Hace unos días, en su crítica sobre OXENFREE (que aún me ha tiene con los dientes largos), mi compañero Juanma hablaba de una cosa que cada día me parece más importante: alejarse del cinismo. Dejar de ser el más guay de Twitter, el más duro de la comunidad de vecinos… en definitiva, aparcar un poco la pose y la superioridad intelectual y volver a lo que de verdad es capital: el disfrute.
Algo así es lo primero que he visto cuando le he echado un vistazo a la campaña de Wandersong. El proyecto de Greg Lobanov es un juego inmensamente bonito y colorido, con aires a cosas como Tearaway. De tan sencillo su apartado artístico acaba retrotrayendo a uno a la época en la que las cosas eran fáciles y el hielo no había llenado el corazón de cinismo. Su propuesta va un poco por ahí. Nuestro protagonista es un bardo que recorre el mundo tratando de completar una canción que lo rehará a mejor, y en sus peripecias irá echando un cable a todo el que se tercie con el poder de la canción, con un sistema que parece un cruce entre los típicos “Simon dice” y Loom.Casi nada, ¿eh?
A mí, aunque me sigue ganando todo lo que sea rolazo, complejo y seriote; cada vez me convencen y me parecen más necesarias este tipo de cosas. Volver a lo disfrutable, a lo entrañable y divertido. Queda ver qué tal funciona esa mecánica de canto y si llega a su objetivo en Kickstarter, aunque tiene toda la pinta de que sí.Kickstarter
