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Shelter 3: Volvamos a llorar

Shelter 3
Shelter 3

Hace unos días salió el podcast que dedicábamos a la maternidad y paternidad en el videojuego (¡óiganlo!) y me dio mucha pena no poder participar, pero es que estaba de viaje de bodas. Esto a ustedes entiendo que les da igual, pero me van a dejar que me extienda: de haber podido presentarme a la grabación habría hablado, sin dudarlo, de Shelter 2. Del agobio y la angustia cuando se perdía una cría de lince, de lo vulnerable que uno se siente cuando ha de cuidar a criaturitas más vulnerables, de lo preocupado por el futuro de esos pequeños felinos cuando ya no esté. En definitiva: un juego duro, pero bello y empático. Qué sorpresa encontrarnos con Shelter 3 ahora.

Desde Might and Delight han querido dar una vuelta de tuerca a la mecánica del anterior, una divergencia importantísima que se consigue cambiando de especie. Porque pasamos de una mamá lince, un felino solitario, a una manada de elefantes de la que seremos partícipes. Ya no tenemos el abandono y la soledad, pero habrá otros retos a los que enfrentarse mientras pasamos el tiempo con los paquidermos de nuestro alrededor. El principal de ellos, claro, es que cuantos más seamos, más bocas tendremos que alimentar.Partiendo de la base de que ya me tienen ganado nada más ver al elefantito agarrado de su madre, me gusta mucho la idea de cambiar el foco en la que llevaba siendo la temática en los dos títulos anteriores del individuo contra el mundo. Aquí es la comunidad la que se protege, la que comparte la sabiduría de los ancianos y la que se refresca y chapotea jugando en una charca.

Pero, por dios, que no le pase nada a ningún pequeño Dumbo. Se nos va a 2020 para PC, Mac y Linux, así que hay tiempo para prepararse emocionalmente.Página Oficial