COLABORA EN NUESTRO PATREON

Way to the Woods: Resarciendo a Bambi

Way of the Forest
Way of the Forest

A veces sólo hace falta algo bonito. Algo bello y hermoso que te pellizque los ojos y te llene el corazón de serenidad, que te conmueva con una belleza serena y no invasiva. A finales de 2015, hace ya más años de los que me gustaría, mi compañero Juanma topó con una veta de hermosura y se puso a picar en ella hasta sacar varias imágenes con las que alegrarnos el día, ¿se acuerdan? Probablemente no. Probablemente les pasara lo que a mí, que en su momento me emocionó pero luego al no saber nada acabó archivado en esa parte de la cabeza que se encarga de lo bello pero efímero. Por suerte, lo que es bueno y bonito vuelve y hoy volvemos a hablar de Way to the Woods.

Desarrollado por Anthony Tan, un chaval de Melbourne de 18 años que ahora mismo me hace cuestionarme mi propia mortalidad y lo estúpido de muchas decisiones vitales que me han llevado hasta aquí en vez de a hacer un juego bonito a rabiar; Way to the Woods es sencillo y no oculta sus principales referentes: los Journey-like del mundo que vinieron antes que él. Sólo que aquí hay un cambio vital para llenar aún más de maravilla nuestras retinas: ciervos.Qué esperanza y qué cosas maravillosas nos traen los jóvenes, ¿eh, amigos? Porque poco más hay que decir. Se intuye ahí alguna pequeña mecánica, un mundo que fue nuestro y ahora ha sido devuelto a la naturaleza y la mamá ciervo y el cervatillo avanzando a través de él en una suerte de viaje espiritual. No es que haga falta más para volver a alegrarme la mañana.

Recen para que todo vaya bien y esto no acabe en el cajón de los juegos que no fueron. Recen, y con suerte lo tendremos en 2019.Página Oficial