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Mind Scanners: Localiza. Diagnostica. Normaliza.

La LIBERTAD era esto

Mind Scanners

Soy lo suficientemente VIEJO como para recordar los últimos coletazos del pánico nuclear. Una ápoca en la que el futuro no es que fuese incierto, sino que directamente se asumía como distopía. La única duda era saber si aquello iba a tirar más por 1984, When the Wind Blows o Un Mundo Feliz. Creo que fue esa completa asunción de la fatalidad la que hizo que al final optásemos por un mal menor para Occidente, abrazando el capitalismo y dividiendo el mundo entre los que tendrían que sufrir eternamente y los que se iban a aprovechar de ese sufrimiento mientras miraban para otro lado. La distopía existía, pero estaba más cerca de Los que huyen de Omelas, de Ursula K. Le Guin . Nunca hizo falta una gran explosión, pero siempre es un buen punto de partido. Si no, que se lo digan a Mind Scanners.

El meteorito llegó. Y de él, los supervivientes aprendieron a aprovechar una extraña fuente de energía conocida como Zygnoka. En los siguientes cuarenta años, una megaciudad denominada La Estructura se erigió dentro del cráter del impacto. Allí, la gente se aisló, acelerando su dependencia de la tecnología y creó una sociedad semejante a una máquina.

Recogiendo el legado de Papers, Please o Not Tonight, Mind Scanners vuelve a iterar sobre el control de los demás a través de diferentes elementos tecnológicos. Quizás la vuelta de tuerca más interesante sea que esta vez no es tanto un control físico, sino uno mental, lo cual da más juego a la hora de experimentar mecánicas y diseños algo más locos. Además incluye algunas novedades dentro del «género», como la posibilidad de desarrollar nuevos dispositivos de control. El resto es más o menos conocido, con un montón de decisiones morales, una subtrama de rebelión en la que podemos vernos implicados (o no) y el seguro giro argumental según avance el juego.

Mind Scanners no parece querer reinventar nada, sino recoger una buena cosecha, tratarla con respeto y agregar los suficientes componentes como para añadirle una identidad propia. El título se encuentra disponible desde ayer mismo para Windows y Mac, y de momento las críticas son positivas. La lástima es que, al menos por ahora, no haya una traducción al castellano.


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