Will Fight for Food no es, precisamente, un videojuego nuevo.
Tiene ya unos años (probablemente los mismos que llevo yo queriendo hablar de él en algún momento) y fue el predecesor de otro título que nos gustó mucho por aquí: Unrest, de Pyrodactyl (que además lanzaron en Kickstarter Late to the Party y me han hecho enfermar de pena al no conseguirlo). Y sin embargo, es noticia porque llega por fin a Steam y lo hace en forma de “Edición superventas, juego de la hora”, en evidente parodia a esas ediciones GOTY que cada día llegan antes.
Llega con un bonito remozado gráfico y con toda la locura y desquicie que ya tenía cuando apareció por primera vez. Al fin y al cabo hablamos de un videojuego en el que controlamos a un ex-profesional de la lucha libre en horas bajísimas, que hará lo que sea con tal de sobrevivir. Un RPG extraño con un elaboradísimo (y complicado) sistema de diálogos en el que perderse, pero que también nos da la opción de ahostiar a cualquiera de los personajes que nos encontremos. Cualquiera. Sí, cualquiera. Porque aquí la pluma nunca será más fuerte que el puño.Me gustaría tener una crítica en breve sobre el juego, pero me conozco y sé la carga de textos que llevo encima. Así que de momento os contaré cómo fue la primera vez que me aniquilaron en Will Fight for Food:
En medio de una guerra entre empollones y deportistas de un instituto, no sé cómo llegué medio vivo hasta el director. Tampoco recuerdo qué le dije, pero acabó utilizando su poder nerdaco para darme una somanta de palos tan grande que aún mi personaje debe estar recuperándose.
Porque al final Will Fight for Food no es más que una broma inmensa: un surrealismo de mamporros y diálogos ramificados y necios, con un repertorio de tontadas como para acabar perdiendo la cabeza. Y a mí con eso me basta, la verdad.Will Fight for Food