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Long Gone Days: Desertar es para siempre

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Algún día valoraremos todo lo que han hecho programas como Adventure Game Studio o RPGMaker no sólo por el videojuego independiente, sino por el videojuego en general. Cuna de muchos de los autores que acaban poblando esta web, el set de herramientas (a priori para RPG’s) que es el segundo nos ha traído cosas tan poco roleras como Always Sometimes Monsters, To the Moon o Actual Sunlight. Eso, sin contar con el puñado de juegos de rol interesantísimos que ha generado y generará. No nos cansaremos de repetirlo: cuando más se democratiza el desarrollo (y eso incluye facilitar la programación con este tipo de «atajos»), más ganamos los usuarios.

Miremos el caso de Long Gone Days. La chilena Camila Gormaz lleva la friolera de doce años trabajando en él, dándole forma a la idea, creciendo con los personajes, puliendo la historia… hasta que en 2015 se puso a trabajar para llevar su sueño a la realidad. Un RPG de ambientación actual, pero de marcada influencia distópica (más actual aún) en el que encarnamos a un desertor. Un soldado del ejército de la nación que se ve obligado a desertar tras conocer la realidad de lo que está pasando en el que era su mundo seguro y apacible.

Además del obvio cuidado a la trama y a los acompañantes del protagonista, Long Gone Days tiene un par de sistemas interesantes que aportar. Por un lado, además de los combates (frontales y por turnos, a la antigua usanza), añade una serie de enfrentamientos como francotirador, una medida de la moral del grupo a la que estar pendiente o la necesidad de llevar en nuestro equipo a traductores para cuando tengamos que hablar con personajes que no dominen nuestro idioma.

Quizá lo que más me gusta sea la idea de hacerlo lo más actual posible, que no suele ser lo normal cuando se elige una estética tan japonesa. Soldados huyendo de la guerra. Si les llama la atención, pueden probar su demo ya, disponible en la web que tienen más abajo.[

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