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1001 Videojuegos que debes jugar: Equinox

1001 Videojuegos que debes jugar: Equinox 1

En 1994 aparecía este juego para Super Nes, secuela de Solstice que destacaba por su perspectiva isométrica y su interesante planteamiento Rpg. Esta continuación directa comienza con el secuestro de Shadax, protagonista de Solstice, por Sonia una de sus aprendices dándonos el control de Glendaal, hijo de este maestro de la brujería.

Tras este inicio muy clásico nos encontramos inmersos, sin darnos cuenta, en la primera mazmorra de las muchas que consta Equinox. Lo fundamental será aprender cómo manejarnos por el terreno y ser capaces de encontrar la solución a los múltiples puzles a los que nos veremos sometidos.

Parte fundamental de todo esto será la perspectiva adoptada por el juego, la isométrica. En su día se hablaba de juegos en 3D, pero esto es sólo figurado ya que se simula la profundidad en un plano 2D.

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La importancia de la perspectiva

Detodos modos, el efecto era espectacular en su día y muy resultón para la forma de jugar del título y tantos otros que usaron dicho formato.

Los gráficos destacan por su tremendo colorido y la perspectiva nos proporciona la posibilidad de ver al protagonista por 4 lados distintos. Será fundamental ser capaz de orientarse en este particular entorno, ya que se juega continuamente con la profundidad y es un gran modo de confundir al jugador, pues no sabrá si determinada plataforma se encuentra al lado del personaje, o alejado de él.

Junto a esto, que influirá constantemente en la jugabilidad, nos encontramos con un personaje muy bien animado, con un tamaño considerable y unos enemigos acordes a este. Los escenarios parten de un diseño similar en todos los mundos, pero variaran pequeños detalles, como la luminosidad (añadiendo una bruma o efecto de agua), la forma y color de las plataformas, los enemigos y los pinchos. Combina escenarios realmente brillantes, con otros de aspecto pobre.

Fuera de las mazmorras tendremos el mapa mundial creado con el famoso Mode7 de Super Nes que podremos rotar a nuestro antojo. Es siempre espectacular el efecto creado por este modo, aunque en esta ocasión el aspecto general es más bien pobre, pues no añaden más que algunas localizaciones y caminos rectos, en los cuales será complicado moverse ya que lo haremos en diagonal. Si entramos en combate en el mapa, cambiará la perspectiva para volver a la isométrica y enfrentarnos a nuestro rival.

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Mode7 «I love you»

Aunque el juego se vendía como un Rpg la realidad es que es un juego de puzles mezclado con plataformas y el toque rolero lo dan las diferentes magias que iremos aprendiendo conforme avancemos.  La acción siempre transcurrirá en las mazmorras que requerirán de gran paciencia para resolverse. Tenemos que recolectar en cada mundo 12 tokens que nos permitirán invocar al enemigo final. El transcurso por las fases es siempre el mismo entrando por una «chimenea» desde el mapa mundial y recorriendo en los cuatro direcciones posibles el resto de escenarios.

Siempre nos veremos bloqueados por el enemigo absoluto del juego, los pinchos. Estos son el recurso que el juego utiliza para penalizar nuestros errores ya sea al saltar para acceder a otras zonas, elegir mal el posicionamiento de la siguiente plataforma (saltamos al «norte» y estaba en dirección «este«) o simplemente por caminar. Esto último es especialmente molesto, ya que habrá veces que sin darnos cuenta al entrar en una nueva estancia, muramos al rozar uno de estos bloques espinosos.

Es interesante que cada paso haya de ser planeado para no errar y que los saltos deban ser precisos al máximo, pero frustra el subir a lo alto de una montaña de bloques y que en la bajada un pinchito nos roce y tengamos que volver a empezar. Por eso me parece un juego muy injusto y que en ocasiones serán los propios bugs los que eliminen la fluidez necesaria para disfrutar.

Al menos los enemigos no serán mayor problema pues siguen un patrón y si los aprendemos no supondrán ningún obstáculo. En el mapa podremos luchar contra una especie de murciélagos, que nos proporcionarán pociones curativas y los trolls, enemigos muy poderosos que tras su derrota nos dotarán de una nueva porción de vida.

Los jefes finales de mundo son realmente extraños y bastante originales. Irán desde calaveras con cara más sonriente que otra cosa, hasta pirámides gigantes lanza piedras. No supondrán gran esfuerzo una vez conozcamos como actúan pero pueden complicarse ya que nos matarán con cualquier roce.

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Final bosses esos incomprendidos

Explorando las mazmorras encontraremos un par de ayudas para completar el juego. Por un lado las magias que podrán curarnos, ralentizar el tiempo o hacer morir a todos los enemigos de la sala y las armas que mejorarán en fuerza y velocidad a la hora de lanzarlas. Para ir accediendo a las zonas más avanzadas tendremos que recoger llaves de colores que abrirán las puertas correspondientes. Es lo que más tiempo nos llevará y el reto fundamental del juego.

Este juego es especial por todo lo que supone su perspectiva y jugabilidad. Es capaz de proporcionarnos grandes alegrías cuando somos capaces de adivinar donde estaba colocada la plataforma, pero también podremos mandarlo al infierno ya que tiene fases secretas que en algunos mundos son fundamentales para avanzar. Estas localizaciones no se muestran con la clásica punta de flecha por la dirección que tiene acceso y serán fruto de la suerte o la prueba-error el que demos con todas.

El apartado sonoro es muy pobre, tanto que no oiremos más que el gritito del protagonista al morir y alguna música poco agraciada en alguna mazmorra. Si le hubiesen dotado de unas buenas melodías, habría ganado en inmersión.

En conclusión un título que ofrece algo muy diferente a lo habitual, dónde la habilidad con el pad y la inteligencia son fundamentales para llevarlo a buen puerto, pero que con un poco más de trabajo en ciertas áreas, hablaríamos de un «clásico atemporal». Juego muy difícil pero una gozada cuando eres capaz de superarlo.