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Análisis: Hydrophobia

Hydrophobia
Hydrophobia

Estamos en 2051 y el cambio climático que niega Billy Corgan (cantante y compositor de The Smashing Pumpkins) ha hecho mella, cosa que él no logró con sus discos en solitario. El nivel de los océanos se ha elevado, con la consiguiente escasez de recursos naturales y se ha juntado con la sobrepoblación extrema del planeta Tierra que ya predijo Thomas Malthus en 1798. Sin embargo, el ser humano, en ese incesante ansia por quedar por encima, decide embarcarse en una loca aventura por la supervivencia de sus élites económicas y fleta el mayor barco que ha conocido el universo: el Queen of the World, donde los ricos escaparán de la miseria y los demás que se busquen la vida.

Así empieza Hydrophobia, encarnando a una ingeniera que vive en el barco en la que probablemente sea la peor noche de su vida. En la celebración del décimo aniversario del barco y previo a una noticia que devolverá la esperanza a la humanidad, un grupo de terroristas autodenominado “neomalthusianos” la emprende a bombazos con el barco y decide que la mejor manera de preservar a la raza humana es matar a más de la mitad de la población. Kate, la ingeniera, tendrá que impedírselo.

Mencionado en 2007 y presentado en 2008, el juego llegó a nosotros a finales del año pasado, sólo para ser descuartizado por la prensa por sus múltiples fallos. Los creadores, en vez de enfadarse y no respirar, decidieron hacer caso a las críticas, y tras recopilar todo lo malo, acabaron por retocarlo y lanzar un parche que mejorase absolutamente todo el juego, aprovechando para bajar el precio. Sólo por eso, Hydrophobia es digno de mención, pero a lo largo del análisis hablaremos de los méritos y deméritos del título como juego en sí mismo, una vez retocado por ese parche.

Para empezar, podemos decir que gráficamente es de lo más potente que hemos visto en juegos arcade para XBOX360. Parte de la culpa la tiene el motor diseñado para la ocasión, Hydroengine, que consigue emular con bastante justicia las dinámicas de fluido del agua, con su física y su empuje. Más allá de eso, se han cuidado el resto de aspectos, como los efectos de luz y partículas, aunque las animaciones de los personajes (salvo la natación) son un tanto rígidas y reguleras. Si acaso, como crítica podríamos hablar de la escasez de modelos de enemigos, aunque es (dentro de lo que cabe), comprensible por las restricciones de espacio para juegos arcade.

Sin embargo la cosa no queda ahí con el agua, porque no es sólo un detalle técnico, sino que entra a formar parte del juego como gran protagonista y elemento jugable. Durante el transcurso del juego tendremos que huir de ella si no queremos ahogarnos, abriremos puertas para que embista a los enemigos, llenaremos una sala para acceder nadando a la parte alta…Como digo, será la gran protagonista y no habrá un solo momento en el que no tengamos que relacionarnos con el líquido elemento.

Más allá de eso, el control del juego recuerda a cualquier shooter en tercera persona, con la salvedad de que no cumple muy bien como shooter. Habrá momentos en los que tengamos que luchar contra varios enemigos a la vez, y aún habiendo sistema de coberturas, imperarán el sigilo y las muertes ambientales, que en un principio diverten enormemente (electrocuciones con cables, barriles que explotan, salas que se llenan de agua…) pero que terminarán por hacerse un poco monótonas. Será eso y una pistola endeble que servirá más para aturdir a los enemigos que para matarlos, aunque al final del juego encontraremos munición más potente. Tampoco está tan mal, Kate se ve superada por las circunstancias y es una ingeniera, no John Mclane.

Precisamente, en el juego aprovechará su profesión en un entretenido minijuego de piratear terminales y haciendo uso de un dispositivo llamado MAVi que permite abrir puertas a distancia, controlar cámaras, piratear…Llegará a cansarnos, porque muchas veces repetiremos la dinámica de buscar la llave de un enemigo que hayamos matado para luego desbloquear el código asociado (que encontraremos registrando con el MAVi las paredes adyacentes). A pesar de eso, podría decirse que el cacharro no está del todo explotado y podría tener mucho más juego, quedándose como una muy buena idea con ejecución normalilla.

Todo esto se junta con pequeños momentos de escalada y buceo para dar lugar a una aventura que durará entre 4 y 5 horas. El juego se hace interesante de jugar, pero pincha en su falta de ambición. Falta de ambición difícil de entender, porque tras trabajar una ambientación sólida (que en momentos recuerda a Dead Space por el protagonismo del barco, al igual que la Ishimura), dotar al juego de un menú con los típicos archivos y el diario de la protagonista (muy en la tradición de los antiguos survival horror), pasa de puntillas por la narración, sin apenas ofrecer escenas de vídeo y con pocos personajes y conversaciones. Además de eso, la mecánica es monótona (especialmente a la hora de buscar códigos para abrir puertas), y, aunque plagado de buenas ideas, muchas de ellas no se ejecutan de la mejor manera. Mención merece el final, por anticlimático, con un corte en medio de la trama cuando parece que va a pasar algo, y ni un aviso de que continuará. Es cierto que se planea sacar varios episodios más, pero hubiera sido mejor un cliffhanger con alguna revelación para darle ganas al jugador de continuar.

¿Rejugabilidad? No mucha, a menos que queramos encontrar todos los archivos y coleccionables, aunque el juego nos premia con una “sala de retos” en la que enfrentarnos a múltiples enemigos y picarnos online por conseguir la mejor puntuación. En dicha sala se nos ofrece una sorpresa: Kate tendrá el poder de manipular el agua a su antojo en una suerte de “hidroquinesis” bien animada, de la cual sería bueno ver continuidad en los siguientes episodios.

Concluyendo: un juego interesante, que al menos merece la pena probar como demo. Los desarrolladores han prometido escuchar más aún a los usuarios, y visto lo que hicieron con esta entrega, no sería descartable que aún mejorasen más cosas para el próximo. Si lo hacen, podrá pasar de aventura creativa a juego a tener en cuenta.

Lo mejor: Ambientación, desarrolladores que hacen caso al feedback de los usuarios y el aspecto jugable del agua (puzzles, arma, desplazamiento).

Lo peor: Regulero como shooter, falto de ambición, final estrepitoso.

  1. Aunque a veces pueden fallar, yo sigo convencido hace tiempo de que las desarrolladoras pequeñas son las que nos dan los juegos de calidad. Prefiero esperar un par de años a que dos o tres empresas pequeñas se conjunten para hacer un juego de calidad, que atragantarme con sagas de empresas monstruosas que sacan una secuela mes de por medio (con la mediocridad como norma).

    Me sorprendió el hecho de que sea un juego Arcade, por las imágenes pensaba otra cosa.

  2. Estoy de acuerdo contigo, y realmente el juego tiene un puñado de ideas MUY MUY BUENAS. El problema es el de siempre, la ejecución. Aún así, espero mucho de posibles continuaciones, más aún viendo que los desarrolladores hacen caso a los jugadores.

    Pero sí, a veces los juegos “menores” aportan mucho a la industria. Dos ejemplos recientes: los sistemas de conversación de Rise of the Argonauts y Alpha Protocol se follan a los de Mass Effect.

  3. Vaya, la verdad que despues de este análisis me quedo sin muchas ganas de jugarlo. Supongo que quizas en algun dia de aburriemiento podría hecharle el guante. Es muy interesante por parte de de los desarolladores el haber hecho caso a las críticas y haber mejorado el juego. Podrian tomar ejemplo por ahí, no solo en los videojuegos.

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