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Análisis: StarFox 64 3D

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Ya tenemos aquí entre nosotros una de las mayores apuestas que tiene Nintendo para este otoño para nutrir el catalogo de su Nintendo 3DS, una consola con potencial, pero que de momento está dando palos de ciego por culpa del “no saber hacer” de la compañía nipona. Debido a este inquietante e incomodo panorama, se agradece la llegada de este StarFox 64 3D pese a ser un remake o una puesta al día de aquel clásico título conocido por estas tierras como Lylat Wars para la ya añeja Nintendo 64.

El clásico Lylat Wars, que fue lanzado en 1997, fue todo un título de referencia en lo que a juegos de acción se refiere en su época, que en su momento, fácilmente se le podría clasificar como un juego de acción en 3ª Persona. Para los que tuvieron oportunidad de jugar al original en su momento, lo cierto es que todo les sabrá muy familiar, pese a que aquí muy probablemente lo vean con una alargada sonrisa. Me baso en ello en cómo han cambiado las tornas en estos catorce años. Este título de StarFox siempre fue un matamarcianos, pero ahora recoge este adjetivo y lo multiplica al haberse adaptado a las condiciones de una portátil. Quizá este StarFox 64 3D no sea el mejor juego de 3DS, ni siquiera un imprescindible, pero sí que se convierte en uno de los títulos más apropiados para la consola portátil por su propia naturaleza.

Me explico: Un juego en portátil siempre debe simplificar sus mecánicas para hacerlo cómodo y accesible a su propia condición, ¿Y qué mejor título podía encajar en estos requisitos que un atractivo y divertido matamarcianos que nos puede mantener distraídos durante los diez minutos que estamos esperando el bus o el metro?

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Como remake, se asemeja muchísimo a la labor que Nintendo realizó meses atrás con The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3DS. Eso implica que estamos ante una puesta a punto del clásico con su pertinente lavado de cara, pero sin diferir en absoluto en lo que ofrecía el juego original, obra del gran Shigeru Miyamoto.

El argumento busca reminiscencias de “Space Opera” en toda regla, con no pocas influencias y guiños a la saga Star Wars, hecho que contemplamos durante los primeros segundos durante su introducción. El argumento es sencillo a la vez que simpático, en la línea de la mayoría de IPs de Nintendo. Nosotros encarnaremos a Fox McCloud, el héroe indiscutible, un joven con la apariencia animal de un zorro aguerrido y valiente como pocos, un grandioso piloto que no duda jamás en ponerse a surcar la galaxia para salvar planetas y sistemas en peligro. Nuestro intrépido héroe, acompañado de sus amigos Peppy, Falco y Slippy, iniciarán una cruzada contra un malvado científico que responde al nombre de Andros, que años atrás tendió una trampa que acabó con la vida de James McCloud, padre de Fox, y que ahora ha iniciado una invasión contra el sistema Lylat. Nuestra misión, cómo no, será detenerlo.

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El desarrollo del juego es extremadamente sencillo. Deberemos recorrer siete niveles realizando diversas misiones, todas orientadas a destruir a cualquier flota enemiga que se nos ponga por delante, hasta llegar al planeta Venom, escondrijo de nuestro antagonista.  En los diferentes niveles que jugaremos, tendremos objetivos de diversa índole, como acabar a todos nuestros enemigos, destruir torretas o llegar al final de recorrido con vida. Dependiendo de la temática del nivel, la forma de jugarlo también cambia significativamente. Tendremos niveles que nos recordarán a un shooter sobre raíles donde únicamente tendremos que ir esquivando obstáculos y disparar, con la oportunidad de ralentizar nuestra marcha o de acelerar. Junto con otros niveles que ya nos dejan ir un poco más a nuestro libre albedrio dejándonos en alguna determinada zona donde podremos movernos en 360 grados donde deberemos cumplir una serie de objetivos. En cada uno de los niveles, iremos acompañados de nuestros compañeros, con una IA que responde muy satisfactoriamente.

En ciertas ocasiones, deberemos sacarles las castañas del fuego a nuestros aliados destruyendo a los enemigos que los acosan continuamente. En el caso de que alguno de nuestros compañeros pierda enteramente su vida, saldrá del campo de batalla con la intención de ir a repostar su nave. Hecho que propiciará que no podamos contar con él ni durante el nivel que estemos ni durante el siguiente. Cada nivel aguarda en su recta final un jefe final al que deberemos derrotar siguiendo una serie de pautas estratégicas hasta que podamos vislumbrar sus puntos débiles, sin lugar a dudas, lo mejor del título. Todos estos niveles tiene una duración de entre unos diez y doce minutos, y al completarlos, nos otorgarán una puntuación dependiendo del tiempo que hayamos empleado, perdido algún compañero, las vidas restantes…etc.

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En fin, si habéis hecho bien los cálculos, la campaña de StarFox 63 3D apenas os durará unos míseros noventa minutos el completarla, quizá un par de horas si no sois tan hábiles o si optáis por el nivel de dificultad más elevado, del que hablaremos más tarde. Así que avisados quedáis para que no se os quede una cara de idiota estupefacto cuando contempléis los títulos de crédito y tan solo hayáis entrado en calor. Por suerte, cada uno de los niveles esconde diversas rutas, lo que obliga su rejugabilidad para buscarlas, pues nos abren las puertas a otros niveles del juego ambientados en otros planetas. Si bien el final es siempre el mismo: Llegar al planeta Venom para acabar con Andross, la experiencia es distintita cuando en una partida en algún nivel debemos ir en un tanque o en un submarino o nos topemos en un planeta distinto junto con un nuevo enemigo final por haber optado por otro recorrido. Decir también que el acceso a estás vías dependerá en algunos casos de la puntuación en los niveles precedentes.

Todo ello hace de StarFox 64 3D un título altamente rejugable, cuya duración se prolonga considerablemente si queremos optar en descubrir todos los caminos posibles que nos lleven a Andross, que termina por ser el gran aliciente de este título. Comprarse este juego para completarlo una sola vez no tendría sentido alguno, aparte de ser un gasto económico innecesario.

La nueva obra de Nintendo guarda otros recursos en su haber: El juego puede ser jugado en dos niveles de dificultad, uno para 3DS, cuya dificultad baja ligeramente respecto al nivel de dificultad más duro, o más clásico según se mire, pues es la dificultad que gozaba en su versión de sobremesa en 1997. Si optamos por la dificultad de 3DS, también se nos abre otra posibilidad jugable jugosa pero poco práctica a la larga. Dicha novedad es la posibilidad de controlar nuestra nave con el uso del giroscopio de la consola. Eso se traduce con mover la nave del mismo modo en que nosotros movemos la propia consola. Esto no pasa de ser una opción curiosa y divertida, pero si quieres probarlo más vale que te olvides de disfrutar del título en 3D. El giroscopio y el 3D son incompatibles. Es también una lástima que se haya limitado tanto el uso de la pantalla táctil, puramente anecdótica. Sólo la usaremos para comunicarnos con nuestros aliados cuando estos nos llamen y nos suene un pitido, muy decepcionante en ese aspecto.

Otro aliciente no menos importante es el modo batalla, que nos permite jugar hasta con cuatro amigos en encarnizados modos multijugador de lucha. Sin embargo, este modo es unicamente local. No hay ninguna opción Online para StarFox 64 3D (la excusa de los de Nintendo era que salía jodidamente caro y que hubiera supuesto un retraso del título, y como la consola no está para permanecer en sequía de juegos…). Eso sí, según parece, solo hace falta un cartucho para poder disfrutarlo con un amigo. En el caso de que juguemos a estos modos en solitario, siempre tendremos el empleo de los bots.

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Gráficamente hablando, estamos ante uno de los títulos más vistosos y representativos de la consola gracias a su alegre diseño, vistoso colorido y la cantidad de elementos que hay en pantalla en las batallas más encarnizadas. Sin embargo, hay altibajos,  los protagonistas, sus naves, escenarios, enemigos finales y otros elementos, gozan de unos modelos que rozan el nivel excepcional. En cambio, el empeño que los programadores han efectuado en las naves enemigas es más bien irrisorio (casi parece que estén hechas por becarios). Con modelos y figuras escandalosamente planas, con bruscas y arquetípicas animaciones y en ciertas ocasiones, su propio color desentona con el resto del plano visual, que se muestra realmente bello y espectacular pese a esta traba.

El tema del 3D merece un párrafo aparte, pues estamos seguramente ante uno de los títulos que más incentivos tiene a la hora de su uso dado la cantidad de elementos en pantalla que aparecen y sobresalen continuamente en un juego de espíritu de puro frenetismo. Decir que son de gran profundidad que ayudan aún más en la inmersión de estar metidos en esas batallas espaciales. Uno de los títulos más llamativos en ese sentido, por no decir el más vistoso de los hasta ahora publicados para la consola.

La factura sonora también goza de un gran nivel, de sobresaliente me atrevería a decir gracias a su gran banda sonora, que se mantiene intacta al clásico Lylat Wars y ahora enteramente remasterizada. Lo mismo se puede decir de la enorme variedad y calidad de todos sus efectos sonoros. Otro aspecto que ya me daba mayor temor era su doblaje al castellano, estando acostumbrado a oír a estos entrañables personajes en la lengua de Shakespeare. Pese a los temores, el doblaje finalmente da la talla. Quizá no sea excepcional pero si es muy notable, algo completamente inesperado, con una gran sincronización, buena entonación y una muy buena actuación y entonación por parte de los actores de cara a sus respectivos personajes. Remarcar además que el muy conocido doblador (sobre todo en videojuegos) Alfonso Vallés, doblador de Solid Snake en el primer Metal Gear Solid, tiene un papel dentro de este intrépido repertorio.

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StarFox 64 3D es un remake en toda regla, no trata de ir más allá de lo que fue en su día el clásico Lylat Wars en 1997. Eso es tanto bueno como malo y en nosotros mismos deberá recaer ese juicio a la hora de determinar que exigimos cada uno de nosotros cuando nos ponemos ante un remake. Como ya he remarcado antes, no estamos ante el mejor título de la consola, pero no deja ser un título muy notable y uno de los más apropiados en cuanto al nivel de requisitos que se le debería exigir a un juego portátil de jugabilidad rápida, sencilla y divertida. En todo ello StarFox 64 3D va largamente sobrado. Sin embargo, hay que tener en cuenta de que estamos ante un título de naturaleza 100% arcade. Si pensamos en él como un título para pasar unas cuantas horas pero sin la intención de rejugarlo y de superar nuestros propios records, su desembolso no vale en absoluto la pena, pues es su propia razón de ser. Hay que tener en cuenta además que pese a su alta rejugabilidad, es un juego que se antoja corto. Una cosa debe quedar clara: Lylat Wars, al igual que el remake que nos ocupa, es un juego que en su momento triunfó y que incluso hoy en día se le puede considerar como una auténtica joya. Si nos consideramos jugadores de tomo y lomo, es nuestro deber y obligación degustar una de las obras más representativas de Nintendo. La cuestión es, ¿Me lo compro para 3DS siendo suficiente aliciente el pagar 45 euros por su lavado de cara y su efecto 3D? ¿O quizá sea mejor que me vaya a la consola virtual de Wii y me descargue el juego original por menos cantidad de dinero pese a no tener ese estupendo lavado de cara y no gozar de sus florituras en 3D? Que cada uno elija si debería jugar a este clásico y casi imprescindible matamarcianos a cualquier precio…