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Análisis: 2Dark

Análisis: 2Dark 1

2DarkCríticaEl videojuego no suele tratar muy bien a sus estrellas. Hablamos de una disciplina en la que la palabra “autor” no tiene siempre buena acogida, por lo que los autores -hablando siempre del AAA- se pueden contar con los dedos de las manos. A la mayoría de los que actualmente veneran a Kojima, Miyazaki o David Cage, apenas les sonarán nombres como Jon Ritman, Dino Dini, Mathew Smith o Frédérick Raynal, de quien toca ocuparse en esta ocasión. Raynal cambió la historia del videojuego en 1992 con el lanzamiento de su Alone in the Dark, desarrollando posteriormente una de las sagas que más ha impactado a un servidor, como es Little Big Adventure. Su influencia, sobre todo en lo referente a Alone in the Dark, es prácticamente inabarcable. Hablamos del padre del survival horror y uno de los primeros en utilizar abiertamente elementos exclusivamente cinematográficos en el universo videojueguil. Este éxito, que en cualquier otra disciplina hubiese valido al autor para tener una carrera sin sobresaltos, no es aplicable al mundo de los videojuegos. Raynal lleva dando tumbos aquí y allá desde hace más de una década. Su último y moderado éxito responde al nombre de Toy Commander y data del 2000. Desde entonces, y a pesar de un BAFTA por un título para dispositivos móviles llamado bOxOn que personalmente no conocía, este Caballero de la Orden de las Artes y las Letras no ha conseguido recuperar el estatus con el que contaba hace ya más de una década. 2Dark, su vuelta por la puerta de atrás al videojuego, suena tanto a reencuentro como a despedida, aunque no me atrevo a afirmar cuál de las dos opciones ha sido tomada a propósito.Encarnamos al ex detective Smith, un tipo con una fuerte herida en el pasado que se narra con una secuencia de introducción que viene a anunciar el tono general de 2Dark, un punto intermedio entre el terror y la parodia (creo) involuntaria. A partir de aquí se nos muestra a un Smith obsesionado con la desaparición de niños en Gloomywood, una ciudad bastante jodida y que por momentos parece que va a cobrar protagonismo para irse diluyendo poco a poco en el olvido. Nuestra misión, cómo no, es rescatar a estos niños, y para ello nos embarcaremos en diferentes misiones que nos llevarán a desentrañar un misterio aún mayor relacionado con el pasado de nuestro protagonista.Si tuviéramos que definir 2Dark por “sus momentos” estaríamos hablando de un título más que notable, ya que Raynal se ha encargado de dejarnos un buen puñado de ellos relacionados tanto con alguna de las mecánicas como en situaciones concretas dentro de las diferentes misiones.«2Dark camina en paralelo por dos sendas que nunca acaban de encontrarse«Mi favorito por supuesto es el método para grabar la partida, en la que hay que combinar mechero y cigarrillos para que nuestro protagonista se eche un cigarro en tiempo real, lo cual puede significar que nos descubran en cualquier momento.  Ese anacronismo, el de reivindicar la figura del detective con gabardina y cigarro, es casi un leitmotiv en todo lo que concierne al título. El problema, y es un gran problema, es que Raynal no se encuentra en ningún momento convencido sobre sus propias intenciones e intenta picar de aquí y de allá con un resultado más bien discreto.

Los problemas comienzan por una serie de decisiones en lo que respecta a control y gestión de inventario que parecen sacadas de 1996. No sé si esto es una decisión meta-referencial, pero tengo claro que no funciona. El control de nuestro detective es problemático, debido en gran parte a que interactúa con lo que tiene delante sin pulsar ningún botón, lo que provoca una incertidumbre en el jugador completamente innecesaria, ya que muchas veces no sabremos si no estamos en la posición correcta o es que ese elemento simplemente no sirve para nada. La gestión del inventario se encuentra en la parte izquierda de la pantalla y parece no tener tope. Cada objeto ocupa una casilla y podemos utilizarlos en el escenario o combinarlos entre sí. El menú poco a poco se va comiendo la pantalla a base de columnas mientras la acción va quedando arrinconada sin que uno sepa muy bien si se trata de una metáfora sobre la ansiedad que provoca el síndrome de Diógenes o simplemente una mala decisión de diseño. Sí, el menú se puede colapsar, pero dado que se interactúa con él en tiempo real y que en más de una ocasión necesitaremos seleccionar algún elemento y utilizarlo en pocos segundos, es poco recomendable.

Pocos géneros cinematográficos se adaptan tan bien al videojuego como el giallo. 2Dark reconoce esa esencia y juega con ella a través del exceso en lo formal, con un tren de la bruja formado por un puñado de psicópatas que saltan de cliché en cliché mientras se despliega una pesadilla urbana de niños perdidos sin ninguna consistencia, ni falta que le hace. Es aquí donde Raynal se desmelena, disfruta y triunfa.«Raynal no se encuentra en ningún momento convencido sobre sus propias intenciones e intenta picar de aquí y de allá con un resultado más bien discreto«Su ejército freak es un conjunto sin sentido y completamente disfrutable que, junto con el tono naif de su apartado artístico, otorga el contrapunto necesario de locura a la triste y ABURRIDA trama de su protagonista. El problema, es que al igual que con el resto de apartados, no parece que haya un verdadero convencimiento en lo que se está haciendo. El resultado es un halo de seriedad impostada que desorienta al jugador. No se trata de la crueldad y el gusto por el gore, aunque entiendo que tratándose de niños alguien pueda tener reparos al respecto, sino de la innecesaria justificación que planea tras todo este loco carnaval.2Dark camina en paralelo por dos sendas que nunca acaban de encontrarse, haciendo saltar al jugador de una a otra sin demasiado criterio. Tan pronto estamos ante un juego de terror con una descabellada trama como pasamos a uno de investigación y puzles de una áspera seriedad. En ningún momento Raynal consigue coger las riendas de ambos elementos para otorgarles cierta coherencia, lo cual acaba penalizando duramente la experiencia. Lástima, porque la vuelta de un grande siempre es una buena noticia y no hay tantos títulos que se atrevan a asomarse donde 2Dark quiere llevarnos. Esperemos que no sea su última oportunidad.