Si usted, querido lector, es español, es bastante probable que conozca a una de las mejores cuentas de Twitter de la historia. Hablo, claro, de @masaenfurecida, uno de los fenómenos de la red social en España con una capacidad salvaje para la sátira y para comprender y dibujar muy bien la idiosincrasia del español medio. Hasta el punto que cada dos por tres es capaz de jugar con los límites del humor y conseguir que gente que lleva años siguiéndole huya espantada. Este concepto, el de la masa enfurecida, es tan reivindicable en este tiempo que sorprende que lo único moderadamente parecido que hubiera aparecido en el videojuego contemporáneo fuese RIOT (por favor, que salga ya).
Pero no se preocupen, que llega una versión a la griega, lista para aplacar un poquitín mis ansias de un título con Varoufakis de protagonista.
Hablo de Okhlos, de Coffee Powered Machine. Un simulador de muchedumbres rabiosas ambientado en una Antigua Grecia en la que los indignados están un poco hartos de la casta del Olimpo y han decidido derribarla de la mejor manera posible: con una multitud de hostias viniendo de cada lado.A mí me parece una barrabasada brillante.
Los niveles se generan de manera procedural y los atributos de nuestra bola de odio se van modificando según la gente a la que reclutemos, por lo que encima tiene un componente estratégico. Y no sólo nos pegaremos con dioses, sino con todo tipo de ralea mitológica. Así ninguna partida será igual y podremos repetir nuestro matonismo heleno todas las veces que queramos.
Súmenle bonitos píxeles, una lectura irreverente de la realidad actual y golpes por todos lados y entenderán que hayan pasado por Greenlight con tanta facilidad. Sólo falta el amigo Sigfrid Soria para que esto fuera un combo ganador, pero ya sería demasiado.Okhlos
