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Análisis: RESOGUN

Análisis: RESOGUN 1

RESOGUN es un shoot ‘em up lateral de los desarrolladores finlandeses Housemarque. Fue el juego indie que acompañó al lanzamiento de la PS4 allá por noviembre del pasado año y te lo regalaban si eras miembro del PlayStation Plus. A día de hoy, puede comprarse en la Sony Entertainment Network por el módico precio de 14,99 €. Como el diógenes digital es poderoso en mí, todo lo Gratix™ que campa a sus anchas en LA HINTERNET acaba, de algún modo u otro, en mi poder. De crío era muy amante de este género, pero con el paso de los años y el aumento de mi falta de vista (veo menos que un topo) creí que sería mejor idea dejarlos de lado.

Será por ensayo y error como aprenderemos la mecánica de cómo salvar a los humanos o de cómo derrotar a los jefes finales o a los enemigos que se nos crucen en la pantalla.

Bromas aparte, mi primera impresión con el juego fue acordarme del Geometry Wars. RESOGUN propone un planteamiento similar (con sus diferencias) pero las formas, la música y los colores no pueden dejar de hacernos caer en este pensamiento. A lo largo de cinco planetas (Acsis, Ceres, Decima, Febris y Mefitis), deberemos rescatar (si podemos) a diez seres humanos de las garras de todo tipo de engendros alienígenas. Para ello, en un curioso escenario cilíndrico, de 360º sí, habremos de desplegar toda la potencia de nuestra nave (con un total de tres para elegir, cada una con sus peculiaridades).

Como decía, me recordaba al Geometry Wars. El juego se controla básicamente con los dos sticks del mando. El izquierdo para movernos y el derecho para elegir si disparamos a izquierda o derecha. No podemos disparar en ninguna otra dirección porque forma parte de la propia mecánica del juego: subir y bajar para derribar a los enemigos. Con potenciadores o salvando humanos podremos mejorar nuestra arma para que el camino se haga menos tortuoso. Además, contamos con dos armas especiales de uso limitado: las bombas y las sobrecargas. Las bombas, en un efecto de luces muy bien conseguido, acabarán con todos los enemigos y balas que se encuentren en pantalla en ese momento. Las sobrecargas dispararán de nuestra nave un rayo fulminador que reducirá a cenizas (o a partículas, mejor dicho) todo lo que pille a su paso. Al contrario que las bombas, que se acaban con los dos usos (o más si salvamos humanos o recogemos objetos), las sobrecargas pueden usarse cada vez que recarguemos media barra circular cuya interfaz se coloca alrededor de nuestra nave. Para ello, tendremos que recolectar unos cubos verdes que sueltan los enemigos al morir. Por último, pero no por ello menos importante, tenemos el acelerón, que se recarga con el paso del tiempo (el otro semicírculo de la interfaz) y nos permite desplazarnos a más velocidad por las pantallas y eliminar a los enemigos que se nos crucen. ¡Ah! Y contamos con los típicos multiplicadores que nos darán más puntuación de cara a las clasificaciones mundiales.

Cada planeta se divide en tres fases y un jefe final, cómo no. Todo ello en el mismo escenario y sin más interrupciones que la simpática vocecilla que sale del mando de la PS4 diciendo “Phase complete!”. Cuenta con dos modos de juego, arcade y fase individual, modos que se podrán jugar con un solo jugador o con dos en cooperativo por Internet. Inicialmente nos propone tres niveles de dificultad: novato, experimentado y veterano. Aunque a medida que acabemos el juego se desbloquearán los niveles de dificultad maestro y héroe.

El juego no cuenta con tutoriales más allá de decirnos cuáles son los controles, así que será por ensayo y error como aprenderemos la mecánica de cómo salvar a los humanos o de cómo derrotar a los jefes finales o a los enemigos que se nos crucen en la pantalla. Eso sí, que no falte la destreza a la hora de esquivar balas enemigas a tutiplén.

Si de algo puede pecar el juego es de duración. Si somos muy duchos en este tipo de juegos no nos costará más de un par de horas acabárnoslo en el nivel de dificultad experimentado. Pero como es lógico, es el tipo de juego que se presta a la rejugabilidad y al pique por la puntuación. Además, contamos con un buen número de trofeos para que gastemos aún más horas si cabe. Personalmente el juego me ha parecido que tiene una curva de dificultad bastante aceptable y los últimos planetas son bastante pelotudos. Además, el último nivel de dificultad (de los tres iniciales) es complicado, así que maestro y héroe seguramente supongan un reto excepcional. Según he leído, se prevé más contenido descargable para el juego, así que no hay mal que por bien no venga.

El apartado gráfico del juego es sobresaliente. El juego no tiene tirones y llegaremos a ver miles de partículas volando por la pantalla, luces y explosiones. Esto, acompañado de música maquinera y con los detalles de la voz del piloto automático de la nave saliendo del mando constantemente harán que la inmersión sea prácticamente absoluta. Con unos buenos auriculares nos sentiremos auténticos pilotos en RESOGUN. El modo cooperativo cumple y se presta a echar unas partiditas de vez en cuando con los colegas. Pero donde se haya la auténtica chicha del juego es en las puntuaciones mundiales: aquí es donde te podrás medir con los expertos en la materia.

En resumen, un juego que no puede faltar a los amantes del género en una época donde escasean un poco. Esto, sumado a su genial apartado gráfico y al reto que supone completar el juego o conseguir todos los trofeos harán que tengamos un buen puñado de horas de diversión aseguradas.