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Análisis: Hitman – Absolution

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Desde que llegó la actual generación, fueron muchos los fans de Hitman que demandaban a IO Interactive una nueva entrega del agente 47 para la actual generación. Pese a esta fuerte demanda y entusiasmo de ver a ese frio asesino en HD, los daneses de IO estaban más interesados en su nueva IP llamada Kane & Lynch, cuyos resultados finales han sido un tanto desiguales y dispares. Por suerte para todos, parece que en IO empezaron también a echar de menos al calvo con un código de barras pegado en la nuca. Los fans no pudieron estar más contentos con el anuncio de Hitman: Absolution en el E3 del 2011. Al final, todo ha acabado incluso mejor de lo esperado. No solo el agente 47 ha regresado, sino que lo ha hecho con un sobresaliente juego. Hitman: Blood Money fue el último juego de la franquicia en aparecer en ya lejano año 2006. En seis años hemos visto, y eso sin contar entregas portátiles o spin off, seis Call of Duty, seis Halo, cinco Assassin`s Creed, trilogías completas como Mass Effect, Uncharted, Resistance o Gears of War, tres Silent Hill, un par de The Elder Scrolls, un par de Zelda, un GTA, unos cuantos Mario…. Pero un solo juego de Hitman. Bienvenido de nuevo, Agente 47.

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Las intenciones de IO Interactive era crear un juego que fuera familiar para los seguidores del frio asesino, pero que fuera a la vez accesible para los neófitos en la saga. Ese hecho ya se aprecia en su guión, como ya ocurriera con las anteriores entregas, donde cada episodio es independiente entre sí, sin ser necesario haber jugado anteriormente pese a que sí que repitan algunos personajes. En esta ocasión, los daneses de IO han querido aportar una trama mucho más personal en la psique del frio asesino, y qué mejor que eso que el agente 47 tenga que asesinar a su enlace en la agencia, Diana Burnwood, por traición. Antes de morir, la insurgente le pide a su antiguo compañero un favor personal: proteger a una joven llamada Victoria, que resulta ser la principal causa del cambio de bando de la portavoz de la agencia. ¿Por qué esa obsesión en protegerla? ¿Por qué toda la agencia desea recuperar a la joven Victoria a toda costa? Esos son los enigmas que el agente 47 deberá resolver, y para ello, deberá hacer aquello que mejor sabe hacer: asesinar.  Esta vez, el protagonista actúa completamente solo, sin ayudas o contactos, y teniendo a la agencia como enemigo. Deberá ir resolviendo cada incógnita buscando de uno en uno a las personas que le pueden ser útiles para desentrañar esta conspiración. Sin ser nada del otro mundo y un tanto predecible si eres un seguidor de la saga, la trama da más o menos la talla, con unas cuantas secuencias de vídeo bastante agradables y bien realizadas que mantienen el interés. Mención especial al agente 47, que sigue siendo tan frío e impersonal como siempre, sin sucumbir a ninguna de las tendencias actuales. No estamos ante un revival o reboot, sin ante una secuela con todas las de la ley.

El objetivo de IO era traer de nuevo a la franquicia en todo su esplendor pero haciéndola más accesible para los que se adentraran por primera vez, dato que generó miedo por parte de los más puristas, que ya tenían a la última entrega en un altar por el refinamiento y perfección de las mecánicas jugables por los que siempre se ha regido Hitman. La buenas noticias son, que aunque hay ciertos sacrificios, IO Interactive ha conseguido todos sus objetivos, tanto en materia de hacerlo más accesible pero manteniendo contentos a los fans del agente 47. Hitman: Absolution se juega exactamente igual que hace seis años se jugaba a Blood Money. Iremos por escenarios de considerable tamaño para ir a nuestro libre albedrio y teniendo que matar a uno o más personajes para superarlo. El modo en cómo lo hagamos vuelve a recaer en nosotros. Siempre podremos ser completamente sigilosos e incluso disfrazándonos para llegar a nuestro objetivo o liarnos a tiros con todo lo que se mueva. Pero como todo buen Hitman, siempre se premia el uso del sigilo por encima de la acción. Y es que como antaño, Hitman: Absolution vuelve a demostrar que el macabro acto de matar puede ser incluso todo un arte y una ciencia si quiere llevarse a cabo de forma limpia. Sin daños colaterales, sin que nadie se percate de nuestra presencia…. Todos y cada uno de los niveles nos ofrecen un montón de posibilidades a la hora de acabar con nuestras victimas. No hay problema si quieres envenenarlo, o pegarle un tiro desde lejos con un rifle francotirador. Quizá prefieras que su muerte parezca un accidente… Absolution te invita a ser creativo cuando debes matar, abriéndote un montón de posibilidades, haciéndolo muy, muy rejugable. Con niveles que cambian completamente dependiendo de cómo decidamos acometerlo. ¿Un ejemplo? Hay un momento que debes liquidar a un luchador de lucha libre. ¿Por qué no te disfrazas de su rival y le matas a ostias en el ring? ¿O prefieres colarte por la puerta de atrás con la llave que antes habrás birlado y darle matarile desde lejos con un rifle francotirador?  Debe morir, pero el modo es a tú elección. El juego te hace sentir como un asesino despiadado y mortífero, y no solo a sus múltiples posibilidades, sino al magnífico diseño de todos sus niveles, con un empeño especial en el detalle, con diversos objetos con los que interactuar. Aprenderás que cualquier cosa puede ser un arma, ya sea un trozo de cristal roto, una pistola, una llave inglesa o una puñetera Biblia.

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No obstante, hay ciertas novedades en su diseño que no  siempre terminan por convencer. Muchas de ellas relacionadas con esa accesibilidad para el novato. El agente 47 dispone de un nuevo “poder” o habilidad llamada instinto, que le permite ver a través de las paredes, pudiendo anticipar todo aquello que le espera a continuación. Puede parecer un añadido tonto, pero su uso, si es frecuente, cambia radicalmente la propuesta jugable y la esencia de lo que se supone que es un Hitman. Evidentemente su uso está limitado, pero no es fácil rellenar su barra, con acciones sigilosas. También se ha intentado repeler situaciones embarazosas de forma más asequible, rápida y silenciosa, con un sistema de apuntar a cámara lenta a los adversarios y luego el agente 47 se encargará de matarlos automáticamente en una secuencia de video muy espectacular de una forma que recuerda poderosamente al sistema de apuntar y disparar heredado de Splinter Cell: Conviction. Evidentemente, su uso no es obligatorio, y de hecho, no se premia su uso, al igual que matar a nadie. El juego dispone de un sistema de puntuación que se va restando siempre que matemos a alguien o tengamos contacto con otro que no sea nuestro objetivo. Incluso es punitivo cuando dejamos inconsciente a alguien, aunque vuelve a la normalidad si escondemos el cuerpo. Todo ello hace que el juego sea muy satisfactorio siempre que nos ciñamos a cumplir nuestro objetivo sin daños colaterales, sino de forma limpia y discreta. Dicha puntuación sirve para clasificar tu grado de profesionalidad en el oficio al completar cada nivel.

Otro dato no menos discutible su nuevo sistema de guardado. De nuevo vuelven a haber puntos de control, solo que esta vez están esparcidos por diferentes espacios entre los niveles. Nunca tendremos la posibilidad de decidir ni cuándo ni dónde queremos guardar. Del mismo modo que ahora tampoco estamos limitados a un determinado número de veces que podamos usar los puntos de control dependiendo de la dificultad en la que jugamos. IO Interactive también ha querido dotar a Absolution de un aire más cinematográfico y dinámico, añadiendo un conjunto de fases en las que más que limitarnos a asesinar a nuestro objetivo, deberemos huir de un escenario mientras somos acosados por sicarios o policías. El sistema de esos niveles se basa en cubrirnos detrás de las paredes e ir avanzando sin que nos descubran, de hecho, esto es una premisa que incluso en los niveles de asesinato nos obligan a emplear si queremos ser completamente eficientes, recordándonos por momentos a estar más ante un Splinter Cell e incluso al último Deus Ex: Human Revolution que a un Hitman. Es muy probable que a los más puristas les choque y les descoloque en los primeros compases de la aventura este nuevo planteamiento, sin embargo, a medida que su desarrollo avanza, nos damos cuenta que son solo ciertos detalles nuevos pero que n empañan la experiencia de esta saga. Sin embargo, es criticable su uso y abuso en ciertos niveles, volviéndose demasiado predecibles, pues por momentos tocará matar y en otros tocará huir. No obstante también hay que decir que el uso de las coberturas se vuelve bastante más necesario si no vamos disfrazados.

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Como ya se ha enfatizado unos párrafos más atrás, estamos ante un título de lo más rejugable, y eso sin contar que la nueva aventura del agente 47 no es precisamente corta. Pero es que además, todos y cada uno de los niveles disponen de una serie de desafíos de optativo cumplimiento pero que nos hará aumentar nuestra puntuación. Estos desafíos son rematadamente variados, que van a superar el nivel sin disfrazarnos, pasar completamente desapercibido, disfrazarnos de todas las formas posibles, acceder a una estancia de un modo u otro, matar a nuestro objetivo de múltiples maneras e incluso completar algunas tareas secundarias. Aparte de mostrarse como una alternativa o vía para hacerlo más rejugable, lo cierto es que pican de mala manera, sobre todo a la hora de proponernos desafíos de matar a nuestro objetivo de una forma u otra. ¿Ya os he dicho que aquí matar puede ser una ciencia y todo un alarde de creatividad convirtiendo el asesinato en todo un arte? Es de agradecer que un personaje tan frio como el agente 47 se convierta en un elemento tan interesante y tan magnético y que siga siendo igual que como lo recordábamos, pese a ciertas novedades que pueden descolocar a los más veteranos en la franquicia. El juego dispone además de cinco niveles de dificultad. Fácil, Normal y luego tres variantes del modo difícil, cada uno más puñetero que el anterior. Mi consejo es que los veteranos empiecen por la primera modalidad del modo difícil, ya que los dos primeros modos están bastante más enfocados a los neófitos, aunque incluso en el modo normal ya puede ser todo un reto si queremos ser totalmente eficientes.

Como por desgracia suele ocurrir en estos tiempos, donde hay que incluir un modo multijugador pese a que la experiencia y columna vertebral del título sea la experiencia monojugador, IO Interactive se ha molestado en ofrecer un curioso e interesante modo multijugador llamado Contratos. En dicho modo, se nos invita a superar desafíos basados en matar a nuestros objetivos en un marco de tiempo y con ciertas directrices para conseguir mayor puntuación, como no ser descubiertos o matarlo con una determinada arma. Estos niveles son los usuarios que los crearán, sacados directamente de los niveles de la campaña, decidiendo de forma rápida y accesible a qué individuos deberán matar los usuarios de la red. Pese a que no fuera un modo necesario, lo cierto es que IO ha sabido crear un modo con soltura, rápido y directo que puede llegar a ser muy adictivo para todo aquel que quiera exprimirlo.

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Hitman: Absolution estrena nuevo motor de cosecha propia de IO Interactive, el Glacier 2.0. Un nuevo motor que se merece todos los halagos posibles, mostrando una solidez  y un muy buen rendimiento. No solo estamos ante un motor vistoso y con un buen acabado, sino que muestra un nivel de detalle en cada uno de los niveles que es digno de mencionar. Por no hablar del impresionante nuevo aspecto que luce el agente 47. La banda sonora resulta muy eficaz en continua en la línea de la saga, pese a que ya no la componga el gran Jesper Kydd. El juego llega totalmente doblado al castellano a un gran nivel, con un repertorio de dobladores muy profesional y reconocible en cine. Sin embargo, la labor de doblaje original es mucho más impresionante y se nos permite la opción de escoger el idioma y los subtítulos. Algo que se debería hacer mucho más en la práctica.

Había ilusión y muchas ganas de jugar con el agente 47 en esta generación, una espera que se ha alargado más de lo que habríamos deseado. Nada más ni nada menos que seis años nos separan desde este Absolution al ya lejano Blood Money. La espera ha merecido muchísimo la pena, y eso es lo mejor que se puede decir de esta nueva entrega de la saga, sobre todo después del miedo que había suscitado ante el irregular camino de IO en esta generación con las interesantes pero algo fallidas entregas de Kane & Lynch (que incluso IO se permite el lujo de homenajear en este Hitman). Hitman ha vuelto con mejor forma y  frescura que nunca. Pese a sus novedades para hacerlo más accesible y una primera toma de contacto un tanto dudosa, estamos ante un Hitman con todas las de la ley que da la bienvenida con los brazos abiertos a los neófitos y a los veteranos que ha conseguido que Hitman se sitúe en ese respetado sitio donde se encuentra. IO ha sabido ser fiel a los que siempre les han seguido. Su calidad es indiscutible, sin contar que se hace agradable volver a reencontrarse con esta saga, pese a que el camino que vaya a tomar de ahora en adelante sea muy cuestionable debido a la política de Square Enix de traernos uno de forma anual siguiendo la estela de otras compañías con sus sagas estrella. Pero vivamos el momento y disfrutemos de Absolution. El agente 47 regresa y no más joven ni más rebelde con un cambio de look ni con reboots, ni spin offs  de ningún tipo como sucumben muchas sagas en la actualidad. Sino que regresa más complejo, más frio y mortífero que nunca. Reverenciemos el arte de matar y a uno de los mejores juegos del año.

Análisis: Hitman - Absolution 7