidad de tener acompañantes, hablar con ellos, iniciar un romance…Algo muy típico en producciones de Bioware (que son las que se están cogiendo como estándar en el género), con la diferencia que hay entre un triple A y un juego de clase media, que además aparece a precio reducido (19,99€). El problema es que no siempre lo consigue. Las relaciones se quedan por explorar o son algo forzadas, los poblados están plagados de gente con la que no podemos hablar (salvo los que nos están para darnos misiones…). Es imposible insuflar con la misma vida un juego con un presupuesto y una proyección tan distinta, y no debería ser juzgado con las mismas bases.

Disertaciones aparte, (y mira que me gusta hablar del tema de la clase media), el videojuego de Spiders tiene más cosas que ofrecer. Por ejemplo, el combate es muy divertido y desafiante. A menos que vayamos dominando los tipos de ataque y comandos, un grupo de enemigos normales nos dará una paliza fácilmente. Tanto el sistema como el árbol de habilidades son muy similares a los usados en la saga The Witcher, con ataques, rompeguardias, esquivas…y luego distintas habilidades que podremos comprar o consumibles como granadas, balas para la pistola…Porque en Marte se lucha, casi siempre, cuerpo a cuerpo. Resulta simpática la manera de dar a entender la escasez de recursos que hay en el planeta, haciendo que luchemos con palos a los que podremos añadir una punta y un mango con distintos componentes.

Hay pocos objetos, pero el sistema de elaboración y modificación es muy entretenido, haciendo que constantemente busquemos la mejor combinación para nuestras arma y «armadura». El comercio, en vez de hacerse con dinero, se hará a cambio de viales de «fluido» (agua) que es un bien más importante aún, y podremos conseguirlo de muchas maneras, incluso matando a un enemigo y sacándole el agua del cuerpo. Poca broma con el agua, sí.

Por cerrar el tema, el uso de la «magia» en el juego está conseguido y bien llevado: no se tiene desde el principio sino que habrá que «ganárselo». No es muy desequilibrante, pero a niveles altos puede simplificar bastante las cosas en los combates, cosa que terminaréis por agradecer. Por algún lado he leído que es una copia de la biótica de Mass Effect, pero me temo que la «magia espacial» existe desde mucho antes  en la ciencia ficción que la saga de Bioware, y los poderes en este caso funcionan de manera bastante distinta.

Al final, ¿qué es Mars: War Logs? Un «juego de 19,99€» honesto, con carencias pero también buenas ideas y buenas intenciones. Si vas a estar preocupado por gráficos y valores de producción, creo que para empezar ésta no es una web para ti. Sin embargo, sí que han tenido el valor de cambiar el doblaje tras las numerosas críticas que recibió (el original era bastante malo). Juntando la trama principal y las misiones secundarias, en un solo recorrido, te dará quince horas de juego (siendo bueno en los combates). No cambiará tu vida, no hablarás de él continuamente con tus amigos y seguramente no pase a formar parte de tu panteón de videojuegos favoritos. Pero cumplirá, y esas quince horas (más lo que vuelvas a jugar) te darán una experiencia entretenida, desafiante e interesante. Y si te gustan este tipo de historias, también te enganchará.

Habiendo jugado también a Of Orcs and Men, me da la sensación de que los creadores, Spiders, son mejores fabricando mundos que contando historias. En los dos juegos cometen más o menos los mismos errores: falta de profundidad en el guión, falta de vida en las ciudades…Y sin embargo, en ambos aciertan también en lo mismo: ambientaciones diferentes e interesantes, sistemas distintos de comercio, mundos lógicos con coherencia interna. Me queda la duda de si esta dificultad en llevar sus universos a término jugable son cosa de tiempo de desarrollo, presupuesto o falta de aprendizaje, pero tengo claro que me encantaría ver un título de ellos con más presupuesto y tiempo de desarrollo. Seguro que sorprenderían.