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Érase que se era, una niña que vio truncada su afición a las videoconsolas por dos motivos: los juegos eran muy caros y ella era muy torpe. Cuando vio que su primo pequeño tenía mucha más habilidad que ella para que Sonic diera gráciles vueltas, comprendió que era ella quien tenía el problema. Así que apagó la máquina y se alejó, cabizbaja.

Pasaron los años, y llegó el momento de sentar la cabeza y empezar una convivencia. El afortunado chulazo tenía algo muy importante que aportar a la casa: ¡una consola! Para desgracia de la niña con tetas ya mujer, no sólo su habilidad no había mejorado mágicamente con el paso de los años sino que encima los mandos modernos tenían muchos más botones. ¿Manejar un joystick con el pulgar izquierdo y otro con el derecho, al tiempo que aprieto el gatillo derecho con el índice? Olvídate, bastante tuve con aprender a conducir.

La incapacidad genética para los mandos multibotones adquirió tintes de drama cuando empecé una partida en el primer Mass Effect: el primer puntito rojo en la pantalla se convertía automáticamente en un “Fallo Grave en la Misión”. O la traducción que llegaba a mi cabeza: “TE HAN MATADO, SO ZARPAS”. El cónyujo insistió en que siguiera probando, que merecía la pena intentarlo porque era un juegazo.

Y efectivamente, no sólo era un juegazo, sino que comprobé que las cosas se volvían mucho más fáciles cuando dejaba de mover la cámara convulsivamente. Eso, y que los enemigos no eran para tanto, ya que un día un alma caritativa decidió que la dificultad de los juegos podía graduarse en diferentes niveles. Amén, digo yo.

Tras fundir consecutivamente la primera y segunda parte del juego, el cuerpo me pedía más Mass Effect. Y fue así como me dejé liar para leer la primera novela sacada del juego: Mass Effect: Revelación. Así, de primeras, ya una novela sacada de un videojuego da cosica. Creo que la historia de Mass Effect tiene tanta calidad que podría convertirse fácilmente en una gran película de ciencia ficción, o incluso un libro. Pero una cosa es hacer un gran videojuego con una gran historia, y otra muy diferente escribir un buen libro. Sobre todo teniendo en cuenta que Bioware tiene una faceta bastante pesetera marcadamente comercial, como demuestra que la mayoría de post de noticias en su foro oficial sean para anunciar nuevos productos: litografías, figuritas, camisetas, pipas, palomitas… ¡tenemos de to, oiga!

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Bioware, te vendemos hasta a Saren de peluche

Con el peso de los prejuicios en su contra, el señor Drew Chaspichin solventa bien la papeleta (ahora le pregunto al Señor Guguel el nombre: Drew Karpyshyn) Mass Effect: Revelación no ofende, que ya es bastante teniendo en cuenta las expectativas sobre este tipo de libro, y además cuenta con algunos puntos fuertes.

Ya en las primeras páginas queda claro el ritmo general del libro, que se mantiene hasta el final: contando con los mismos recursos y elementos, es como si se pusiera por escrito una partida de la misión principal de un Mass Effect alternativo. El ritmo es rápido, muy de peli de acción, y esto hace que de por sí la historia resulte entretenida y nada pesada. Pero aquí también se encuentra uno de los principales defectos del libro, que es describir las acciones de los personajes en exceso. Una vez más, es como si se describieran con palabras escenas de vídeo del juego. Son recurrentes las frases del tipo “Fulanito rodó hacia la izquierda con un rápido movimiento para evitar que las barreras cinéticas de su oponente le sacaran el ojo”. Y aunque en ocasiones pueda resultar interesante, que cada escena de acción se describa de la misma forma resulta algo cargante. Estamos leyendo un libro, y al contrario que en el juego, no necesitamos “ver” cada elemento de lo que está pasando.

Entre ensalada de tortas y ensalada de tortas, se nos ofrece lo que a mi parecer es una de las mejores cosas que el libro tiene que aportar, que es la información adicional sobre el universo Mass Effect. Imagino que, igual que me pasó a mí, la mayoría de personas que decidieron darle una oportunidad al libro lo hicieron para seguir inmersos en ese universo en el que el juego nos sitúa. En este punto se puede decir que quedará usted plenamente satisfecho con su compra. Hay varios párrafos que son prácticamente entradas de codex, donde encontramos mucha información sobre pueblos y lugares que en el juego no se desarrollan mucho; por ejemplo, los batarianos o la Guerra del Primer Contacto entre humanos y turianos.

Además, podremos conocer con detalle la historia entre Saren y el Capitán David Anderson (cariñosamente conocido como el “Chinegro”) En el juego, nuestro querido Chinegro nos insinúa parte de lo que pasó con Saren pero no nos cuenta la historia completa por más que le preguntemos. Aquí tenemos la oportunidad de no quedarnos con la intriga. El relato de los hechos es coherente con lo que cuenta Chinegro Anderson, que ya es de agradecer, aunque peca de dar una imagen de Saren demasiado alejada del juego para mi gusto. Incluso entendiéndolo como una cara del personaje que no hemos visto hasta ahora, la brutalidad extrema de Saren no cuadra con el fondo noble que se insinúa en el juego, especialmente en la parte final. El perfin de Anderson sí que cuadra… ¡hasta se nos explica por qué es chinegro!

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«Yo soy chinegro y Udina es moriblanco»

El resto de personajes son nuevos, con algún elemento interesante pero en general demasiado ajustados a prototipos. Se nota que el peso principal está en la historia; y esto es lo mejor que el libro tiene que dar de sí, junto con su carácter informativo. Sin contar apenas con tramas secundarias, distintos puntos de vista sobre la trama principal se van encontrando y alejándose, avanzando la historia de una forma muy dinámica. Mr. Chaspichin hace gala de su capacidad para desarrollar un arco argumental escondiendo mucho más de lo que cuenta, y dejando caer información en puntos clave para hacernos ver que la historia que se nos estaba formando en la cabeza no es la real.

A pesar de sus carencias, que achaco a la transición de escribir un juego a escribir un libro, Mass Effect: Revelación es una precuela más que digna al primer Mass Effect. La historia previa y la conexión con los acontecimientos del primer juego está bien construida y queda más que a la altura de las tramas de ambos juegos. Entre conocer esta historia y acceder a toda la información adicional, me atrevo a decir que el libro es imprescindible para los fan fatales de Mass Effect. También es muy recomendable para aquellos que hayan disfrutado de los juegos sin llegar a convertirse en groupies. Para el resto de los mortales, puede resultar entretenido, pero mejor pedirlo prestado.

  1. Yo como buen freak de Mass Effect he leido los libros, ahora estoy con leyendo el tercero en inglés xD. A ver si los examenes me permiten acabarlo ya de una vez.

    En mi opinión estos libros han superado mis expectativas, ya que pensaba que iban a ser sólo fan-service y resulta que son libros con trama y algo de profundidad ya que incluso desarrollan personajes secundarios dandole así má riqueza a la historia.

    Eso sí, no son obras maestras ya que son muy cortas y algunas escenas descritas son confusas, aún así para ser merchandasing son muy decentes. Recomendables 100%

  2. Excelente artículo, mis mas sinceras felicitaciones compañero!, el problema que he tenido con mass effect como juego es que lo he visto tan completo y largo que lo he dejado a la cola de títulos que tenía pendientes, pero desde luego no descarto jugarlo y meterme en este universo de calidad más que probada.

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