Una de las cosas que nos ha traído este siglo es la terrible certeza de que siempre en Internet hay alguien más chungo de la cabeza y pervertido que tú. No hace falta buscar mucho ni dar demasiadas vueltas, porque tarde o temprano serás asaltado por alguna imagen que desearías no haber visto, algún fanfiction que desearías no haber leído o… glups, gifs que harán que te saques los ojos y reces en medio de la oscuridad para que alguna deidad benévola te borre la memoria. A este efecto lo he denominado “mi puto día a día en Twitter”. Ya saben que exagero (poco), pero sirva esto para ilustrar lo que quiero decirles sobre Lust for Darkness, un videojuego de exploración desarrollado en Polonia por Movie Games y que juega con el tropo del erotismo retorcido para dar más mal rollo.
El tema del fuck retorcido y malvado es más viejo que la vida (especialmente si hablamos de monstruos femeninos) y un poco misógino, por lo que lo primero que me alegra aquí es ver que han sabido resolverlo sin la clásica mujer araña que te quiere violar. No, el enfoque en Lust for Darkness es otro y bebe tanto de (evidentemente) Lovecraft para todo lo referido con el ocultismo, como de Clive Barker cuando se adentra en el BDSM. Nos pone en la piel de un protagonista que explora una mansión victoriana trabosa en busca de su mujer (ay…). Allí ha habido un ritual que ha jugueteado con cosas que no ha debido y ha abierto un conducto a una dimensión bastante chunga: el planeta Lusst’ghaa
La peñita de Lusst’ghaa en algún momento fue similar a la humana, pero coqueteó con las fuerzas incognoscibles y alienígenas de siempre y acabó abandonándose al placer más sublime y jodido, mutando cada fibra de su cuerpo para estar sumidos eternamente en el éxtasis de la carne. Una perpetua búsqueda irresoluble de satisfacción lúbrica, y nosotros en medio.
Vamos, que ahora nos van a intentar borrar el cerito con tentáculos y pinchos mientras que buscamos a nuestra esposa desaparecida (noten el juego de palabras con el BDSM).
De momento no hay fecha ni mucho más que contarles, pero qué quieren que les diga, me ha complacido esta movida. A ver cómo de sutil es para algunas cosas y si su historia, que parte de tópico tan manido, es capaz de generar un buen relato de terror.