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Análisis: La Caída de Vergil (DLC Devil May Cry)

Análisis: La Caída de Vergil (DLC Devil May Cry) 1

Apareció Devil May Cry, y parte del coro de vocingleras ofendidas porque Dante no tiene el pelo blanco calló. Poco a poco la gente fue entendiendo que el «reboot» de la saga era otra cosa y que tenía valor por sí mismo. La obra de Ninja Theory conseguía insuflar oxígeno a una saga amortizada y cansada, y prometía contenido adicional tras su salida. Primero llegaría (de manera gratuita) el «Palacio Sangriento», el típico modo lleno de desafíos para prolongar las horas de juego y luego aparecería La Caída de Vergil, el primer DLC con historia de pago.

La idea del contenido, y sin querer caer en muchos spoiler, es continuar donde termina el juego original, pero con un cambio de personaje. Así, la acción pasa de Dante a su hermano Vergil, y con ella cambia radicalmente la manera en la que jugaremos. Del estido rápido y alocado del protagonista principal, con multitud de armas y posibilidades, pasamos a un combate algo más lento, pero también más focalizado, que encaja a la perfección con el nuevo protagonista. Eso sí, al jugador le costará adaptarse, no tenemos tantas armas y falta alguna habilidad que era básica anteriormente (doble salto, velocidad de las pistolas…). Esta pausa inicialmente desesperará, pero a medida que ganemos nuevas capacidades y movimientos se convertirá en la principal baza para jugar y rejugar a la aventura de Vergil.

Y es que desde el inicio, el menú nos deja elegir, como si fueran dos juegos distintos. Cuenta con otra pantalla inicial, con todos los modos de dificultad del juego y nos permite rejugar todo lo que queramos (aunque no en el modo «Palacio Sangriento», gran fallo a mi juicio). El problema es que la aventura es demasiado corta, por mucho que se preste a dos o tres partidas adicionales para sacar todos los secretos y liquidarla en todos las dificultades. Para mí, es el gran punto negro del DLC: Capcom prometía unas cuatro o cinco horas, pero ni el peor jugador de Devil May Cry llegará a esos tiempos, salvo cojera, miopía y espasticidad. Más bien, la cosa queda en unas dos horas y media o tres, más las que queramos repetir. Tenedlo en cuenta cuando os paréis a pensar en el precio.

En general da la sensación de que el tiempo de juego se podría haber alargado con un poquito más de inspiración y un poco menos de prisa. También hay mucho reciclaje de escenarios, especialmente en las primeras misiones, y aunque tienen un tono más demoníaco no aportan tanto a la historia como los diseños originales.

Para darnos algo nuevo, sí que encontraremos dos nuevos tipos de enemigo, uno de ellos muy orientado a la forma de combatir de Vergil y que sería un desafío gordo para Dante. Agradeceremos la inclusión mientras vamos sufriendo a los enemigos antiguos y nos acostumbramos a los controles. Una vez dominados, es todo un placer enfrentarse a las hordas de demonios y a los nuevos invitados. Además, encontramos un nuevo enemigo final. Se hace poco para las seis misiones que engloban el contenido, y es ahí donde también se nota la pereza o falta de tiempo de los desarrolladores: hay varias peleas que se resuelven en vídeos cuando sería mucho más interesante jugarlas.

Hablando de los vídeos, las nuevas secuencias son animaciones en blanco y negro, que encajan perfectamente con la historia y la temática. Habrá a quien no le gusten por el estilo, pero encajan a la perfección en lo que nos quieren contar, aunque su inclusión nos hace jugar menos de lo deseable en determinados momentos. Lo que nos cuentan, la historia, tampoco es nada del otro mundo. Aunque no llega a la del juego original, al menos sí se esfuerza en presentarnos a Vergil y en hablarnos de su transformación, en prepararlo para la más que previsible segunda entrega tras el reboot. Se agradece, pero de nuevo se notan las prisas por querer traer algo antes de que se pasara la novedad, en vez de trabajar en una expansión algo más larga que llegara más tarde.

No hay mucho más. Para resumir: un nuevo estilo de juego que cambia drásticamente nuestro acercamiento a los enemigos, nuevos enemigos, nuevas secuencias de vídeo y desarrollo de historia a cambio de unos escenarios no del todo inspirados y de hasta tres horas de juego. El contenido es altamente rejugable si queremos desbloquear todas las habilidades y secretos, y cuenta con todos los modos de dificultad del original. Lamentablemente, se olvida de incluir las habitaciones del Palacio Sangriento, que servirían para alargarlo más aún.

Si lo ponemos en la balanza, creo que al que disfrutó del original y quiere más, los 9€ que cuesta no le están de más. Para curiosos, quizá sea mejor esperar a una bajada de precio. Sólo queda pensar lo que hubiera pasado de tener algo más de tiempo de desarollo, pero se intuyen ideas que lo harían un imprescindible.