Un machango, aparte de un maravilloso insulto canario, es un muñeco, un monigote. Se los quiero aclarar ya porque ahora cuando hablemos de West of Loathing, a falta de mejor término con el que denominar su estilo visual, hablaremos de machanguitos. ¿Han asumido ya bien el concepto? Perfecto, sigamos.
Piensen un momento en el videojuego y la comedia. Está claro que desde las primeras aventuras gráficas hasta el último Uncharted el humor y el chascarrillo han estado ahí, con diferentes resultados. Pero lo que sí es difícil es encontrar una adaptación de algo tan anglosajón como es el slapstick al mundillo. Se me ocurre si acaso Jazzpunk (que no puedo dejar de recomendar cada cinco minutos) como cúspide necia del protogénero y poco más. No es un mal punto desde el que partir, desde luego. Ahora imaginen que alguien ha cruzado el mundo abierto del Salvaje Oeste de Westerado con él y el resultado, machanguitos mediante, sería este West of Loathing. Un RPG idiota de aventuras en el Oeste, en el que las tres clases de personaje (y me van a perdonar que no las traduzca, porque se pierde parte de la gracia) son cosas como Snake Oiler, Beanslinger y Cow Puncher.Yo no estaba enterado, pero resulta que sus creadores, Asymmetric, habían lanzado ya un videojuego de cachondeo y machanguitos similar, pero de temática fantástica, Kingdom of Loathing. Entiendo por tanto que ya le tienen pillado a esto del rolazo con risas y que saben qué pretenden.
De resto lo que ustedes pueden encontrar aquí es lo esperable en un título más convencional del género: misiones secundarias, mundo abierto, personajes con los que interactuar (entre ellos un caballo borracho) y añadidos idiotas como cincuenta sombreros distintos para personalizar a nuestro machanguito.
En agosto estará entre nosotros, para PC, Mac y Linux. A ver si la broma tiene gracia.Página Oficial