Facturado por Konami a mediados de 1993 (no sé exactamente cuándo llegó a mis manos, pero poco después), nos prometía ponernos en la piel de una zarigüeya que era, a la vez, caballero medieval y portadora de un JETPACK. No hace falta que a esa edad os explique que probablemente sea el mejor concepto posible para un chiquillo, salvando quizás el de "casa en el árbol con consola, pelota y prohibido el paso para las niñas".
Rocket Knight Adventures
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