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Little Orpheus: The Chinese Room se pasa a la serie b

Viaje al rojo centro de la tierra

Little Orpheus: The Chinese Room se pasa a la serie b 1

Kevin Connor es uno de esos directores artesanos que se ha labrado una carrera sacando adelante películas la más de divertidas con cuatro perras. Su predilección, al menos en los inicios de su carrera fueron los viajes a remotos lugares en el centro de la tierra. De ahí nacen The Land That Time Forgot, At the Earth’s Core o The People That Time Forgot, tres fantásticos de serie b que te apañan una tarde de domingo sin despeinarse. Little Orpheus recoge ese legado y se lo lleva a 1962, en medio de una Guerra Fría en la que Estados Unidos y la Unión Soviética luchaban por conquistar la luna, sin prestar atención al lugar donde verdaderamente se encontraba lo importante: el centro de la Tierra.

Es el año 1962 y la NASA intenta poner un hombre en la luna. En un remoto rincón de Siberia, un cosmonauta soviético se dirige en la otra dirección. El camarada Ivan Ivanovich se deja caer en un volcán extinguido en su cápsula de exploración, la Pequeña Orpheus, para explorar el centro de la Tierra. Rápidamente desaparece. Tres años más tarde reaparece afirmando haber salvado el mundo. También ha perdido la bomba atómica que alimentaba a la Pequeña Orpheus. Le llevan a un búnker de alto secreto en las profundidades de los montes Urales para que el temible general Yurkovoi le interrogue, un hombre tan temible que ni Stalin le invita a una copa. El general se arremanga, mira a Iván con una mirada acerada y le dice: «Así que… ¿dónde has estado camarada? ¿Y dónde está mi bomba?» E Iván le devuelve la mirada y le dice «Bueno General, puede que no se crea lo que me ha pasado, pero haré lo que pueda. Porque sucedió así…»

Little Orpheus tira de elementos asentados dentro de otros plataformas cinemáticos como Planet Alpha, que no es otra cosa que proponer una serie de escenarios locos con los que maravillar al usuario mientras este avanza dando saltos y resolviendo pequeños puzles. Una fórmula contrastada que se ve reforzada por la ambientación durante la Guerra Fría, lo cual le otorga un puntito de serie B donde caben paisajes helados, naves espaciales y por supuesto dinosaurios. Quizás lo más sorprendente es que detrás de Little Orpheus se encuentra nada menos que The Chinese Room, creadores de Dear Esther o Everybody’s Gone to the Rapture, entre otros, dejando aparcada por el momento su devoción por esa narrativa de lo pasado para, al igual que el protagonista de su aventura, adentrarse en un terreno por ahora inexplorado.

Little Orpheus se encuentra disponible en Apple Arcade (¿se acuerdan?) desde el pasado 12 de junio. No obstante, su salida para Windows está prevista para algún momento de este año, y mucho me extrañaría que no acabara llegando al menos a Nintendo Switch.


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