Hay un género, o sub-género, o como quieran ustedes llamarlo, que pervivió durante años en sitios como NewGrounds y sus juegos en Flash: el “life sim“. Ese simulador de vida que muchas veces se emparejaba con el simulador de ligues y personajes a cada cual más kawaii, pero que, per se, no tenía que ir por ahí. Se trataba de tomar un personaje y mejorar sus habilidades entrenándolas, siempre con algún objetivo en mente y no demasiada historia por delante. De esa semilla han salido cosas muy interesantes, aparte de mil y un simuladores revientaestómagos: ahí tienen Punch Club, por ejemplo.
Heredero de esta escuela es Shigatari de Superlegitgames. Se apropia de esas mecánicas para meter al jugador en la piel de un samurái y proponerle que viva una historia a medio camino entre el librillo de “Elige tu propia aventura” y el RPG. Mezcla, a la vez, combates por turnos con técnicas “realistas” de katana con diferentes caminos a tomar y el perfeccionamiento del propio personaje. Y a la vez, mete la posibilidad de meditar, irse por ahí a conocer geishas y componer haikus para celebrar victorias y otros eventos.Todo el arte de Shigatari es de dominio público (y quizá sea eso lo que más me escama, que no sean diseños originales para la ocasión) y recuerda a algo tan bonito como Kiai Resonance. De resto, me parece una idea muy interesante que puede funcionar a la perfección apoyándose en las mecánicas del life sim, y el añadido de los haikus ha hecho que se gane de sobra un lugar en mi corazón.
Si queréis echarles un cable y verlos en Steam, siempre podéis darles un voto bien fuerte en su Greenlight.Greenlight
