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Análisis: Killzone 3

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A pocos les gustaría estar en el lugar del estudio holandés Guerrilla. El recibimiento del primer Killzone  a finales de 2004 para Playstation 2 fue un lanzamiento un tanto volátil y precipitado. Era un gran título, sin ninguna duda, con unas ideas bastante originales como el poder controlar a un grupo de soldados diferentes entre sí, así como su peculiar ambientación de ciencia ficción donde predomina el gusto por la estética oxida. Su problema fue que irrumpió en un mercado que esperaba encontrarse con el adversario definitivo de Halo de Microsoft, esperando que la exclusiva de Sony pudiera dejar a la saga de Bungie en paños menores. En cambio resultó ser sólo un buen título, cuyo recibimiento fue de lo más frio e irregular debido a unas expectativas que le hicieron demasiado daño.

Meses más tarde, cuando Sony anunció en el E3 del 2005 su Playstation 3, Guerrilla extasió a todo aficionado a los videojuegos con la presentación de un impresionante video que anunciaba Killzone 2. El recibimiento del video fue uno de  los sucesos más polémicos que nunca hayamos visto en el sector, con una ingente horda de detractores que afirmaban que la calidad gráfica vista en ese video era imposible que pudiera realizarlo una consola. El tiempo pasó y se tardó mucho tiempo en saber algo nuevo del ambicioso proyecto de Guerrilla. Cuando éste volvió a la luz, sus creadores holandeses demostraron que se trataba de uno de los proyectos más ambiciosos y más magnánimos que se hubieran realizado, con una calidad gráfica sin precedentes que superaba a lo visto en el polémico video.

Con una competencia de mercado atroz con la proliferación de la saga Halo o la de Call of Duty, Guerrilla Games lanzó, en exclusiva para Playstation 3, Killzone 2 en febrero de 2009. Volvió a tener unas críticas por parte de la prensa muy variopinta. Unos afirmaban que era únicamente el Shooter por antonomasia en cuestión gráfica, mientras que otros también se enamoraron de su jugabilidad, pese a decantarse por un desarrollo encriptado y guionizado siguiendo las tendencias de los shooters actuales. Este servidor se posicionaría en el segundo grupo, pues habiéndome gustado la primera entrega, he de decir que Killzone 2 me sobrecogió. Sin ofrecer nada nuevo en el horizonte, se convirtió en una alternativa perfecta a los Call of Duty, junto con su marcada ambientación de ciencia ficción. Era variado, espectacular, oscuro, violento, épico… únicamente fallaba en su historia, un fallo endémico en todo el género hoy en día. Incluso su primera parte le superaba sobradamente en ese aspecto, pese a que tenía momentos bastante potentes en su trama gracias a un par de giros inesperados.

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Con tan solo dos años de diferencia, Guerrilla lanza su tercera entrega intentando completar el círculo de su mítica saga e intentando paliar los defectos que ha ido arrastrando a lo largo de su creación. La trama se sitúa justo donde la dejó la segunda parte, con todo el equipo de la ISA atrapado en el planeta Helghan, sin ninguna posibilidad de huir y acosados sin descanso por los Helghast que planean dar una enorme ofensiva en contra de la humanidad para erradicarla en su totalidad.

Volveremos a encarnar a Sev, el protagonista también de la segunda parte, de nuevo acompañado por Rico (el único personaje que aparece en toda la trilogía) en un conjunto de niveles donde principalmente iremos avanzando cubriéndonos ante cualquier elemento del escenario mientras vayamos eliminando a los Helghast mientras se va desarrollando la historia mediante impresionantes secuencias de video que nos van acercando a la ¿Conclusión definitiva? de su trama argumental. Dicha trama, por desgracia, vuelve a caer en los mismos errores que su antecesora, mostrándose demasiado predecible, plana y prácticamente anecdótica. En este caso, el problema es quizá aún mayor pues se supone que nos acercamos al desenlace definitivo de su historia, la culminación de la historia de Killzone… y francamente deja mucho que desear, pues se ausentan todos los elementos necesarios para conseguir una trama redonda. Le falta épica, emoción, un antagonista a la altura, mayor profundidad en las motivaciones de los personajes… Todo termina siendo demasiado superficial pese que Guerrilla intente mostrarnos para la ocasión una serie de conflictos internos entre la cadena de mando de los Helghast, donde cada uno ambiciona el poder, mientras se trata de humanizar a los soldados de la ISA, cuya única aspiración no es la de acabar con los Helghast, sino el de regresar a casa. Las intenciones son originales y muy buenas, pero por desgracia, no han sido aprovechadas como se hubiera deseado, dejándola como la peor entrega a nivel argumental. Incluso la segunda parte se lucia mucho más con algunos momentos verdaderamente intensos y dignos de recordar que nos metían de lleno en el papel. En este caso, pocas aspiraciones y motivaciones tendremos debido a una falta de emoción y a una meta no fijada como desenlace de la saga, dejándonos siempre ajenos ante una historia cuyo desarrollo avanza siempre hacia la incertidumbre sin un objetivo claro.

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Sin apenas haber cambiado el desarrollo en esta tercera entrega, ésta se mantiene todavía a muy buen nivel y sólida. Continua siendo una gozada jugar a Killzone, donde predominan las luchas encarnizadas contra ejércitos Helghast mientras estamos acompañados de nuestro ejército, principalmente de Rico, que nos respaldarán en las numerosas batallas. Como era de esperar, y teniendo en cuenta la segunda entrega, la IA enemiga vuelve a ser excelente, con un comportamiento y reacciones muy diversas por parte de los Helghast dependiendo del contexto, actuando siempre de forma muy racional. Lo mismo se podría decir de la IA aliada, pues se muestra realmente útil y competente en aniquilar a nuestros enemigos durante las innumerables escaramuzas.

Guerrilla tampoco ha escatimado recursos en ofrecernos interesantes novedades, principalmente enfocadas a un mayor uso de armamento, vehículos y otras herramientas tecnológicas. Se ha ampliado el arsenal, como el uso de un arma con misiles teledirigidos. Sin embargo, y siguiendo la estela de la saga, su lineal desarrollo no nos permite mucha libertad o autonomía a la hora de avanzar y de hacer frente a las numerosas situaciones que nos encontremos. Sabremos perfectamente en todo momento qué arma nos será más conveniente usar según la situación que nos encontremos, a saber, el arma anteriormente mencionada, un rifle francotirador o meternos a eliminar Helghast con nuestras ametralladoras. No únicamente encontramos mayor diversidad en el armamento, sino que en momentos determinados, gozaremos de una especie de mochila propulsora que nos permitirá elevarnos en escenarios algo más abiertos mientras acabamos de una forma totalmente nueva a nuestros adversarios, pasando incluso por pequeñas fases de plataformas. Aunque se trate de momentos puntuales, es de agradecer la incorporación de dicha herramienta, permitiéndonos afrontar las batallas de un modo más abierto.

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Guerrilla, influenciada por los numerosos títulos del género, tampoco ha dudado en implementar fases donde iremos a bordo de un vehículo bípedo desde el cual deberemos causar la mayor destrucción posible, así como fases donde iremos a bordo de un vehículo donde únicamente deberemos disparar  según avanzamos como si estuviéramos ante un shooter sobre raíles.

No hay nada nuevo en lo que nos ofrece el estudio holandés. La mayor parte de las situaciones, por no decir todas, ya las habremos podido vivir en otros títulos. Sin embargo, es digno de mención la enorme variedad en su desarrollo, haciendo que ninguna situación se repita teniendo así un desarrollo de lo más ameno y trepidante. No hay cabida para la monotonía o el aburrimiento en Killzone 3. Sin embargo, como ya se ha remarcado, pese a tratarse de una experiencia enormemente sólida, la familiaridad de todas las situaciones hace que en ningún momento gocemos de un nivel de intensidad o de inmersión remarcables, aspecto que sí que sucedía en su segunda entrega. Y es que parece que Guerrilla concentró muchísimos esfuerzos en Killzone 2, y aquí da la impresión que han cogido demasiado confianza con su recibimiento, pues hay una clara actitud de comodidad y de conformismo, sin apenas aportar nada nuevo y substancioso que sea digno de mencionar. En pocas palabras, jugar a Killzone 3 es mucho más que divertido, acompañado de un ritmo trepidante, pero lejos de la maestría marcada en su segunda entrega debido a un ejercicio en intentar parecerse a la competencia incorporando situaciones de lo más variadas, eso sí, pero en absoluto novedosas en este género ya tan explotado. También es de agradecer la posibilidad de jugar el juego en modo cooperativo, aunque sea sólo a pantalla partida (a mi ya con eso es suficiente). La pega es que no se nos puede unir el jugador en ningún momento, sino que si la jugamos en solitario, deberemos finalizar la campaña en solitario.

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Otra de las novedades que no se puede pasar por alto, y es quizá una de las incorporaciones más significativas es la posibilidad de usar el periférico Playstation Move para controlar el personaje. Lo cierto es que Guerrilla ha realizado un trabajo sobresaliente es la inclusión de dicho control, respondiendo perfectamente bien pese a que no sea tan preciso. Muchos detractores dirán que el control no es nada novedoso, pues no dista de los controles que vemos en los shooters de Wii, sin embargo, se agradece disfrutar de este tipo de control con unos gráficos en alta definición, por lo que para aquellos que dispongan de dicho periférico, vale la pena la experiencia.

También se ha lanzado un dispositivo llamado Sharp Controller que recuerda muchísimo al Wii-Zapper de la consola de Nintendo. Habiendo jugado toda la campaña con el Sharp Controller, decir que es una herramienta que ayuda a que la experiencia sea mucho más inmersiva. Aunque no es imprescindible su uso, y es recomendable que aquellos interesados en el plástico, antes lo prueben, pues exige un esfuerzo por parte del jugador para adaptarse a los controles que no todos estarán dispuestos. Otra lacra sería su peso, pues llega a cansar al cabo de un rato. Pero para aquellos que se acostumbren gozarán de una experiencia muy inmersiva y  gratificante.

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Donde sí que se han esmerado más es en el modo online. Si en Killzone 2 únicamente podíamos escoger un rango, aquí tenemos a todos disponibles des del principio. Ahora además, dependiendo del rango, dispondremos de una serie de habilidades especiales y únicas. Dichas habilidades se desbloquean con la experiencia que adquiramos, que también sirve para subir nuestro rango. Por otra parte, pese a que no haya una cantidad ingente de mapas, estos se muestran muy variados, en la misma temática que el modo campaña.

Si indagamos en todo su apartado técnico. Killzone 3 se podría definir como todo un mastodonte tecnológico, una increíble bestia parda que incluso va por delante de su predecesora en no pocos aspectos. Gráficamente, lo cierto es que sigue siendo impresionante. El motor se ha pulido bastante aunque no se encuentra una mejora significativa pero es que prácticamente no le hacía falta. Killzone 3 mantiene su nivel en proporcionarnos un espectáculo visual sin precedentes sin que apenas se resienta el motor gráfico, que únicamente sufrirá alguna pequeña ralentización puntual con algún cambio de escenario. Cosa que puede deberse, en parte, a que el juego no admite instalación en el disco duro de PS3.

También se agradece que en esta ocasión nos encontremos con Helghast de diferentes rangos, perfectamente reconocibles debido a su vestimenta y forma de moverse. Todos los modelos de personajes, ya sean de los protagonistas como de nuestros adversarios lucen verdaderamente bien con un trabajo de animaciones exquisito. Por no hablar del armamento y de los vehículos. Todos gozan de un nivel de detalle y de animación sobresaliente. Como era de esperar, vuelve a lucirse en su peculiar efecto de luz, aunque en menor medida debido al contexto de los escenarios. Y es aquí donde encontraremos la mayor diferencia con el resto de la saga. Si en las anteriores entregas predominaban los escenarios oscuros, mugrientos y polvorientos plagados de óxido desgastado, Guerrilla, en un intento de diversificar toda la campaña, también ha llevado a cabo un laborioso trabajo en ofrecernos escenarios y entornos mucho más variados. Pues aparte de los mencionados, que se reducen muy significativamente en esta tercera entrega, dispondremos de paisajes nevados así como entornos selváticos de enorme frondosidad. Es un aspecto muy difícil de abordar, pues pese a que todos los escenarios son enormes y presentan un excelente acabado. Los seguidores más puristas de la franquicia (servidor incluido) encontrarán que el título ha perdido carisma y personalidad al alejarse de aquellos entornos con los que siempre se ha reconocido esta saga.

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Si algo podía superar el apartado gráfico del título era su apartado sonoro. Killzone 2 se coronó en su momento como uno de los juegos de la historia con mayor potencial sonoro. Killzone 3 sigue los mismos pasos que su predecesor en ese aspecto, y no decepciona en absoluto, más bien al contrario, pues aún posee capacidad para asombrar. Es increíble el repertorio de sonidos que nos encontraremos en cada batalla, y no únicamente de los disparos de cada una de las armas, sino de explosiones, del clima, de maquinaria… Un trabajo soberbio. Jugar a cualquier título de esta saga con un buen equipo de sonido es una experiencia increíble.

Como es habitual en Sony, el juego viene completamente doblado al castellano. El doblaje en sí es bastante solvente, pues todos los actores realizan un trabajo bastante creíble. Sin embargo, es notorio un mayor esfuerzo y credibilidad según qué voz, sin contar que hay algún que otro personaje que no tiene un doblador adecuado para su personalidad. Pero todo ello no impide poder disfrutar el juego completamente doblado, pese a que es, en ciertos aspectos, mejorable. La banda sonora, por su parte, se presenta muy solvente, destacando un par de temas realmente buenos. Pero está lejos de ser tan espléndida como sus entregas predecesoras, donde hacían un mayor hincapié en los coros enfatizando mucho más en la crueldad de la guerra  y en la épica que en  la vertiente dramática que desprende esta tercera  parte.

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Siempre es complicado contentar a las masas, de ahí el mayor problema al que se ha enfrentado Guerrila Games en realizar esta tercera parte. Killzone 3 es un grandísimo shooter, con una calidad intachable. Pese a ello, está lejos de ser magistral, sobre todo después de la sorpresa que supuso para este servidor su segunda entrega, que sí que rallaba la excelencia, pese a que habrán muchos usuarios que no compartan esta posición. Para gustos los colores… Quizá sea por la exitosa acogida de su segunda entrega, Guerrilla Games se ha confiado y acomodado demasiado, pues su modo campaña ha perdido la fuerza que antes poseía. La historia sigue siendo tan anecdótica como siempre, pero aquí el problema erradica es que en ningún momento hay un objetivo claro o un McGuffin con un fin o una meta. Simplemente avanzamos sin un fin determinado. Dato imperdonable sí tenemos en cuenta que hablamos de un tercer episodio de una saga ya consagrada. Le falta épica e intensidad, aspectos que poseía su entrega predecesora.

En un intento de contentar a todo tipo de jugadores, acción loable, pero no siempre la más certera, se han incluido escenarios muy diferentes entre sí, sacrificando la peculiar estética que siempre se le distinguía a esta saga, despedíos del oxido mugriento y de zonas desérticas y polvorientas. Del mismo modo, encontramos situaciones generosamente variadas, pero ya vividas en otros títulos, hacen que Killzone haya perdido toda señal de identidad y de distinción. Esta lacra se vive en muchos momentos, pues hay una estructura muy desequilibrada. Empezando muy fuerte al principio y apagándose poco a poco hasta llegar a unas fases finales demasiado insulsas y carentes de emoción. Sin embargo, no cabe duda que sabe ofrecer diversión de la buena, solapada de un espectáculo audiovisual sin rival alguno. Tampoco podemos pasar por alto las novedades en las armas y la mochila propulsora, así como el nuevo modo cooperativo (ya iba siendo hora), así como la opción de jugar con el Playstation Move, aspecto que este servidor recomienda encarecidamente sí se posee el periférico. El modo online se muestra muy sólido, pero lejos de los grandes referentes del género. En pocas palabras, el shooter exclusivo de Sony es un juego muy notable y de diversión garantizada, pero es probable que los seguidores más acérrimos de la saga se sientan decepcionados. Killzone 2 era mucho más Shooter.

Lo mejor: Desarrollo trepidante y muy variado. Increíble espectáculo, tanto visual como sonoro, si tenéis un 5.1 os lo pasareis de miedo. Novedades bien recibidas, como la inclusión de nuevas armas y gadgets. Genial uso del Plastation Move. Modo Online reforzado.

Lo peor: Campaña más corta e inferior a la de la segunda parte. Desapareció el efecto sorpresa. Pérdida absoluta de identidad por querer contentar a tantos usuarios posibles. Desequilibrio entre fases, unas son para quitarse el sombrero, pero otras… incluso algunas sólo son realmente disfrutables con el Ps Move.  Se nota que Guerrilla se ha confiado demasiado…