A pesar de los “podría” que sirvieron para llenar decenas de medios de “información” dedicados a los videojuegos, no hubo anuncio de Half-Life 3 en el GDC. La tercera parte del que sin duda es uno de los títulos más laureados de todos los tiempos es una carta demasiado poderosa para queValve decida lanzarla en este momento, en el que su posición de poder dentro del videojuego en PC es indiscutible. Puede que el core de HL3 ya se encuentre diseñado, puede que haya un grupo trabajando exclusivamente en él e incluso puede que organicen secretas reuniones en castillos aparentemente abandonados para jugar muy fuerte a una versión beta mientras se ríen del resto de la humanidad traspasando la fina línea que separa a un mortal de un dios. Puede, pero lo que es seguro es que Valve ahora está a otra cosa, y esa cosa se llama implantar Steam en su salón.Quien más y quien menos conoce la sobrada de cifras que maneja Steam con sus 75 millones de cuentas de usuario activas, su record de 7,8 millones de usuarios simultáneos y un catálogo prácticamente inabarcable. Sin embargo no es en las cifras donde Steam demuestra su fuerza, sino en el grado de aceptación que su modelo, a pesar de las muchas sombras de posee, tiene dentro de la comunidad de jugadores. Valve ha conseguido que pasar por el aro de Steam no se tome como algo traumático, sino que parece que la mayoría de usuarios están encantados de disfrutar de sus títulos a través de la plataforma. La manera en la que se ha conseguido este nivel de afiliación daría para un texto independiente, pero resumiéndolo mucho podríamos decir que del despotismo ilustrado basado en “todo para el usuario, pero sin el usuario”, Valve ha ido implantando poco a poco una suerte de liberalismo asambleario que ha conseguido unos magníficos resultados de marca. Se puede discutir sobre si Valve hace caso a sus usuarios, pero desde luego crea en ellos esa sensación.Puede que los más jóvenes no lo recuerden, pero la consola que ahora preside su salón no siempre estuvo ahí. Hubo un tiempo en el que su lugar habitual era compartir cuarto con el adolescente de la casa y un desagradable olor a humanidad. Su llegada masiva a los salones se produjo a través del intelegente Caballo de Troya que Sony incluyó en su PS2: el lector de DVD. En un tiempo en el que paso del VHS al vídeo aún se antojaba traumático para muchos, miles de familias mantenían una acalorada conversación acerca de la conveniencia de comprar una nueva consola que siempre incluía la frase “es que además tiene DVD, y se pueden ver películas”. Como bien sabrán ustedes da igual si lo que se instala en el salón es una televisión, una consola o su cuñado. Si algo está más de una semana allí es que es para quedarse. Así, sin apenas darnos cuenta, la consola se había mudado y escalado su posición social, y por supuesto quien mejor lo entendió fue Nintendo, como casi siempre. El éxito de Wii se debe tanto al buen hacer de la gran N como a la visión de futuro de Sony. Nada de esto hubiera pasado si la consola siguiese rodeada de calcetines sucios al lado de un pequeño televisor. Lo supo Sony, lo supo Nintendo, lo sabe usted y por supuesto lo sabe Valve.La suite de cacharros que Valve ha presentado durante el GDC no pretende desbancar a las consolas, al menos no por ahora, sino representar un estandar lo suficientemente atractivo como para conseguir que el jugador de PC, a la sazón usuario de Valve (recordemos lo de las 75 millones de cuentas activas) valoren trasladar su puesto habitual de entretenimiento a otro lugar de la casa. Al contrario de muchas opiniones que he leído en los últimos días, no creo que las consolas sean un enemigo para Gabe y compañía, sino que suponen su propio Caballo de Troya, el elemento necesario para que su irrupción no se vea como algo agresivo en la armonía familiar. Parece ridículo imaginar que una empresa que ostenta una posición líder en el sector a base de buenas decisiones, pretenda comenzar una encarnizada lucha por apartar de “la pley” a un sector que ni conoce ni quiere conocer algo más allá de sus tres títulos habituales. No, la propia estructura de Valve le permite un proyecto a largo plazo. A ellos les da “igual” (y tomen esta definición en términos relativos) si la implantación de su proyecto se realiza con mayor o menor velocidad, puesto que su negocio es el software, y no parece que por el momento nadie les vaya a arrebatar el trono. Lo que está haciendo Valve es decir a la gente que ya conoce y utiliza de manera habitual Steam “Oye, el rincón ese que te has montado para jugar está muy bien, pero quizás quieras sentarte en el salón y disfrutar allí de nuestro catálogo ¡Qué demonios! Quizás quieras sentarte con tu pareja y tu hijo y enseñarles que dentro de nuestro catálago hay sitio para todos”.El camino trazado para esta transición pasa inevitablemente por adecuar los nuevos elementos sin que estos hagan sentir al usuario habitual en una posición de inferioridad o desatención. Ahí Valve ha tenido el tino suficiente como para que su mayor “revolución”, que no es otra que SteamOS, parezca un cambio sin la mayor importancia. La creación de un sistema operativo propio era un paso fundamental para que todo este entramado funcionara. Depender de un ecosistema no controlado hubiese sido un quebradero de cabeza empresarial lleno de negociaciones para ver cómo se repartía un pastel que al final habría repercutido en el usuario. No sé si SteamOS es una buena solución, pero desde luego parece que era la única. En este sentido hay que valorar que en ningún momento, al menos por ahora, se haya producido un movimiento en favor del sistema operativo propio en detrimento del actual. Una vez más la sensación del usuario es de libertad de elección, y no parece que a corto-medio plazo Steam vaya a realizar una migración masiva fuera de Windows.“Los juegos de PC traspasan una frontera”. Ese es el no demasiado trabajado eslogan que muestra Steam en su página de promoción, en la cual lucen orgullosos Steam Controller, Steam Link, Steam Machines y SteamVR, la sorpresa de Valve para la otra vez tan de moda realidad virtual y que por el momento parece más un sueño geek para desarrolladores que un periférico con target propio. De todos ellos quizás la mayor revolución, y seguramente lo que haya dado más quebraderos de cabeza a sus ingenieros haya sido Steam Controller, un mando con la difícil misión de adaptarse al catálogo existente y a lo que está por venir. De nuevo, donde otros hubiesen elaborado un punto de ruptura, un “a partir de aquí todos los que quieran colgar un juego en mi plataforma tendrán que realizar controles compatibles con mi mando”, Valve decide invitar a la transición (y traspasar una frontera) ofreciendo un controlador que, a falta de ver los resultados, promete otorgar la misma satisfacción jugando a Total War que a un Motal Kombat. A pesar de esto seguro que en unos meses nos hartaremos de ver comparativas entre los mandos de PS4, Xbox One y Steam Controller con sesudos análisis de cada una de sus características para ver cual de ellos sale victorioso y recibe cinco estrellas. La locura del analista, ya saben.Me disponía a realizar una elaborada defensa de Steam Link y Steam Machines como concepto más allá del bueno o mal uso que Valve pueda hacer de estos elementos, pero creo que todo se resume en que para disfrutar de Steam Link y Steam Machines no hace falta comprar ninguna de ellas. Su existencia es necesaria porque toda transición necesita de elementos reconocibles que poder anunciar y poner cara, además de una estandarización de componentes que permita aprovechar al máximo el rendimiento de SteamOS. Más allá de eso, usted o yo podremos montarnos (si queremos) una Steam Machine como… bueno, como se ha montado un PC durante toda la vida. ¿Se imaginan poder montarse una PS4 o una Xbox One?, pues valoren si la idea no es defendible. De hecho no sería extraño que viéramos incluida de serie o a través de alguna app una versión “lite” de Steam en televisores de nueva generación que sustituyeran a Steam Link como opción. En cuanto los precios de las distintas Steam Machines anunciadas hasta el momento qué quieren que les diga, las hay desde los aproximadamente 400€ hasta lo que se quieran gastar, pero no desestimen la idea de crear un negocio dedicado a montar “clones” de cada una de ellas con componentes de similares características pero más baratos.A pesar de la generalizada buena prensa de Steam (y esta santa casa tampoco se libra de eso), conviene recordar que este movimiento también elimina toda la competencia de un plumazo, afectando seriamente a plataformas como GOG o Desura, las cuales se verían fuera del salón. Tampoco hay que olvidar los problemas que afectan actualmente a Steam, como las resticciones regionales, la variación de precios según región, la nula política de devolución o reventa o algunas de sus características que aún se encuentran un poco a deriva como Greenlight o el Acceso Anticipado. Valve podrá hacer las cosas muy bien, pero lo cierto es que el monopolio táctio que actualmente tiene en PC pasaría a ser un monopolio real para buena parte de los usuarios.
¿Ha llegado la hora de Steam? Sólo el tiempo lo dirá. Mejores ideas que esta han caído en el olvido de los usuarios y ahora sólo sirven para llenar ferias de retroinformática. Lo único cierto es que Valve tiene un plan, no parece tener prisa y hasta ahora han sido pocas las veces que han pinchado en hueso. Ignorarlo no parece muy inteligente.