Análisis: Alpha Protocol

Análisis: Alpha Protocol 2

Hay muchas razones en este mundo para amar a Obsidian, esa carismática compañía que hasta hace nada se dedicaba a facturar secuelas de juegos de Bioware. La primera, venir de Black Isle e Interplay (hola Fallout y Planescape: Torment). La segunda, Fallout: New Vegas. La tercera, Knights of the Old Republic II (desafío a un duelo a quien diga que no es un juegazo, a pesar de haberles obligado a sacarlo antes de tiempo). Y la cuarta, debería ser esta nueva franquicia que inician, que es su primer juego no-secuela.

Si uno entra a Metacritic verá que tiene notas bastante dispares, la mayoría tirando a la baja. A mí no me parece que merezca tan malas notas y he decidido daros una opinión realmente válida sobre lo que es el juego: la mía.

Alpha Protocol es un juego de acción con muchísimos elementos de rol, uno de esos RPG’s de nuevo cuño à la Mass Effect. En él se nos propone seguir las andanzas de Michael Thorton, un agente que acaba de ser recultado por la organización ultrasecreta de la que recibe el juego su nombre. A partir de aquí, tenemos por delante unas 15 horas en las que tendremos que desenvolver la trama del juego y evitar que las cosas se salgan de madre.

Empecemos por lo peor: los gráficos. No son malos, pero son un poco reguleros, y probablemente esto hará que mucha gente lo haya descartado, al igual que pasó con Rise of the Argonauts. De hecho, las similitudes con ese juego son varias, y las retomaremos más adelante. En este sentido, el juego pierde mucho en las distancias cortas, con animaciones un poco toscas en los personajes, desde el movimiento hasta las animaciones faciales, que si bien las hay, no están del todo bien implementadas. Ya en la parte del diseño artístico y los escenarios no habrá tanta queja, destacando algunos de los pisos francos que ocupará el personaje y partes concretas de algunas misiones con localizaciones muy a la altura.

Por suerte, la idea del juego no era ofrecernos unos gráficos AAA como punto fuerte, sino que tiene mucho más que aportarnos. Para empezar, una trama muy interesante en la que nada es lo que parece, al nivel de cualquier película popular de espías. De hecho, es tan complicada de desenrollar, que probablemente tendremos que pasarnos el juego varias veces para llegar a comprenderlo todo. En este sentido nos encontraremos con conspiraciones globales, dobles agentes, empresas armamentísticas, mafiosos de distinta índole…Y con todos ellos podremos tratar de muy distinta manera en cada partida.

Nada más comenzar podremos elegir la clase de personaje: soldado, ingeniero o espía. Esto nos  permitirá abordar los escenarios de acción (la mayor parte del juego) de distintas maneras. Desde el enfoque de ir cubriéndose y matar a todo lo que se mueva hasta el de intentar no ser visto ni matar a nadie. Habrá habilidades para todos los gustos, desde una de sigilo hasta una para cada arma (pistola, subfusil, fusil y escopeta), pasando por la típica para incrementar los puntos de vida o mejorar los objetos.

A estas clases de personaje se añade una más (“independiente”) que nos permite poner los puntos como queramos, y dos opciones para nivelar el juego: una llamada “recluta” que hará que empecemos sin puntos en nada (recién reclutados) y otra llamada “veterano” que se activa tras acabar el juego como recluta. Ambas tienen en el prólogo sus propias opciones de diálogo. Finalmente, en un punto del juego podremos “especializarnos” con otras tres clases, que no son más que la progresión “tocha” de las tres básicas. A este sistema se le añaden una serie de bonificaciones a las habilidades (como las de los Fallout), que ganaremos cumpliendo objetivos, tratando a la gente de determinada manera o a base de realizar gestas (nosecuántos disparos a la cabeza, por ejemplo). En las misiones, además, tendremos un “coordinador” que nos ayudará por radio, que también nos aportará una bonificación que dependerá del que elijamos y de si le caemos bien o mal.

Hablando de las opciones de diálogo, son muy similares a Rise of the Argonauts o Mass Effect. No se nos muestra lo que vamos a decir, sino que elegimos un acercamiento (agresivo, profesional, dialogante…) y dependiendo del personaje con el que estemos tratando conseguiremos que nos dé lo que buscamos o no. Además, esto no es exacto, sino que hay momentos en cada conversación que requieren una cosa u otra, quedándonos sin métodos mágicos (como las opciones azul y roja de los Mass Effect). Además, esto repercutirá en la opinión que tienen de nosotros (habrá a quien le guste hablar en términos profesionales, frente a quien prefiera bromear), pudiendo caer mal, resultar indiferentes o ganarnos la confianza de la gente con la que topemos. Esto es capital para enterarnos de la trama, realizar las misiones secundarias y ligar con féminas (hay cuatro opciones de romance en el juego). Y no nos equivoquemos, a veces será mejor caer mal que caer bien para conseguir las cosas.

A diferencia de otros juegos “de rol”, aquí no nos movemos abiertamente por los escenarios, sino que marcamos los objetivos desde el piso franco y al salir elegimos ir a las misiones, que serán desde las mentadas de acción (donde podremos dialogar de cuando en cuando) a las de “sonsacar”, que serán solamente dialogando con algún personaje. Desde este piso franco también podemos enviar y recibir emails (parte importante para mejorar la relación con personajes, enterarnos de la trama y conseguir dinero) y también comprar armas o información sobre las misiones, que abarca desde los mapas hasta que nos coloquen un rifle de francotirador en un punto para facilitarla. Esto de comprar información será fundamental también para rellenar los dossiers que tenemos (como los codex de otros juegos) sobre los personajes y las organizaciones que encontremos. Cada uno de estos personajes tendrá algún secreto que podemos descubrir, pero habrá que estar muy atento a los escenarios y a las conversaciones.

Esto en lo referente al juego en sí. A nivel sonoro la música está bien pero no destaca especialmente, cumpliendo su función y acelerándose y poniéndonos nerviosos si saltamos una alarma y relajándose si hacemos las cosas bien. Los diálogos están doblados a un perfecto inglés (todo el juego está traducido salvo eso), en el que se ha querido añadir los acentos de la gente extranjera con la que topamos, igualito que en una película, que le da un toque exótico y “veraz”.

Concluyendo: Alpha Protocol es un juego de acción (o sigilo) y rol, altamente rejugable y con un sistema de diálogos y relación con los secundarios maravilloso, pero con jugabilidad mejorable, unos gráficos reguleros con animaciones flojillas y algún que otro bug poco importante. Cada cual puede elegir si eso le echa atrás o no, pero estará perdiéndose un juego más que interesante.

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