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La Caja de Jorge (II): Rise of the Robots

Hay momentos en la vida en los que piensas que acaba de suceder algo importante, algo que recordarás el resto de tus días porque es imposible que se repita, a veces incluso te das cuenta mientras está sucediendo y llegas a saborear el momento en toda su extensión. Tu primer beso, la primera vez que viste Terminator 2 o el primer concierto del grupo de tu adolescencia al que fuiste suelen convertirse en uno de esos momentos.

Luego existen otro tipo de momentos en la vida en los que piensas que te acaban de engañar. Ese tipo de momentos en los que pasas por los cinco estados clásicos de duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Cuando te deja la chica con la que te diste el primer beso, la primera (y espero que única) vez que viste La Amenaza Fantasma o el último concierto en el que han participado los ídolos de tu adolescencia suelen convertirse en uno de esos momentos.

Cualquiera que haya leído el título del juego de hoy ya habrá adivinado que en esta ocasión hablaremos del segundo caso.

Rise of the Robots vio la luz en año 1994. Desarrollado por Mirage Studios y publicado por Time Warner, fue el título mas deseado por este servidor durante los 12 meses anteriores.

Por aquel entonces yo no era mas que una tierna de muchacha de cabellos dorados que tenía la inocente edad de 15 años de los de entonces. Digo de los de entonces porque por aquel entonces los de 15 años éramos completamente gilipollas. Dejando a un lado mis nulas habilidades sociales, mis únicos intereses consistían echar un partidillo de fútbol al salir de clase y desfalcar el monedero de mi santa madre ahorrar lo suficiente como para poder conseguir aquellas joyas que veía en Micromanía, que era y es, una revista realizada por íntegros profesionales que anteponen la calidad de un título por encima de cualquier presión externa a la hora de realizar sus análisis. Así que a diferencia de la chavalería de ahora de esa edad, no tenía ni idea de lo que era la cocaina ni las orgías en grupo.

Durante el año anterior había seguido con avidez un título que representaba todo lo que yo anhelaba por aquel entonces. Rise of the Robots se anunciaba como un Street Fighter 2 (Bien!) en PC (otra vez bien!) con gráficos alejados del estilo japo (claro que si!), personajes y animaciones realizadas con 3D Studio (oh si nena, no pares!) y una BSO compuesta e interpretada por el mismísimo Brian May, guitarrista de The Queen (arf, arf, arf…). En pocas palabras, Dios había bajado del cielo y había tocado un juego con sus manos para que yo lo disfrutara en toda su extensión.

Para colmo orgásmico iba a ser mi primer juego en CD. Bueno, espera…esto tengo que contarlo mejor.

Hasta aquel entonces queridas niñas, los juegos los vendían en disquetes, y solo unos pocos afortunados disponían de lo que por aquel entonces se conocía como un equipo multimedia, es decir, un equipo con un lector de CD-ROM (de las grabadoras y re-grabadoras ya hablaremos en otro momento). Yo era hijo único, estudiante modélico, repipi insoportable y muy, muy, muy pesado. Así que viendo lo que se avecinaba, me tiré todo aquel año amargando la existencia a mis padres para que adquirieran un CD-ROM.

Bien, pues el juego estaba a punto de salir y acudí correteando y saltando a comprar el nuevo número de Micromanía, donde los muy suertudos ya habían tenido oportunidad de jugarlo e incluso de realizar un análisis. Fuí pasando las páginas rápidamente hasta encontrarlo y allí estaba…un 95 sobre 100. Si, has leído bien, ¡UN 95 SOBRE 100! Ya no había dudas, era ese, el juego de mi vida estaba a punto de llegar a las tiendas y yo había robado ahorrado lo suficiente como para golpear en la cara a cualquier dependiente de El Corte Inglés con mi fajo de billetes y obligarle a traérmelo con una sonrisa.

¡Ya lo tenía en mis manos, ya era mío!

Que magnífico acabado en brillo y cartón del duro.

Encima viene con sus críticas en varios idiomas de las revistas especializadas de cada país. Esta gente tan profesional no puede estar equivocada.

Míralo, ahí está. La crítica de mi revista favorita también está en la caja. Esto solo puede ser sinónimo de calidad.

Decidme si habéis visto algo mas bonico.

Los juegos en formato CD tienen que ser mejores que en disquete seguro, mira como brilla.

La cantidad de luchadores es algo escasa, pero seguro que lo suplen con distintos modos de juego y una calidad por encima de todo lo que se haya visto.

Esto me debería de haber dado una pista.

– Voy a instalarlo.

– ¡Ya terminó!

– Ahora solo me queda arrancarlo

NEGACIÓN: ¡¡No puede ser, no puede ser. Los de Micromanía se han debido equivocar!!

IRA: ¡¡Esto es una puta mierda, me han estafado!!

NEGOCIACIÓN: Apenas se nota que lo he abierto, lo mismo puedo devolverlo en El Corte Inglés…

DEPRESIÓN: ¿Por que me habéis engañado…acaso no sois redactores profesionales?

ACEPTACIÓN: El juego es una mierda y le han puesto un 95, ergo….



Y así fue como perdí mi inocencia y dejé de creer en las notas de los medios profesionales.



En la próxima entrega de «La Caja de Jorge» hablaremos de uno de esos títulos que distinguen a los niños de los hombres…

Os esperamos por aquí.