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1001 Videojuegos que debes jugar: Sound Shapes

1001 Videojuegos que debes jugar: Sound Shapes 1

   Cuando empecé esta crítica dudaba de si considerar a Sound Shapes un juego independiente por su origen y original propuesta o si tener en cuenta que Sony metió sus zarpas en la masa, absurdos dlc´s mediante (en serio ¿pretenden que pague por VARIOS packs de notas musicales y bloquecitos de colores?). Sin embargo apareció el amigo Cyber2 y me iluminó con su sapiencia: «le puedes seguir llamando juego». Más razón que un santo, oiga.

Juega…:

   Pues sí, JUEGO, uno de esos de tocar y experimentar en todas sus facetas. La mecánica es tan sencilla como la de un clásico plataformas 2D en el que ir recorriendo escenarios y recogiendo «objetos». La única particularidad es que puedes pegarte a las superficies de tu color y que las rojas te matan. Y aunque las mecánicas funcionan bien y como juego de plataformas resulta más que competente (aunque no se deje de echar en falta un poco más de profundidad en este sentido por ejemplo aumentando la velocidad del «personaje») la gracia reside en otro sitio:  el juego es musical.

   Cada «monedita» que recojas añadirá una nota a la música que suena de fondo, con lo que es importante no dejarse ninguna (lo cual, tristemente, no supone apenas reto). Hay que sumarle la musicalidad de las interacciones con el mundo, por ejemplo, generando sonidos al saltar sobre resortes. Por último está el hecho de que todo está sincronizado con la música con lo que, si por ejemplo tienes que predecir cuándo una superficie cambiará de color o un enemigo te disparará, debes prestar atención a la nota que representa dentro de la música que está sonando y encajarla mentalmente en la canción.

   Como no podría ser de otra forma en un juego de estas características la banda sonora es una delicia; compuesta por músicos de renombre como Beck o Jim Guthrie. De esta manera, el juego está dividido en discos, cada uno con tres o cuatro fases, y cada disco está compuesto por un músico distinto. Lo mismo se aplica al estilo visual y jugable, moviéndonos desde ambientes industriales gobernados por una versión maléfica de Mickey Mouse hasta la deliciosa representación de la vida corporativa de Superbrothers (los de Sword & Sorcery) en la que derramar el café a serios y cuadriculados señores trajeados mientras rebotamos en sus cabezas.

…y crea:

   Cada vez que completemos un nivel de Sound Shapes desbloquearemos todos los elementos que lo han conformado. ¿Y para qué? pues para emplearlos en el editor.

   Es uno de los editores más originales que he visto. Está fraccionado como un secuenciador musical, una caja de ritmos, con lo que colocar objetos no sólo influye en el aspecto visual y estructural; también añade una nueva nota. Para los no iniciados, esto significa que si a un elemento va asociado un sonido, cuanto más a la izquierda lo sitúes, antes sonará, cuanto más arriba, más agudo será (y viceversa). Esto supone una dificultad enorme a la hora de crear un nivel memorable y a su vez un reto fascinante. Las posibilidades son casi ilimitadas y, si bien es cierto que se hecha en falta una mayor cantidad de objetos que usar, la comunidad ha demostrado ya que Sound Shapes permite suplir la evidente brevedad de su campaña (pese a que son muy rejugables, se echan de menos el doble o el triple de discos, ya que los disponibles nos durarán dos o tres horas a lo sumo) mediante el contenido generado por sus entusiastas usuarios.

   Hay bastante contenido aquí, pero no tanto como me gustaría. Y es que ya puestos, quisiera aprovechar para dar un buen tirón de orejas a Sony (aunque las orejas de Sony ahora mismo estén de Nivel Oculto «a mil jodidas millas» como diría Marcellus Wallace). Y es que la escasa promoción que ha recibido un juego que ellos mismos produjeron y distribuyeron es absurda dado su gran potencial y el escaso catálogo de la consola. Más aún cuando aprovecha mejor que la mayoría la pantalla táctil y el trackpad de Vita (mejor que la mayoría significa que resultan prácticos y no te fuerzan a usarlos hasta para hurgarte la nariz).

   Este podría haber sido el Little Big Planet de la consola, un juego que se ajusta como un guante a un entorno portátil, que ofrece una experiencia original y bien diseñada y que artísticamente es una delicia. Un juego que pedía a gritos una continuación que ampliase el contenido y expandiese el concepto. Un juego que cayó en el olvido a las primeras de cambio. El por qué lo explicó Twinsen a la perfección en una de sus confesiones como bloguero de mierda:  «yo no puedo ir a mi compañero de trabajo, y sin embargo amigo, y decirle “¿Has visto como mola la integración de música, elementos clásicos jugables y diseño vanguardista del que hace gala ‘Sound Shapes’?”, pero si puedo decirle “Han sacado un juego exclusivo para tu pley en el que participa la prota de ‘Juno’”. Y luego chocamos los cinco.»

Pues eso, que una pena, pero te aseguro que si le das una oportunidad a Sound Shapes no te arrepentirás. Y por si crees en el destino, mientras escribía este artículo han rebajado el juego a la mitad; ¿casualidad? yo no creo en ellas.

Bonus track: ya que a Sony no se le ha ocurrido la genial idea de publicar la banda sonora del juego, lo cual me resulta incomprensible, os dejo con una pequeña galería de cosecha propia que, como de costumbre, desaconsejo si queréis llegar vírgenes a Sound Shapes: