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1001 videojuegos que debes jugar: Gravity Rush

Gravity Rush
Gravity Rush

Gravity Rush1001 Videojuegos que Debes Jugar

Cuenta la historia que, en una calurosa tarde de verano, se encontraba Isaac Newton descansando bajo un árbol. De repente cayó sobre su cabeza una roja manzana. Fue a partir de semejante suceso cuándo decidió empezar a desarrollar su teoría acerca de la gravitación universal.

Precisamente es una manzana la primera imagen que reconocemos cuando comenzamos Gravity Rush. Lejos de tratarse de una vaga coincidencia, este elemento nos advierte de que, tras su inocente imagen, el juego de Blue Point Games encierra numerosos simbolismos y conceptos científicos.

Normalmente haría una breve presentación de las premisas argumentales del título, pero en este caso apenas lograría rascar la superficie. En la actualidad estamos acostumbrados a que se nos dé todo masticado, y en el ámbito del entretenimiento no podía ser menos. Los pilares narrativos de las películas de éxito o de los best seller de moda nos guían paso a paso por su historia, como si no tuviéramos la capacidad para hacer conexiones por nosotros mismos. Igualmente ocurre en el mundo del videojuego.

Gracias a Dios ciertos estudios llevan tiempo intentando alejarse de esta mala práctica y conocemos varios ejemplos de actualidad que demuestran lo mucho que se puede contar diciendo bien poco. Estoy bastante seguro de que la mayoría de vosotros tendréis a la saga Souls en mente, pero no hay que olvidar otros grandes exponentes como Limbo, Journey, Hyper Light Drifter o Virginia.

Gravity Rush es uno de ellos. Más allá del manido cliché con el que comienza, su desarrollo argumental nos demuestra que nada es lo que parece y que nadie se va a molestar en explicárnoslo. Sí, puede que muchos se queden con la sensación de que simplemente la historia no está bien contada, pero aquellos que se aventuren a indagar descubrirán su carácter adulto y su gran profundidad. En cualquier caso, el juego no se conforma con una compleja narrativa. Desde el punto de vista jugable demuestra ser divertido y original. Su mayor atractivo reside en el uso de los poderes de Kat, que le permiten alterar la gravedad a su antojo para desplazarse por el mundo y combatir a las extrañas criaturas que lo habitan.

Aun así, hay que matizar que esta originalidad viene a un precio. Y es que al principio cuesta mucho acostumbrarse al control, pudiendo resultar algo tosco para ciertos usuarios. Sin embargo, tras varias horas al mando estos problemas se difuminan, abriendo paso a la verdadera diversión.

Pero estas habilidades serían poco útiles sin un entorno en el que utilizarlas. Para ello, la bella Hekseville se puede recorrer libremente al más puro estilo sandbox. En este entorno podremos conversar con diversos personajes, realizar desafíos secundarios o recolectar las gemas que nos ayudarán a subir de nivel. Sobre todo, esto último se convierte en una labor extremadamente adictiva.

Además de esta ciudad, viajaremos en varias ocasiones por otras localizaciones de las que no puedo hablar, pero que suponen el máximo exponente en lo que a diseño conceptual y de niveles se refiere.

Desde el punto de vista visual, no es lo más vistoso a nivel gráfico que podemos encontrar en la consola de Sony. Pero no necesita serlo. Esto es posible gracias a su maravillosa dirección artística que, acompañada por un sobresaliente diseño de personajes y de escenarios, hace que pase completamente desapercibido, ofreciéndonos una estampa digna de ser admirada.

Su estética cel shading se acompaña de atractivas viñetas de cómic para ilustrar los diálogos y algunas de sus escenas, aportando al título una estética desenfadada. A este respecto es interesante mencionar que, para el diseño de su mundo, sus creadores se inspiraron en las obras de Jean Gireaud, alias “Moebius”.

Si parecía que el conjunto no se podía mejorar más, no hay que olvidarse de mencionar que la banda sonora está a la altura del resto de apartados. Sus melodías son ricas en matices e instrumentos e incluyen todo tipo de registros, desde composiciones clásicas que recuerdan a al universo de Zelda como toques jazz al más puro estilo de Cowboy Bebop. La calidad que atesora invita sin duda a disfrutarla independientemente de haber terminado la aventura.

Además, sus autores han desarrollado un idioma inventado para el mundo del juego, mezcla de francés y japonés, que hace que tenga una personalidad aún más entrañable.

Si habéis terminado de leer la reseña y aún no estáis convencidos de que esta historia sea para vosotros, sólo os puedo decir que el viaje emprendido junto a Kat y su simpático gato Dusty ha sido maravilloso. Gravity Rush es una verdadera rara avis, una caja de sorpresas que reserva lo mejor para aquellos que deciden sumergirse a fondo en ella. Su estreno en la sobremesa de Sony permitirá a quienes que se perdieron esta maravillosa aventura la oportunidad de descubrir una obra mágica y original que no dejará indiferente ni a los más experimentados jugadores.