Cada vez que surge una conversación de videojuegos entre gente de mi edad, la frase que nunca puede faltar es “apenas tengo tiempo”. El videojuego es una afición compleja que requiere un esfuerzo extra por parte del usuario y normalmente este esfuerzo se traduce en tiempo. Tiempo para estar atento a las novedades, tiempo para leer críticas, tiempo para aprender cómo se juega a ese nuevo juego que acaba de comprar. El tiempo es, en definitiva, una moneda de cambio que muchos han querido elevar (equivocadamente) a moneda real, equiparando el precio con el tiempo de juego. Quizás por eso, o simplemente porque a veces uno se harta de interminables tutoriales y complejas mecánicas aupadas por una extensa (y normalmente aburrida) narrativa, abrazo con fuerza propuestas como la de este Swordship, el cual ofrece diversión instantánea con un punto de originalidad.
“El mundo tras el calentamiento global. La humanidad se ha refugiado en tres enormes ciudades subacuáticas que se encuentran en el fondo del océano. Aquellos que son expulsados de las ciudades por falta de espacio apenas pueden sobrevivir en la ardiente superficie. Mientras tanto, las megaciudades intercambian cada día millones de contenedores cargados con suministros. A los mandos de botes ultrarrápidos, unos cuantos ciudadanos de las ciudades subacuáticas empezaron a robar estos preciados contenedores para así entregárselos a los expulsados. Algunos tienen más suerte que otros.”
Desarrollado por los suizos Digital Kingdom y editado por Thunderful Publishing, Swordship nos invita a pilotar una suerte de lancha futurista mientras robamos contenedores de abastecimiento para ciudadanos expatriados. Lamentablemente para nosotros, estos contenedores se encuentran fuertemente protegidos y su seguridad no tardará en echarse sobre nuestra débil embarcación a la mínima oportunidad. Por una vez, y sin que sirva de precedente dentro del sector, nuestra mejor baza no será un armamento sofisticado, sino la maniobrabilidad de nuestra embarcación, la cual nos permite sumergirnos brevemente, esquivar y zigzaguear esquivando proyectiles mientras utilizamos esas mismas armas contra el enemigo.
Swordship tiene muy claro lo que quiere transmitir y por dónde quiere llevar al jugador. Su diseño invita a la experimentación como si de pequeños y frenéticos minipuzles se tratara. Para ello opta por un diseño de colores fuertes y contrastados que nos ayudan, junto a un diseño de sonido de una importancia vital a la hora de calcular los tiempos que preceden a los ataques, a situarnos dentro de la acción mientras la música nos mantiene alerta y frenéticos. Un concepto de rogue-lite que anima a sacar provecho de las nuevas habilidades que poco a poco iremos adquiriendo sin por ello perder la esencia principal.
Lo bueno es que no tendremos que esperar nada para disfrutar de Swordship, pues se encuentra disponible desde ya para Windows, PS4, PS5, Nintendo Switch y Xbox Series X|S.