La mayoría de los que hemos crecido en una familia «pobre pero honrá» tendemos a la optimización de recursos. Tenemos un abrigo, y solo uno, elegante para las ocasiones especiales, nuestro coche suele ser un utilitario adaptado a las necesidades familiares y, en general el tema de derrochar, poco y con sentido común.
Cuando puedes permitirte el lujo de esnifar sustancias a través de un billete de 500€ la cosa cambia. Tu coche no se adapta a una mierda y es simplemente el mejor. Tu vestidor está repleto de trajes que no has utilizado nunca y te dejaste la vida en una subasta para conseguir el cuadro perfecto que presida el salón de tu jet privado.
Estos dos conceptos tienen bastante importancia a la hora de contar historias, o en otras palabras, de entretener. Puedes disponer de todo el dinero del mundo y crear una trilogía infame (si, te hablo a ti George Lucas, no vuelvas a acercarte a una cámara) en la que toda la pasta en CGI invertida no aporte absolutamente nada a la obra.
El contar con demasiados recursos puede hacer que te pierdas en lo ensencial, y en el tema que solemos tratar por aquí, lo esencial es entretener. Ningún título tecnológicamente puntero puede salir adelante si no entretiene, si toda esa tecnología no está al servicio de lo que pretende contar y como pretende contarlo.
Durante los últimos meses hemos visto como cada nuevo tráiler de L.A Noire rompía esquemas en el tema de la animación facial. El salto que ofrece este título en este aspecto es tan grande con respecto a «todo lo demás», que incluso ha tenido su hueco en algunos espacios de noticias que hasta hace cuatro días relacionaban los videojuegos con la matanza de gatitos por diversión.
Lo que pocos esperaban es que ese salto de calidad, ese «mirad el tamaño de mi entrepierna» de RockStar y Team Bondi, resulta que no es tal sino que está al servicio de la historia, es más, es una parte tan fundamental del gameplay que sería completamente imposible sin él.
En el tráiler que se encuentra al final de esta disertación/coñazo os contarán para que se va a utilizar este adelanto y alguna otra cosa con respecto al desarrollo del personaje, los tiroteos, persecuciones y toma de pistas. Pero de todo lo que muestra, que es mucho y muy interesante, me quedo una vez más con las ganas de re-inventarse que tiene constantemente RockStar. Unos tipos que podrían vivir alargando de manera infame (si, te vuelvo a mirar a ti George Lucas, y suelta esa cámara) fórmulas testeadas y que en los últimos tiempos están abandonando su aire de adolescentes tocapelotas para convertirse en adultos inquietos.
