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Análisis: SORS 1

Análisis: SORS

Análisis: SORS 2
Fecha de lanzamiento
3 febrero, 2015
ESTUDIO
Science: Gamed
EDITOR
Science: Gamed
PLATAFORMAS
PC

En agosto hizo dos años de la aparición de Papers, Please. Vamos a pararnos un momento a pensarlo. Ni siquiera dos años del juego que devolvió el tedio como mecánica jugable al lugar en el que estuvo hace tanto, ya en La Abadía del Crimen.

Para entender su importancia no hay más que echar un vistazo a SORS, que se define como sucesor espiritual sin ningún tipo de complejo, jugando incluso con el humor autorreferencial en uno de sus momentos. ¡Ni dos años y ya tiene sucesores! Pero hablemos de SORS, porque lo merece muy fuerte.

Básicamente, es un simulador de médicos en el futuro cercano. Se apoya en los mismos mecanismos que Papers, Please (una serie de objetivos a percibir, un tiempo para ejercer el trabajo, una trama que transcurre a nuestra espalda y con la que podemos tomar una serie de decisiones…) y lo hace con tanta naturalidad que es muy sencillo meterse en el papel.

Análisis: SORS 3

Abrimos los ojos al mundo de Science:Gamed encarnando a un nuevo doctor, recién incorporado al hospital. Estamos en un futuro no muy lejano en el que la humanidad padece un problema bárbaro de superpoblación (sí, más aún) y ha huido del suelo, congregándose en inmensísimos rascacielos conectados por vías superiores. Poco a poco, entre pantallas de carga y los emails que vamos recibiendo de compañeros de trabajo (o publicidad) iremos averiguando más cosas sobre el ambiente en el que tendremos que trabajar.

Lo primero es la pregunta: ¿salvarías la vida de un asesino?

Aún sorprendidos, tras responder, toca empezar a familiarizarse con la que será nuestra herramienta la mayor parte del tiempo, el escáner SORS que da nombre al juego. Uno empieza pensando que es una maravilla de la ciencia: dependiendo de lo que quieras detectar, basta con recorrer la zona del cuerpo, tomar nota de los resultados en la gráfica y compararlos con la tabla de diagnóstico (que más vale memorizar rápido) para emitir un juicio clínico.

La cosa se complicará rápidamente. Porque no es sólo estar pendiente de la gráfica y los diagnósticos (que van creciendo, desde el comienzo con la diabetes hasta tener que buscar distintos tipos de tumores o SIDA), sino que los tratamientos también varían según determinadas condiciones (si hay presente otra enfermedad, si es un tumor o dos…). Y para colmo nuestro escáner no es tan perfecto y falla a menudo. Primero los intentos fallidos se marcarán con otro color, pero pasada la fase de prácticas tocará distinguir mediante el ruido que hace y estar muy pendientes a la pantalla, cada vez más llena de puntos.

Eso, cuando no nos hackeen el sistema y se nos haga todo cuesta arriba. Aunque no todo son malas noticias: también nosotros podemos hacer trampas y trucar el terminal para cargarle el muerto a otro, eliminar fallos del escáner o conseguir más tiempo.

Análisis: SORS 4

Y sin embargo, lo mejor del uso del SORS no es la jugabilidad, sino cómo aprovecha el juego para trasladarnos su visión construyendo su relato a través de ella. Entre el contador de tiempo y que no vemos las caras de los pacientes, rápidamente empezaremos a dejar de verlos como personas. Son sólo trozos de carne que evaluar y con los que tener cuidado para poder pasar hasta el “siguiente nivel”. Incluso podremos hablar con ellos, pero estando tan limitados en el tiempo, ¿realmente nos merece la pena?

Al final el objetivo se lo come todo: debemos tener un porcentaje de acierto con cada tanda y lo que pase más allá acaba dando igual. Hablamos de gente con cáncer de mama, con osteoporosis… Sólo un resultado.

Hala, ahí está la esencia del serious game, empapando todo lo que hacemos, y un discurso que se pregunta si de verdad se puede ser buen médico perdiendo el contacto real con el paciente.

Mientras batallamos con la enfermedad y el escáner nos va alienando, se sucederá la trama. Fundamentalmente nos enteraremos de ella a través de los emails que nos llegarán de nuestros compañeros de trabajo y de algún que otro contacto más. Podremos ir respondiendo sólo unos pocos, pero cada decisión acabará teniendo una consecuencia y marcando el rumbo hacia uno de los distintos finales posibles.

De fondo la sociedad que nos presenta, que cada vez se hace más distópica y menos atractiva, a pesar de que el ser humano va arañándole años a la muerte. Además del humor autorreferencial, me gusta cómo se va desmadejando todo a través de los textos, con algunos puzles adicionales que requieren que prestemos atención a lo que nos dice la gente (por ejemplo, conseguir una contraseña para colarnos en el sistema). SORS funciona porque consigue meternos ahí, que nos sintamos el médico aplastado por exigencias que puede (o no) descorrer el velo sobre lo que de verdad está pasando.

Es de agradecer que también esté documentado. No de forma hiperexhaustiva ni rozando el edutainment, pero se hace muy edificante aprender algo más sobre las enfermedades, cómo se miden y sus tratamientos. No deja de ser otro de los pilares de la inmersión del juego: se nos explica poco porque el médico se ha convertido en un técnico, esclavo del escáner que cumple cuotas y aplica reglas, un “obrero de la salud”.

Análisis: SORS 5

Así, SORS acaba siendo un videojuego muy original, y eso que es imposible no recordar en qué se ha inspirado.

Se muestra valiente y exigente con el jugador, con algunos momentos en los que la dificultad nos aplastará como perdamos el más mínimo detalle en un diagnóstico. Pero también es divertido e intrigante y, sobre todo, capaz de sumergir al jugador en la experiencia. Por el camino nos deja su reflexión sobre el estado actual del mundo y de la profesión médica, y lo hace con naturalidad y sin aspavientos.

Ahora sólo queda que tú también te lo preguntes, querido lector: ¿salvarías al asesino?

Análisis: SORS 6
RECOMENDADO
S.O.R.S. es un videojuego que aprende muy bien de la obra en la que se inspira y sabe construir su propia argumentación para ser algo más que un clon. Su visión de un futuro más precarizado es demasiado preclara.
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