Todo lo que nos ha tocado vivir últimamente serviría perfectamente como previo a esa elipsis que nos lleva a un futuro devastado en cualquier narración distópica. Este año ha decidido ser más ciencia ficción que la propia ciencia ficción, mostrándonos imágenes de animales conquistando asfalto y plantas asalvajándose entre adoquines. Parece que el futuro no nos pertenece, pero dejaremos tras de sí un buen puñado de objetos inútiles para aquellos que heredarán nuestro espacio. Postales infinitas de naturaleza postindustrial que Cloud Gardens nos invita a crear.
En Cloud Gardens los jugadores deben aprovechar el poder de la naturaleza para superar diferentes escenas lo-fi de decadencia urbana y paisajes manufacturados. Plantando semillas en los lugares adecuados, son capaces de crear pequeños dioramas de brutalidad y belleza, rescatando y reutilizando cientos de objetos desechados para crear estructuras únicas para que la naturaleza las reclame.
Desarrollado por Noio (a.k.a. Thomas Van den Berg), Cloud Gardens nos permite sumergirnos en una caja de arena sin objetivos en el que poder dar rienda suelta a nuestra creatividad, o bien emprender una pequeña campaña en la que cumplir diferentes hitos. En ambas opciones la experimentación es el elemento principal. Contemplar la extraña belleza de la naturaleza abriéndose paso a través de objetos olvidados. Piezas de cotidianidad que adquieren un nuevo significado al carecer de propósito.
Van den Berg ya había demostrado su exquisito gusto estético con la saga Kingdom, algo que aquí se mantiene y que se ve acrecentado gracias a una nueva colaboración con Amos Roddy, que ya puso banda sonora a Kingdom y que comienza a ser una de las cabezas más visibles dentro del desarrollo independiente gracias a su participación en títulos como In Other Waters, The Wild at Hearts o STRAFE.
Por el momento Cloud Gardens no tiene fecha de salida, pero en su página de Steam asegura que saldrá en versión Early Access a lo largo de este año.