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Análisis Call of Duty: Black Ops

Análisis Call of Duty: Black Ops 1

Hay un lado positivo y negativo de vivir en Andorra en lo que a entretenimiento de cine y videojuegos se refiere.  En el lado negativo, es que a veces se retrasan los artículos un par de días de la fecha de salida impuesta, (incluso en algún caso puntual, una semana debido a la incompetencia de los comerciantes) haciendo que tengamos que mordernos todavía más las uñas… Ahora lo positivo: En este país, los comerciantes no entienden de contratos o de convenios o embargos con las distribuidoras. Si ellos reciben el producto antes ya lo venden sin tener que esperar a la fecha mandando a tomar por culo las exigencias de lanzamiento de las distribuidoras. Es por ello que muchos andorranos, incluido este servidor, ya han podido disfrutar de este Black Ops des del pasado jueves 5 de noviembre. Después de esta presentación que este servidor no ha podido evitar debido en parte al entusiasmo que quiere compartir al poseer una copia de la última entrega de una de las franquicias más exitosas de la historia de los videojuegos días antes de su salida en venta, pasaremos a analizar la reivindicación de Treyarch como la desarrolladora que no quiere ser considerada nunca más como la segundona de la saga Call of Duty. Volvamos a un frente donde libraremos una batalla de lo más reflexiva…

Independientemente de si guste o no la saga a nuestros queridos lectores, no se puede negar esta afirmación: Call of Duty ha pasado a ser una saga sobreexplotada, demasiado. S u masivo seguimiento por parte de muchos aficionados, sobre todo por la vertiente online, ha ejercido una enorme presión por parte de Activision a sus desarrolladoras, hasta el momento, de Infinity Ward y de Treyarch. Con la obligación de sacar una entrega de forma anual, dejando poco espacio para la innovación y rigiéndose demasiado por si lo bueno funciona, para qué cambiarlo.  No pasaría nada o no sería demasiado grave si estuviéramos ante una segunda o tercera entrega de la franquicia. Por desgracia, ya vamos por la séptima, y si ya antes vislumbrábamos atisbos de repetitividad en la fórmula, aquí no es diferente. La diferencia radica en unos desarrolladores que lo han querido dar todo por el todo exprimiendo hasta donde han podido una jugabilidad que ya sabe un tanto arcaica, incluyendo novedades de peso. No se puede negar que lo han conseguido. Podemos decir sin tapujo alguno que este Black Ops es el mejor Call of Duty desarrollado por Treyarch hasta la fecha. Pero, ¿Es eso suficiente? ¿Con eso basta? La respuesta al final la encontraremos nosotros mismos.

La principal novedad de esta secuela y principal interés que reside en ella, es la representación de un conflicto bélico tan atractivo y que a la vez nunca antes se había tocado en la saga pese a su extenso material: La Guerra Fría. La elección de situarnos en esa rama histórica no podía haber sido mejor, dándole una enorme personalidad e infinidad de niveles y situaciones por todo lo ancho del globo desentrañando una historia con alicientes gracias a su contribución al género de los thrillers con espías.

A lo largo del juego, controlaremos principalmente a un soldado de  los EUA llamado Mason y a un agente del pentágono llamado Hudson a lo largo de la década de los sesenta por diversos capítulos que conformaron algunos de los momentos más turbios y volátiles de la guerra fría. El haber escogido este tramo histórico da  no pocas ventajas para maquillar un shooter que no ofrece, objetivamente hablando, prácticamente nada nuevo, pero con enormes alicientes gracias a todos los componentes que lo conforman.

Poco o nada ha cambiado en este Call of Duty del resto de sus predecesores. El control, sigue siendo el mismo, aunque excelente, por qué no reconocerlo. Con un desarrollo totalmente lineal y plagado de scripts que nos brindarán una sensación jugable puramente intensa, épica y cinematográfica a más no poder. Siguiendo los cánones ya establecidos hace tiempo y en detrimento de la libertad que nos ofrecen otros shooters, la intensidad es la premisa básica del título, brindándonos momentos espectaculares ya sea a pie o en vehículos donde nos enfrentaremos a hordas de enemigos por múltiples escenarios para seguir su historia.

Si entramos a hablar de su trama argumental, hay que decir que es muy encomiable. Cuesta encontrar tramas sólidas en este tipo de juegos y esta saga nunca ha sido muy ejemplar al llevar a cabo un arco argumental coherente, sin contar con ciertos giros argumentales que se solapaban más por el efecto sorpresa que por un buen guión. En Black Ops disponemos de una trama desarrollada mediante flashbacks que sin llegar a ser brillante, sí que posee atributos y alicientes que la hacen más que interesante y con muchos alicientes por seguirla y completarla. Eso es debido a su “componente espía”, como ya se ha mencionado antes, y a su variedad de escenarios con la aparición de personajes históricos y emblemáticos que tienen su relevancia en el devenir de su desarrollo.  En pocas palabras, sin ser el sumun del género o de la industria, es interesante y se sigue con curiosidad.

Pero además de ello, Treyarch se guarda más balas en la recámara si nos ponemos a hablar de su modo campaña. Como ya se ha dicho, no ofrece nada nuevo o algo que se le pueda llamar revolucionario o novedoso. Pero es de aplaudirle a la desarrolladora un punto del que Call of Duty ya cojeaba a un ritmo alarmante: Variedad. El marco argumental del juego nos obligará a recorrer varios lugares durante ese cruel período. Recorreremos Cuba, Rusia, Vietnam y algún que otro sitio que prefiero no desvelar, pasando por alguna que otra visita por el pentágono. Treyarch ha hecho muy bien los deberes al ofrecernos una variedad de escenarios abrumadora, consiguiendo así que todo nivel sea diferente del resto. Pues de un momento a otro podemos intentar invadir Cuba en la bahía de Cochinos, como huir de una prisión rusa como navegar por el rio Laos haciendo frente a los Vietcongs. Y eso por citar algunos de ellos, pues hay muchos más.

Otro aspecto a destacar sería la variedad de armas, las hay de todo tipo: Pistolas, ametralladoras, escopetas, rifles, bazookas… La diferencia la marca la posibilidad de que posean ciertos atributos que las hagan destacar, como miras láser, visión infrarroja, mira telescópica o lanzallamas y lanzagranadas. Hay muchos modelos y hacen que pese a que su desarrollo intenso sea algo limitado debido a que esté tan encriptado, la apabullante variedad y características de las armas posibilitan en parte que podamos abordar los diversos tiroteos de maneras diferentes, dando un poco de autonomía al jugador al modo de afrontar las múltiples batallas. Siguiendo la estela de la saga, no faltarán momentos épicos donde se hace una simbiosis de juego y experiencia cinematográfica, que son espectaculares e intensos, pero que por desgracia, ya no impresionan después de tantos años.

Como se puede ver, todo sigue igual, pero el marco en que se desarrolla esta nueva entrega ha permitido dotarle variedad. Dicha variedad también la encontraremos al manejar ciertos vehículos, como motos, lanchas, tanques o helicópteros. Son de alabar dichos momentos, pues pese a que no ofrezcan nada nuevo, son intensos, variados y con un control excelente, sobre todo cuando vamos en un Hind-D. Otro aspecto que tampoco haya cambiado es su duración. Sigue siendo una experiencia tan intensa como corta, pese a que aquí se haya estirado un poco más respecto a sus predecesores, alcanzando una duración de entre siete u ocho horas en nuestra primera partida en un nivel de dificultad medio.

En materia gráfica, el juego luce muy bien y sigue luciendo de unos buenos modelos de personajes y de armas, solventes animaciones y unos buenos escenarios. ¿Cuál es el problema? Que este impresionante motor gráfico comenzó con el lanzamiento del primer Modern Warfare en noviembre 2007. Y ahora estamos en noviembre 2010… Por lo que pese a  a poseer un motor gráfico muy bueno y de lo más sólido, también sabe ya a algo desfasado. Sobre todo en la calidad de texturas, bajadas de frame rate y dientes de sierra. También tiene buenos efectos gráficos como los de la sangre en pantalla o el humo, pero como ya se ha dicho, nada que no hayamos visto. Se le puede también achacar una falta de variedad de enemigos, cuya IA, por cierto también es algo mejorable. La versión analizada es la de PS3. He podido también jugar a la de Xbox 360, y pese a que Modern Warfare 2 estaba muy bien optimizado en ambas consolas, la versión de la consola de Microsoft tiene un aspecto más pulido, aunque el online de PS3 es gratuito, así que vosotros veréis… Sin embargo, si poseéis un buen equipo de ordenador, lanzaos directamente a por esa versión, que además cuenta con servidores dedicados sin contar con el control.

En el apartado sonoro, hay ciertos altibajos. Hay una gran variedad de sonidos, tanto de vehículos, como de explosiones o de las armas. Los efectos sonoros son geniales y muy disfrutables en un buen equipo. La lacra la lleva el doblaje al castellano. Ya se sabía que no iba a estar a la altura del original, con Ed Harris o Gary Oldman, pero es que por momentos es muy frustrante. Los actores de doblaje cumplen muy bien su trabajo, dotando de gran intensidad y credibilidad a su interpretación. El problema viene con unos desajustes en el volumen de las voces que hasta dificultan seguir la trama debido a su bajo volumen, y eso sin contar con una desincronización labial que a veces resulta alarmante.

Como era de esperar, no solo se vive del modo campaña, que supone un pequeño porcentaje si lo comparamos con el modo online, que sigue siendo tan rico y completo como siempre, con ciertos modos de juego nuevos como el de apostar puntos de experiencia. También contamos con el divertidísimo modo zombis que nos permite hasta jugar a pantalla partida hasta con cuatro jugadores, deparándonos horas de cachondeo y de pura diversión. En pocas palabras, si se exprime bien, la experiencia de Call of Duty puede durar meses.

Treyarch tenía algo que decir con este Call of Duty, donde básicamente ha reivindicado su buen hacer, este Black Ops es su canto del cisne donde demuestra que  la saga todavía tiene cosas que demostrar. Han sabido paliar defectos con los que ya acarraban y chirriaban demasiado sus anteriores entregas, como  su gran variedad de situaciones que  plantea la campaña, aunque no alcance los niveles de intensidad que sí disponían los Modern Warfare. La idea de llevar a la saga a la Guerra Fría no ha podido ser más acertada, consiguiendo llevar a cabo el Call of Duty más oscuro de la historia. Su ambientación es soberbia, gracias a sus grandes escenarios y a su autenticidad.

La guerra de este Black Ops es sucia, violenta y cruel, hay momentos que pueden hacerse muy desagradables dado el nivel de crudeza de sus imágenes y situaciones, todo muy llevado al límite. Por no hablar de ciertas situaciones que son impagables gracias a su ejecución en la acción o la ambientación, como estar en Vietnam al son de los Rolling Stones con “Sympathy for the Devil”. Cuando quiere, este Call of Duty es capaz de dejarnos boquiabiertos. ¿Cuál es su problema? Su sobreexplotación le hace daño. Una entrega tras otra cada año deja poco margen para la innovación o a la exploración de nuevos conceptos jugables. A eso hay que añadir un solvente motor gráfico que ya muestra ciertos signos de fatiga, una IA mejorable y una sensación de “Déjà vu” muy marcada. Es uno de los mejores Call of Duty de la saga, y el mejor de Treyarch, sin ninguna duda. Pero es hora que la saga se tome un merecido descanso (cosa que no va a ocurrir ya que Activision ya ha anunciado una nueva entrega para 2011) para introducir cambios que verdaderamente sean substanciales y que podamos volver a acoger la saga como si la acabáramos de conocer. Es por ello que cada usuario deberá decidir si quiere volver a vivir una experiencia igual de buena que los anteriores, incluso en ciertos aspectos es hasta mejor, pero de todos modos, sigue siendo la misma que ya hemos podido jugar, un dulce más de lo mismo que ha mejorado substanciosamente gracias a una abrumadora variedad de situaciones tanto jugables como de niveles, una historia más que digna, un online impecable y un modo zombis divertidísimo. ¿Son suficientes las mejoras añadidas? Que cada uno decida. Lo que está claro es que Treyarch ha tirado la casa por la ventana en crear un gran Call of Duty enorme y rotundamente bueno, el más completo, brillante y ambicioso que ha creado. Solo cabe decir que misión cumplida.

Lo Mejor: Soberbia ambientación, el más oscuro y crudo de toda la saga, por lo que se podría afirmar que es el más realista. Campaña intensa y muy variada, tanto en situaciones como escenarios y por fin cuenta con una historia más que digna. Armas, muchas armas. Grandes modos de juego adicionales como su gran online y el modo zombis, hay juego para rato. La campaña tiene momentos geniales…

Lo Peor: …Aunque sigue pecando de corta. Gráficamente ya empieza a mostrar atisbos de envejecimiento. La IA enemiga y aliada también se merece un repaso. Doblaje muy mejorable y no precisamente por culpa de los actores. Objetivamente hablando y pese a su innegable calidad, es más de lo mismo, ya es hora que la saga se tome un descanso (que no lo hará) para innovar y evolucionar.