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1001 Videojuegos que debes jugar: The Neverhood 1

1001 Videojuegos que debes jugar: The Neverhood

Parece mentira que haya pasado tanto tiempo desde que conseguí hacerme con una copia de este juego. En aquél entonces no tenía ordenador donde jugar, así que mi padre hacía la vista gorda y agarraba su portátil para jugar siempre que no mirara. Y allí estaba yo, flipando delante de aquel portátil. Me enfrentaba a un juego sin diálogos, sin notificaciones en la pantalla, sin textos y con puzles de point & click. Aun así, es prácticamente imposible perderse.

Si he decido escribir este artículo es porque lo recuerdo con mucho cariño. La verdad es que puedes recordar con cariño cualquier mierda que se te pase por delante si te hace gracia, pero en este caso existen una serie de elementos importantes que ayudan que ese recuerdo sea muy especial.

No se si hay alguien que conozca la serie de animación con muñecos de plastelina llamada The Trap Door, basada en el juego para Spectrum con el mismo nombre. La grabación del metraje se realizaba fotograma a fotograma, y a mi personalmente me encantaba. Lo cuento porque el universo Neverhood está totalmente creado y diseñado en plastelina, y se ha utilizado la misma técnica, en inglés se llama claymation, y de ahí que el personaje principal de esta aventura se llame Klaymen.

No se si os gustará el Jazz/rock experimental. La música de The Neverhood le da unas cuantas patadas de innovación al asunto, pero de estas cosas no te das cuenta hasta que pasan años, te haces consciente de que los juegos tienen bandas sonoras, y luego te haces consciente de la innovación que representan algunas bandas sonoras que pasan desapercibidas. No en vano se llevó el premio a la mejor música de videojuegos de la revista GMR en aquella época. Me alegro de que por lo menos hubiera alguien que valorara la genialidad de Daniel Amos y Terry Scott Taylor. La música es un personaje más que hace que todo el juego brille como un diamante.

El sentido del humor es otro tema muy presente en el juego, muy básico, absurdo y ácido. Las escenas intermedias son maravillosas. Durante el juego hay muchos ejemplos de genialidad en este sentido, hace que el juego sea totalmente redondo. La mecánica del juego es muy sencilla, y creo que encajaría en cualquier iPad o cacharro táctil, en Junio del año pasado se habló de una version para las plataformas de apple de la que aún no sabemos nada más. Supongo que nadie te enseña a ser gracioso o a hacer humor, simplemente eres capaz de que la gente se divierta.

En Playstation pudimos ver un perfecto juego de plataformas que era la segunda parte espiritual de The Neverhood: Skullmonkeys. Haciendo gala del sentido del humor, banda sonora, y el estilo pecular que marca el título que continúa, Skullmonkeys ya se trataba de un precioso juego de plataformas muy divertido y con una dificultad perfectamente ajustada, que dejó el listón del universo Neverhood muy alto, y también nos dejó muy buen sabor de boca para los que ya habíamos jugado a The Neverhood.

En mi opinión el juego que nos ocupa es lo mejor que ha hecho en su vida Doug TenNapel, un tipo con experiencia multidisciplinar, que ha pasado por Shiny Entertainment y que está detrás de EarthWorm Jim, que posiblemente os suene más y quizá veáis más claro el parecido en el diseño del personaje principal. Realmente no fué un juego muy popular, pero al menos las críticas que hubo eran bastante favorables en esos años 90, que quién los pillara. Ahora tiene que ver más con el diseño que con los videojuegos, pero bueno, al final cualquiera que se meta en este mundo debería desenvolverse bien en cualquier parte.

Como empezará a ser habitual, he recopilado toda la bibliografía en mi Storify.