CRYPTARKPrimeras Impresiones
Uno de los temas que más me interesa como crítico de videojuegos persona que se dedica, entre otras cosas, a hablar de videojuegos, es la evolución de los estudios de desarrollo. Lamentablemente la volatilidad de esta industria unida a una especie de pánico por colocar figuras visibles como portavoces de los estudios dificulta sobremanera esta tarea. Aun así existen algunos ejemplos que me/nos permiten ver la evolución de un estudio, y de este modo, comprender algo mejor sus inquietudes. Los canadienses Alien Trap comenzaron su andadura cuando todavía la palabra “indie” tenía un significado, allá por el 2002. Su primer proyecto fue un FPS gratuito que permitía el juego entre diferentes plataformas (PC, Mac y Linux) llamado Nexuiz, el cual tuvo su primera versión en 2005, una versión 2.5 en 2009 y una última en 2012 que llegó a XBLA, Steam y que además venía preinstalado en numerosas distros de Linux. A partir de entonces viraron el estudio hacia desarrollos más sostenibles –y rentables-, los cuales se han materializado en forma de Capsized, Autocraft, Apotheon y este CRYPTARK, del que vengo hoy a hablarles y que parece una evolución de distintos conceptos esbozados en sus anteriores títulos.
Según Alien Trap el futuro no va a diferir mucho del presente, al menos en lo que a dependencia económica se refiere. Si, habrá naves, alienígenas, armaduras voladoras… y un montón de facturas por pagar, lo que significa que seguiremos en las manos de diferentes corporaciones y gobiernos sin escrúpulos que querrán chupar hasta la única gota de nuestra sangre. Es el caso del protagonista de CRYPTARK, el cual tiene un contrato con el gobierno para recuperar diferente tecnología alienígena de naves abandonadas. ¿He dicho abandonadas?, bueno, no exactamente, quizás ya no haya extraterrestres en su interior, pero sus sistemas de defensa siguen tan activos como siempre, así que prepárense para abordar una trampa mortal de un tritón de toneladas en medio de la nada a cambio de unos miles de dólares.
CRYPTARK se plantea como un arcade-roguelike lleno de elementos sencillos, bien resueltos y muy difíciles de dominar. El objetivo es superar un total de cinco niveles, en los cuales tendremos que recuperar diferentes elementos de una nave alienígena a elegir generada al azar. Para ello contamos con una extensa multitud de armas, diferentes recompensas según nuestra habilidad, objetivos secundarios y un fajo de billetes con el que comprar distintas mejoras. Sobre el papel parece sencillo, pero aquí la letra pequeña es bien importante.
Como decía hace un par de párrafos, el futuro sigue siendo tan precario como el presente, y eso significa que nuestro fajo de billetes siempre se nos va a quedar corto, lo cual nos obliga a tener que cumplir la mayor cantidad de objetivos por nivel. Estos van desde no activar ninguna alarma a cumplir la misión en un tiempo determinado. Al principio parece algo relativamente aceptable con un poco de práctica, pero a partir de la tercera misión la cosa empieza a complicarse de veras. A esto hay que sumar la creciente dificultad que nos plantea cada una de las naves, las cuales están planteadas como un puzle interconectado que debemos atacar de manera inteligente si no queremos acabar con nuestros huesos decorando el lugar.
Para dar una misión por concluida deberemos acabar con el cerebro de la nave, lo cual no es ninguna metáfora, sino que es un cerebro puro y duro. Para llegar hasta él deberemos localizar una serie de llaves que nos permitan abrir puertas. El camino hacia estas llaves está plagado de enemigos “normales” y de otros especiales, los cuales suponen pequeños jefecillos antes de llegar al cerebro final. Por si esto fuera poco suele ser necesario eliminar diferentes escudos que protegen al jefe y que se encuentran repartidos por toda la nave, los cuales a su vez se encuentran conectados a unas máquinas que los regeneran cuando los destruyes, por lo que es necesario eliminar estos regeneradores, cosa en principio sencilla si por el camino no te encuentras una fábrica de enemigos que es capaz de generar robots de manera infinita hasta que acabemos con ella. Ya saben por dónde voy.
Lo que en principio podría parecer un arcade frenético pronto se convierte en un juego exigente juego de estrategia. Esto no quiere decir que la parte de “disparar” se encuentre descuidada. CRYPTARK se maneja a la perfección cuando nos encontramos disparando, con una especial atención en intentar mantener cierta claridad en pantalla a pesar de vernos rodeados de enemigos casi continuamente. Esta doble exigencia –planificación y desarrollo- sumada a su componente roguelike lo convierten en un serio candidato a ser uno de esos juegos que permanecen años instalados en el disco duro, aunque para ello haya que entrar en su juego.
Alien Trap busca con CRYPTARK perfeccionar aquellas mecánicas con las que había coqueteado en anteriores títulos. Su condición de “Acceso Temprano” además le permite margen de mejora, lo que seguramente dará como resultado un modo más accesible para aquellos que no lleven demasiado bien el hecho de avanzar con pasos muy cortos. Sus desarrolladores dicen que si te lo acabas del tirón no dura más de tres horas. Yo llevo veinte y todavía no lo he terminado, pero esto quizás tenga más que ver con mi torpeza que con la dificultad real del género. En cualquier caso si son ustedes seguidores del género no deberían pensárselo. CRYPTARK da exactamente lo que promete, y eso es mucho decir en los tiempos que corren.
Oigan, que sorteamos una copia de CRYPTARK
Tenemos una copia para la versión de Acceso Anticipado en Steam de CRYPTARK y queremos compartirla con ustedes. Para ello lo único que deben hacer es dejar un comentario en este misma entrada. No se olviden de indicar su usuario de Twitter o Facebook para poder ponernos en contacto con ustedes.
Tienen de tiempo hasta el próximo miércoles día 20 de enero, así que no lo dejen pasar.