Out There Chronicles 2CRÍTICAEstamos en un desierto violáceo coronado por dos soles abrasadores, quizá el ser humano más solo del universo. Para llegar hasta ahí hemos pasado por un millón de años de hibernación, a los que precedió una cruenta guerra civil. No hay nadie a la vista y sólo está, en otra punta del universo, la vaga promesa de que quizá la nave-colmena de nuestros compatriotas haya sobrevivido y nuestra sociedad se haya conservado de alguna extraña forma. En Out There Chronicles 2 partimos de un fracaso después de haber tratado de sobrevivir al extraño mundo de América, estampando nuestra nave contra un planeta desolado e inexplorado, y toca levantarse.
La continuación de Out There Chronicles, spin-off del maravilloso Out There, no se trae nada nuevo bajo la manga, y tampoco debería siendo un título episódico. Seguimos con el formato de novela visual en la que de cuando en cuando encontramos puzles situacionales, desafíos en forma de diálogos que superar o incluso batallas que librar, siempre en el marco del texto y usando un límite de acciones para fingir la existencia de turnos. Así que nos ponemos en pie, miramos al horizonte alienígena y empezamos a buscar una fuente de agua y de comida.Uno de los problemas que podemos encontrar es el tiempo que ha pasado entre cada episodio. Es un fallo habitual cuando hablamos de videojuegos por entregas y que aquí no fermenta hasta que llegamos a la segunda mitad del recorrido. Porque en la primera, solos en el desierto y explorando de qué manera salvarnos, no necesitamos recordar demasiado. Sólo caminar, guiarnos, encontrar algo que comer y sobrevivir a las tormentas de arena.FibreTigre, el autor detrás de su trama, tiene el buen tino de no alargar demasiado la secuencia en el páramo morado, haciendo que en no mucho tiempo encontremos el núcleo de la narración: otro grupo de gente que no se parece en nada a nosotros con el que tendremos que lograr integrarnos.”El primero es algo más metafísico y religioso y el segundo nos da acción y misterios, pero en ambos se mantiene el espíritu de la saga”Al igual que en la primera parte, parte de la magia del juego está en ese worldbuilding de cómo será el universo dentro de un millón de años, en las sociedades que lo integran y lo absolutamente ajenos que somos a todo: por eso aquí todo el espacio será para la rareza y nuestra condición de extranjeros.
Aquí encontraremos algunos tropos clásicos y algo resobados que resuenan a clásicos pulp o de ciencia ficción, pero, por suerte, tampoco va a ser el núcleo de lo que vivamos en Out There Chronicles 2. Porque como es de esperar, las cosas van a torcerse pronto, y será todo lo que pase después lo que le dé auténtica vida al juego y haga que merezca (y mucho) la pena que le dediquemos las dos ó tres horas que puede llegar a durar.Pero primero hay que sobrevivir a un par de escenas que puede que se nos atraganten. Precisamente la naturaleza de los puzles del juego, encubierta y muchas veces a través de diálogos, puede llegar a desesperar. No tanto en las pocas peleas que encontremos como en varios desafíos que van por tiempo y en los que se impone más la paciencia y el ensayo y error que la lógica interna del juego. Por ejemplo, hay una secuencia en la que tenemos que distraer a alguien para que nuestro personaje escape, y de múltiples combinaciones de las cuatro mismas líneas de diálogo sólo hay una efectiva. Si nos fijamos mucho en las descripciones que hace de la posición de los personajes cada vez que hablamos quizá lo saquemos a la tercera, pero creo que por mucha lógica que viera su creador detrás, no está del todo claro cómo lograrlo.
Salvado ese pequeño cabreo, eso sí, llega lo mejor de Out There Chronicles 2: un mundo aún más alienígena, una situación aún más incomprensible y toneladas de misterios que desentrañar. Es pasado ese Everest que vamos a necesitar recordar muchas cosas del episodio anterior, no tanto para avanzar como para meternos en el contexto y recordar bien a algunos personajes. Mi consejo es que antes de ponerse con esta parte vuelvan a pasarse la primera.Me gustaría contarles más de la trama, pero hay sorpresas que es mejor no arruinar. Llegados a este punto cabe decir que el episodio funciona y que de momento los dos que nos han llegado son muy disfrutables. Actúan casi como compartimentos estancos engarzados en un el hilo del propósito del protagonista. El primero es algo más metafísico y religioso y el segundo nos da acción y misterios, pero en ambos se mantiene el espíritu de la saga, el lore expansivo que en ella habita y su lengua de los dioses.
Parece que el tercero tardará un tiempo en llegar, pero, por suerte, estas dos aventuras tienen la entidad necesaria para disfrutarlas ya si no quieren esperar. Si deciden zambullirse en ellas encontrarán culturas, seres y mundos totalmente ajenos, que harán algo más llevadero el millón de años de distancia.