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SUMMERHOUSE: Esa casa que nunca tendremos

Lo virtual como única alternativa

SUMMERHOUSE

Existe un lado oscuro, o al menos a mí me lo parece, en todo lo relacionado con los Wholesome Games. En SUMMERHOUSE, que es lo que toca hoy, se nos invita a crear la casa de verano de nuestros sueños. Un lugar idílico en un contexto idílico que además podemos disfrutar en la mejor compañía. Un título orientado a hacernos sentir bien que sin embargo no deja de ser la constatación de que la única casa de nuestros sueños muy posiblemente sea esta.

Desarrollado por el artista y game designer Friedmann y editado por Future Friends Games (cuyo catálogo comienza a tener cierta entidad), SUMMERHOUSE nos propone crear algo bonito sólo por el hecho de hacerlo, sin más objetivo que disfrutar del proceso. Nuestro objetivo será construir un vecindario de pequeñas y hermosas casas ubicadas en distintos escenarios, situados en el mar, la ciudad o una hermosa montaña. Aquí no hay reglas, no se puede ganar o perder. El objetivo es relajarse y empaparse del proceso mientras vemos cómo el escenario va encajando a nuestro alrededor como si esta nueva construcción siempre hubiese estado ahí.

Tal y como comentaba Antonio Flores Ledesma en su columna Build & Chill, existe una suerte de lectura reaccionaria en todos estos contextos de construcción idílica, que queriendo o no, acaban evocando un pasado inexistente o una suerte de futuro imposible que no tiene en cuenta más elementos que el disfrute. No sé hasta qué punto esto es aplicable a SUMMERHOUSE, e incluso me asaltan las dudas de si no estamos ejerciendo una lectura demasiado afilada sobre un concepto que sobre el papel es bueno, pero lo cierto es que viendo un tráiler tan indiscutiblemente hermoso como este, la sensación que se me queda en el cuerpo es regulera, así que imagino que algo de esto hay.

Dicho lo cual, SUMMERHOUSE parece cumplir con lo que promete. Al probar su demo (disponible en Steam), se aprecia el mimo puesto en que cada elemento de creación sea tan divertido como satisfactorio. Ver cómo el “no lugar” va tomando forma da el gustito que este tipo de títulos deben dar, con su efecto rebote de entrada y decenas de colores vivos componiendo el entorno mientras se mueven las hojas del los árboles y nuestra construcción se refleja en el lago.

SUMMERHOUSE estará disponible en algún momento de 2024 para Windows y macOS.

  1. Me gusta bastante esa idea de la ‘lectura reaccionaria’. Al contrario que juegos en los que te sientes bien recorriendo un mundo ficticio (véase Sable, por ejemplo), los que recrean mundos idílicos pero reales – casas de campo, granjas, islas – resultan un arma de doble filo: te recuerdan algo que existe, pero a lo que solo accedes virtualmente. Porque eres consciente de que una colonia en Marte o un mundo fantástico solo es posible en una obra de ficción, pero una vida tranquila en una granja es algo que tienen otros, no tú. Y acabas idealizando a esos supuestos ‘otros’ y su vida. No siempre, pero existe ese riesgo, esa frustración.

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