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Los Juegos que Marcaron mi Infancia (III)

Tercera entrega de esta sección en la que como un Marty McFly cualquiera, regreso a 1985 y me veo a mi mismo, gordo, acomplejado y con el pelo a tazón escapando de mi cruel existencia delante de máquinas que me otorgaban 8 bits de felicidad continua.

The Grat Scape

Steve McQueen tio, el jodido Steve McQueen. ¿Se os  ocurre algún otro personaje mas cool que encarnar en un juego?, quizá Stryker, pero ninguno más. Así me veía yo tras terminar de cargar el juego mientras me tomaba un bocata de Nocilla (creo que siempre me tomaba un bocata de Nocilla mientras cargaban los juegos, lo cual explicaría el párrafo anterior).

El caso es que en este título desarrollado por Denton Designs (que posteriormente publicó esa obra maestra llamada ‘Where Time Stood Still’) y distribuido por Ocean nos metía de lleno en un campo de concentración Nazi en el año 1942. El objetivo es claro: escapar, y para ello deberemos saltarnos las normas. Nuestro personaje ha de atenerse a una serie de rutinas diarias, acudir al comedor, formar en el patio, dormir…ect. La manera de realizar esas acciones es tan sencilla como soltar el teclado. Nuestro personaje seguirá la rutina diaria a la perfección evitándonos errores de posicionamiento…etc. Evidentemente lo divertido estaba en todo lo demás, deberemos aprovechar los ratos de patio o bajo el amparo de la oscuridad (el título tiene ciclo día-noche) para trazar nuestro plan de huida. Conseguir unas tenazas y encontrar un lugar donde esconderlas o robar un traje de soldado Nazi serán algunos de nuestro objetivos.

Por supuesto el campo de concentración esta perfectamente vigilado, por lo que debemos tener cuidado tanto con los guardias fijos como como del jefazo del campo de prisioneros, que se moverá en modo random por las instalaciones. Por último no existe un único camino para escapar, lo que hace que podamos cambiar de táctica tras descubrir una nueva debilidad en las instalaciones.

The Great Scape no solo es uno de los mejores títulos de Spectrum, es un título que cambió la concepción de videojuego=mata-cosas por una elaborada aventura donde primaba por encima de todo el ingenio y la adaptabilidad a la situación y el uso de objetos. Un título ejemplar y arriesgadísimo para su época.

The Last Ninja 2

Los Ninjas en los 80 eran como los zombies ahora. Simplemente molaban. Tras tragarme todas las películas de serie B del videoclub (por aquel entonces yo creía que esas eran las de serie A y el resto la B) sentía la imperiosa necesidad de convertirme en un asesino silencioso y lanzar shurikens. Mis padres no estuvieron demasiado de acuerdo con la idea, por lo que no me quedó mas remedio que trasladar mis sueños frustrados a la pantalla del Spectrum (posteriormente he seguido haciéndolo en distintas pantallas. En la actuadid redtube cumple la mayoría de mis sueños frustrados).

The Last Ninja solo salió para Commodore 64, por lo que me tenía que conformar en mirarlo de manera lasciva desde las páginas de Micromanía. Recuerdo incluso que entre los amiguetes con Spectrum corría la leyenda de que existía una versión para la máquina de Sinclair, que por supuesto siempre tenía un primo del pueblo al que nunca veían. Cuando The Last Ninja 2 salió al mercado no tardé en convencer a mis padres que la necesidad de adquirirlo era inversamente proporcional a mi tratamiento psicológico de por vida. No se que habrá sido de aquella caja, pero era jodidamente OSOM. Tremendamente grande para la época (muy parecida a las posteriores para Amiga o PC), de cartón duro, un manual en tropecientos idiomas y un mapa de Manhattan sobre los lugares donde se desarrollaba la acción. Todo un lujazo.

En cuanto al juego en sí, que por cierto había sido desarrollado por System 3, era una videoaventura de corte isométrico. Nuestro protagonista debía recorrer varios lugares de Manhattan (empezábamos en Central Park) en los que nos enfrentábamos con enemigos de todo tipo (incluido perros) y realizábamos saltos verdaderamente complicados. De hecho, hubo una parte en la que teníamos que saltar de barca en barca que aún sale en mis peores pesadillas.

The Last Ninja 2 no revolucionó el género, pero sin duda alguna alcanzó una de las cotas mas altas en el subgénero de aventuras isométricas.

Match Point

Empezaré por el final. Es el mejor simulador de Tenis que se ha hecho EVER.

Dicho lo cual, pasemos a mi relación con él. Match Point entró en mi casa heredado del lote de juegos que venían en una bolsa de Jumbo desde la residencia de mis tíos. Mi primo metió todo a lo que ya no jugaba en esa bolsa y me la dejó ahí para que yo aprendiera lo que era la buena vida.

He de reconocer que tardé en llegar hasta Match Point. La primera de las razones es que antes quería jugar a todo lo que había jugado en casa de mi primo y el título de ‘Psion‘ no se encontraba entre ellos. La segunda es que tenía 7 u 8 años y no sabía las reglas del tenis, por lo que resultaba altamente frustrante ver como perdía los partidos y el saque sin tener ni puta idea de que pasaba. Así que una vez comprendí y amé este curioso deporte mi corazón quedo prendado de tan magnífica OVRA.

Match Point presentaba por primera vez un campo en perspectiva e incluía todas las reglas y golpes básicos del tenis. Realizar dejadas, voleas o globos era extremadamente sencillo y la satisfacción al ganar un partido era altísima. Para colmo estaba lleno de detalles. El público «seguía» la pelota, teníamos cambio de cancha y los partidos eran a tres sets.

Tal y como he dicho al principio, a día de hoy me sigue pareciendo el mejor simulador de tenis al que he jugado. No se podía hacer mejor (a nivel jugable) en 48k, y aunque hubo con el paso de los años propuestas interesantes como por ejemplo ‘Emilio Sanchez Vicario‘ nunca llegaron a la perfección jugable de este título. Si acaso alguien pudiera discutirle el trono quizá sea el ‘Pro Tennis Tour’ de Amiga 500, pero eso es otra historia.

Robocop

Horas, horas y mas horas son las que me pasé mirando la recreativa de Robocop de mi barrio. El título, desarrollado por Data-East y Ocean, te sumergía en el mundo creado en la película homónima (Paul Verhoeven, 1987) en la piel del mitad hombre-mitad cop de gracioso andar.

Para empezar creo que fue la primera adaptación de una película, que además era de una película que apenas había podido ver puesto que mis padres, muy prudentemente, habían decidido que los desmembramientos no eran lo mejor para un niño de siete años. Así que entre lo poco que había podido observar cuando la alquilaron en video, mas mi imaginación, mas la recreativa hicieron que en mi mente se formase una imagen clara de lo que sucedía en el fillm.

A nivel de producción, Robocop era una puta joya. Los gráficos tenían casi la misma paleta de colores que la película y eran grandes y bien animados. Todos los sonidos parecían directamente digitalizados del film, y se mantenían las melodías de los informativos, así como la BSO creada por Poledouris. Por otra parte, y pese a tratarse de un arcade de scroll horizontal parece evidente que los desarrolladores realizaron un esfuerzo por dotar al título de la suficiente variedad como para que no resultase repetitivo. De este modo nos encontrábamos con mini-fases al mas puro estilo Operation Wolf o algunas donde debíamos reconstruir la cara de los asesinos en una BBDD con un tiempo límite.

Nunca llegué a jugar a la recreativa de Robocop, aunque es una espina que me he podido quitar con los años gracias a MAME y similares. Tras haberlo jugado y rejugado, solo puedo decir que me sigue pareciendo tan magnífico como me parecía en su día, y tratándose de un título con mas de 20 años a sus espaldas…no es mala cosa.