Se nos llena la boca de indie. Todo es indie, a veces incluso muy indie. Nos tomamos la libertad de cuestionar si algo es realmente indie, y nos ponemos a valorar el tamaño del estudio, el presupuesto o si los autores llevan barba. Cualquier cosa para confirmar que esto de de lo que estoy hablando o jugando es MUY INDIE. Hemos machacado una etiqueta hasta hacerla irreconocible y buscamos indicadores que acrediten nuestras palabras.
The Slaying Of Sandy Hook Elementary es indie, por supuesto, contiene todos los elementos acreditativos del adjetivo. Lo ha realizado una única persona llamada Ryan Lambourn, tiene una fina estética y es gratuito. Sin embargo The Slaying Of Sandy Hook Elementary traspasa la frontera del videojuego para alojarse en el estómago como una herida abierta ¿Le quitamos la etiqueta indie y lo cambiamos por conceptual?
El 14 de diciembre de 2012 Adam Lanza se levantó subió al cuarto de su madre y la asesinó. Posteriormente entró en la Escuela Primaria de Sandy Hook y (Connecticut) y mató a 28 personas, 20 de ellas niños. En los días siguientes se reabrió el debate público sobre la facilidad en la adquisición de armas en territorio estadounidense. Obama insinuó timidamente algún tipo de veto en la legislación actual, mientras que los sectores afines abogaron por armar a los profesores.
The Slaying Of Sandy Hook Elementary nos coloca en la piel de Adam Lanza. Comenzaremos el juego asesinando a nuestra madre armados con cuatro tiros en la cabeza. Posteriormente cogeremos el coche y llegaremos a la escuela primeria, donde tenemos la opción de irrumpir en las aulas y comenzar a disparar a nuestro antojo. Algunos correrán y otros se quedarán paralizados. Da igual, niños y profesores son parte de nuestro objetivo durante once interminables minutos. Pasado ese tiempo sólo nos quedará terminar con nosotros mismos mediante un tiro en la cabeza.
Cuando el juego acaba se nos dará un porcentaje de acierto, el cual podemos comparar con el porcentaje real del suceso. También se nos desbloqueará otro modo llamado «Guncontrol» en el que las armas de fuego son cambiadas por katanas y la escena final varía impidiendo nuestro suicidio. Por último existe un modo llamado «Eagletears» donde todo parece igual que el principal, aunque esta vez los maestros van armados, lo que tampoco parece suponer una sera amenaza para el asesino.
Ni que decir tiene que esto ha levantado varias ampollas en algunos medios de comunicación. Sin embargo Ryan Lambourn opina lo siguiente:
Aquí estamos, un año después de los tiroteos en Sandy Hook, en los que murieron 26 personas, 20 de las cuales eran niños y no hemos sacado absolutamente nada positivo de aquello. Soy una persona que rara vez ve las noticias, pero esto la ausencia de consecuencias no deja de ser un recordatorio de lo habitual de este tipo de sucesos en las escuelas.
Ryan creció en Texas y ahora vive en Sydney, donde el uso de las armas fue duramente reglamentado a partir de un incidente en 1996 donde hubo 35 muertos. Desde entonces la delicuencia armada ha disminuido a casi niveles europeos. Su reflexión en forma de videojuego es sin duda desgarradora, pero cumple la función de poner sobre la mesa una vez más la reacciones polítcas ante sucesos de este tipo, y como no, pintar la cara a aquellos que se rasgan las vestiduras por una violencia virtual mientras miran para otro lado cuando se encuentran con la real.
The Slaying Of Sandy Hook Elementary VÍA: Indiestatik