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Análisis: Botanicula

Botanicula
Botanicula

Me siento como si siempre escribiese lo mismo, pero es que con juegos como este poco más puede uno hacer que reafirmarse en sus convicciones; cuando hay talento de por medio, todo lo demás se vuelve mucho menos necesario.

Nos encontramos ante Botanicula, el nuevo juego del estudio checo Amanita Design, autores de joyas como los dos Samorost o Machinarium, cuyo análisis por cierto le ha granjeado a quien esto escribe un sitio entre los redactores de Nivel Oculto. En aquel caso nos encontrábamos con una aventura gráfica de mecánica muy simplificada y una sensacional y muy rompedora dirección artística, amén de un gran apartado sonoro, como aspectos más destacables. Todo eso es definitorio de Botanicula, y sin embargo veremos que este juego no se parece en absoluto a nada que hayas jugado anteriormente. 

Para empezar se basa en un concepto muy simple y básico sobradamente conocido por todos, pese a que muchos parezcan haberlo olvidado; jugar, sin más. Progresas por pura curiosidad, por experimentar y ver qué pasa. El juego no necesita en ningún momento instruirte en mecánicas o explicarte tutoriales, simplemente te encuentras frente a diversas pantallas en las cuales aparece el cursor de tu ratón. Mueve ese cursor por la pantalla colocándolo sobre aquello que llame tu atención y, cuando veas que la flecha se convierte en mano… haz click. Así de simple.

La gracia de esto es que cualquiera que se siente frente al juego verá aparecer esa manita y necesitará descubrir qué sucederá cuando hagamos ese click. Así pues, lo que te hace progresar en Botanicula es simplemente la curiosidad de vivir más situaciones diferentes. Quizás el cursor se convierta en mano al posarlo sobre una hoja y al hacer click veamos aparecer de detrás a un animalito, o quizás hagamos que uno de nuestros personajes interactúe con un objeto. Normalmente esto no tendrá relevancia en el progreso en el juego, pero sí en la experiencia, que se basa en ese curiosear-descubrir constante. De hecho ni siquiera tendrás la posibilidad de decidir qué harán tus personajes al hacer ese click, simplemente lo haces para ver cómo responden. Lo importante es que siempre hay situaciones nuevas que, pese a que se jueguen igual, funcionan de formas muy distintas, manteniendo al juego fresco durante las cuatro horas que dura aproximadamente. Los puzzles son bastante simples y no demasiado difíciles, y el argumento es poco más que una escusa para la ambientación, la dirección artística y la jugabilidad. Así pues el juego apenas emplea otros elementos para motivarnos: ni una historia, ni un reto. Únicamente este sistema consistente en tocar y su estilo artístico, tanto el apartado visual como todo lo referente al sonido.

Análisis: Botanicula 2

Y ¿de qué va el juego? Pues nos encontramos en un árbol en el que unas malvadas arañas están robando toda la sabia y haciendo la vida imposible a sus minúsculos habitantes. Controlando a cinco de estos habitantes avanzaremos por la aventura en pos de detenerlas. Estos personajes no tienen habilidades diferenciadas, simplemente progresan juntos aprovechándose de lo que sabe hacer cada uno. Esto significa que en determinados momentos se nos planteará la necesidad de escoger entre ellos quién afrontará una situación. Lo interesante no es discurrir quién debe ser el elegido (de hecho no suele tener demasiada lógica) sino ir probando con todos y ver qué sucede. Créeme, lamentarás que la situación se resuelva sin descubrir lo que pasaba al seleccionar a todos los personajes. Y creo que esto resume bastante bien lo que se experimenta al jugar a Botanicula: es más divertido experimentar con las situaciones para ver qué sucederá que resolverlas directamente.

El estilo visual es muy interesante; las imágenes tienen un extraño realismo abstracto (sí, sé lo ilógico que suena, digamos que son cosas abstractas con un tono o aspecto realista… pero tampoco demasiado realista) que se va acentuando conforme progresamos. Con esto quiero decir que al principio del juego estamos en el árbol y nos rodean personajes que se parecen a animales o plantas más o menos identificables, pero esto cada vez más va dejando paso a diseños y situaciones mucho más surrealistas que beben de todo tipo de fuentes para dar lugar a un estilo totalmente único y propio que se convierte en uno de los grandes pilares de Botanicula. Resulta hasta redundante decirlo de un juego de Amanita, pero cada segundo y cada plano podría ser usado como fondo de escritorio.

En el audio me detendré lo justo: destacadísimos efectos sonoros dotados de un inmenso carisma que contribuyen a dotar de personalidad a las situaciones y una música excepcional (de la que, por cierto, parte se puede descargar con el propio juego) que ambienta a la perfección.

Conclusiones: 

   En la introducción de este análisis decía que cuando hay talento de por medio, todo lo demás se vuelve mucho menos necesario. ¿Y a qué viene esto? Pues a que seis personas he contado durante los títulos de crédito. Únicamente seis personas y un presupuesto reducido han llevado a cabo una de las obras más originales, carismáticas, personales e innovadoras que he jugado en mucho tiempo. Y lo han hecho de una forma excepcional, pues la ejecución ha resultado prácticamente perfecta. 

   Botanicula es un oasis en la industria de los videojuegos; no sólo se desmarca de las superproducciones mainstream sino que también lo hace del sector independiente, combinando el acabado de lo primero con el rupturismo de lo segundo. Pero en cierto modo es como si sus creadores nunca hubiesen jugado a ningún otro videojuego, pues no se parece en nada a cualquier otra obra de su medio. Botanicula es puro riesgo y pura emoción, es tan puro y bello como un copo de nieve recién caído. Dura cuatro horas, sí, pero no es corto; dura lo que tiene que durar y, cuando lo completes, te sentirás satisfecho. Querrás más, pero no más Botanicula; más Amanita.

 

Análisis: Botanicula 3