Face Noir es una aventura gráfica desarrollada por los italianos Mad Orange. Lleva tiempo estando disponible en ese idioma, pero recientemente ha sido traducida al inglés y distribuida por Phoenix Online Studios (Cognition). Iba a decir que me alegro de poder jugar a una buena aventura gráfica en esta época, pero creo que ya se puede afirmar que, gracias a los indies, estamos en una nueva edad de oro del point & click. Así que me dejaré de desvelos e iré al grano.
El juego inicia con un flashback que nos muestra su final, y a partir de ahí nos precipitaremos a esa conclusión irresoluble. ¿O no? Gran parte de la magia de Face Noir está en cómo quiere ir más allá y jugar con el destino de su protagonista. Para lograrlo, arranca con una historia muy típica: la del ex-policía fracasado y alcohólico que se pudre en interminables noches siguiendo a esposas infieles como detective privado. Es una historia que hemos leído y visto en películas una y otra vez; y sin embargo, atrapa.
No en su inicio. En su primera hora, que actúa casi de prólogo, requiere la complicidad del jugador, que al fin y al cabo está viviendo “una noche más” junto a Jack del Nero. Si aceptamos nuestro papel pasaremos de un inicio con personajes muy estereotipados a un desarrollo más elaborado, donde la trama se va revelando poco a poco y siempre nos guarda una sorpresa (incluso en el mismo final). Respecto a las cosas que descubrimos, cabe dar las gracias a Mad Orange por no querer tirarnos a la cara todo el argumento desde un principio, por tardar tiempo en enseñar las cartas, a pesar de arriesgarse a que el jugador pierda el interés con un inicio convencional.
No lo perdáis.
Rápidamente, de aceptar el inicio, el juego consigue enganchar al jugador con sus dos apuestas más potentes: su protagonista y su ambientación. Aunque Jack tiene muchos de los clichés de la novela negra, su manera de enfrentarse a las situaciones, sus comentarios (a veces rompiendo la cuarta pared) y el trabajo de la voz en off consigue sumergirnos en sus pensamientos. Es un perdedor, un fracasado y un amargado, pero tiene una razón de ser y la propia trama le hará evolucionar en pos de ese Santo Grial noir: la redención.
Por otra parte, esa Nueva York de 1934, golpeada por la Gran Depresión, sirve como guiño a la actual crisis a la vez de situar a los personajes en un mundo más gris y con menos escrúpulos. Es un placer recorrer los escenarios poblados por cubos de basura, miseria y paredes desconchadas mientras el pobre diablo al que manejamos intenta salvar su alma.
No me quiero repetir más con el tema del guión, así que sin querer hacer spoilers sobre sus mayores aciertos, sólo recordaré el buen juicio con el que dispensa información, un ritmo paciente y varios personajes muy carismáticos y creíbles (salvo el alivio cómico, que tampoco molesta). Hay detalles en los que recuerda a Raymond Chandler (al que homenajea en un punto), y es bueno ver que no se pierden los referentes.
Respecto a su jugabilidad, es muy exigiente. Tremendamente exigente. Pero lo consigue sin hacer trampas ni pedirnos combinaciones ilógicas y extrañas de objetos. Face Noir nos va a obligar, constantemente, a estar pendientes a todo el escenario y no dejarnos recovecos sin mirar so pena de dar vueltas y más vueltas. Si nos adaptamos a su nivel de exigencia, la mayoría de los puzzles no serán complicados. Si no lo hacemos, vamos a sudar sangre.
El único error está en la necesidad que tenemos a veces de seguir un orden estricto para resolver determinadas situaciones. Por ejemplo, si no hablamos dos veces con un personaje y no agotamos sus opciones de conversación, no podremos distraerle para colarnos y obtener lo que no nos quiere dar. Pero no es así la mayor parte del tiempo. Requerirá que nos fijemos mucho, que pensemos mucho, que desarrollemos conclusiones y actuemos en torno a ellas…Tal y como haría el detective al que encarnamos. Además de eso, tenemos el modo “reflexión”:
Aquí lo que haremos será juntar dos datos que hayamos descubierto para sacar una conclusión, y lo usaremos fundamentalmente en los diálogos (aunque también con algunos objetos clave).
Ninguna de las conclusiones es disparatada, y menos si prestamos atención, pero puede pasar que por no haber hablado varias veces con un personaje no tengamos todos los ítems posibles. Por eso, mi consejo es que habléis y habléis, todas las veces que haga falta, con todos los personajes que pueblan el juego. De nuevo, y tal y como haría un detective cada vez que descubre algo.
Finalmente, hay unos cuantos minijuegos que le dan más variedad: forzar cerraduras con ganzúa, sigilo, resolver puzzles manipulando un objeto o recorrer “laberintos” como las míticas catacumbas de Indiana Jones y la Última Cruzada.
El gameplay, entonces, es robusto pero exigente. ¿Y el apartado técnico? Aunque los personajes y sus animaciones son reguleros, no creo que éste sea el lugar para buscar más. Lo compensa un diseño de escenarios espectacular, con muchos de ellos hablando por los creadores. La lluvia interminable, que da sensación de irrealidad y extrañeza; la ciudad llena de comercios cerrados que muestra la decadencia y necesidad de la gente…No son muchos, pero están bien trazados y hechos con muy buen gusto.
Completa el apartado una banda sonora de jazz ambiental que ayuda a remarcar el tono noir y un doblaje muy correcto al inglés.
¿Hay alguna pega que poner? Sí, aunque pocas. Ya he dicho que a veces el juego nos obliga a hacer las cosas por un determinado orden y nos podemos volver locos yendo de un escenario a otro, pero es algo que puede arreglarse si aprendemos rápidamente a revisar todo cuanto tenemos por delante. Más allá de eso, el principal problema está en su traducción: de momento sólo está en italiano, ruso e inglés. Si no hablas uno de los tres idiomas te será imposible jugar.
De resto, poco más que decir. Face Noir dura unas seis o siete horas si no os quedáis muy atascados, es honesto en su gameplay aunque te trate con dureza y cuenta una trama interesante, de la que hay que ser cómplice en su primer cuarto para seguir adelante. Gustará a los seguidores del género noir y en general a cualquier fan de las aventuras gráficas que quiera un desafío. Si te encuentras en esos grupos, enfúndate la gabardina, tómate un par de whiskys y prepárate para sufrir.