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Dominical: La vida en la nube

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Desde hace unos años venimos escuchando el término nube para describir sistemas de computación distribuidos, que normalmente llevan detrás toda una estructura de máquinas virtuales con unos niveles de redundancia absurdos, gestión de recursos dinámica y redes virtuales. Unas enormes bases de datos almacenan nuestra información y hacen casi ridículo el uso de discos duros, y dan mucho más sentido a cacharros que sin internet no serían nada, como smartphones, iPads y de más tablets. ¿Estamos preparados para esto?.

Tenemos redes sociales, música, fotos, videos… nuestros recuerdos están ahí, traducidos a ceros y unos, viajando de máquina en máquina propiedad de unos terceros que no conocemos, siendo gente que difícilmente enseñaríamos las fotos físicamente a nuestros vecinos, las compartimos en facebook con 500 contactos que realmente no conocemos. En twitter, intentamos dar una imagen de personas respetables que dicen cosas inteligentes y donde lo principal es que los demás vean que estamos al día.

Las empresas no se fían de que otros manejen sus datos. Los padres no saben ni quieren saber que es eso de internet, todos ellos carnes de productos de apple, que acercan la tecnología despojando de todo el control a sus usuarios, personas que luego ven raro que otros tengan fe en Dios, cuando ellos creen fielmente en google o apple. Grupos de hackers roban nuestra confianza y los núcleos que controlan el mundo se alteran.

Todos tenemos una ventana a todo lo que queramos ver, según vamos creciendo hacia la nube la necesidad de un mero terminal se hace imprescindible… en el futuro nuestro iPad será un simple holograma, o un simple chip en el cerebro. Y en el futuro quizá podamos almacenar nuestra psique en la nube, para no perderla nunca, todo lo que somos y hemos sido, ahí, en diferentes sistemas unidos por procesos de minería de datos… La nube sabe ya mucho más de nosotros mismos, de donde hemos estado, de donde iremos, que relaciones tenemos con los demás, que sentimientos, que se nos pasa por la cabeza…

¿Queda algo que realmente podamos almacenar nosotros y nadie más?, ¿estáis preparados para el datacenter de las almas?… y si la nube es una gran burbuja a la que un día dejaremos tener acceso?, Dios nos habrá abandonado.