Un periodista como yo ha de saber donde están sus límites y si no tengo un catering a la altura no hago mi trabajo. De todas formas ya he hablado con mis amigos PR de “La Casera” y se van a traer un camioncito de los suyos para que nos refresquemos el gaznate.
No es que haya perdido mi humanidad ni nada por el estilo, es que uno tiene sus prioridades, somos prensa seria y un referente en toda Europa para padres, niños, ancianos y arcángeles. Espero que en esta santa casa no me despidan por decir que me gustan más unas patatas que otras y llevar una línea editorial muy coherente.
No es que sea “antidoritos” ni un talibán a favor de las Lays serranas, pero es que desde que vi sus anuncios no hay color. Uno es 100% hostiable, el otro es Emilio Aragón y eso siempre vende.