Como el adolescente granudo y pajillero que es, el videojuego se ha centrado por vocación en temas triviales que le han permitido integrarse rápidamente con el resto de sus congéneres. Hasta hace bien poco no parecía el momento adecuado para ponerse a hablar de la pérdida, del horror de la guerra o de la futilidad del materialismo, al fin y al cabo nadie quiere un rarito en su pandilla de amigos o como demonios se denomine ahora a los grupos de gente con los que te juntas a fumar porros. Sin embargo hete aquí que el pajillero tiene más coco del que parece, y una vez pasado el pavo comienza a tocar tema incómodos sobre la vida, la muerte o la religión. Bien por él.
Los polacos Paul y Daniel Kulikowski se encuentra desarrollando The Last Cargo, título cuya carta de presentación se define como “una reflexión sobre el adoctrinamiento religioso”, y mucho ojo porque no se refieren al islamismo o cualquiera de esas religiones que NO SON LA NUESTRA y por lo tanto sabemos que sólo pueden ser profesadas por terroristas, etarras o miembros de La Sexta. Recordemos que el 85% de la población polaca se declara católica, y los Kulikowski parecen dispuestos a hablar sobre ello.
Yo estudié en un colegio religioso, pero lamentablemente para mi alma nunca terminé de creérmelo del todo. Mi último encuentro con la religión fue cuando tenía que sortear las meadas realizadas en mi calle por los miembros del JMJ. Imagino que eso es lo que llaman penitencia. Da igual. El caso es que cuando pienso en un juego que va a exponer los problemas del adoctrinamiento religioso me imagino un hack\’n slash –si, yo imagino todo en forma de hostias– en el que tenemos que defendernos de hordas de fanáticos que se sienten superiores a mi por llevar un crucifijo colgado en el pecho, con jefes finales que disparan biblias desde su sotana y cosas así. Afortunadamente los Kulikowski son mucho más inteligentes que yo, y han ideado un survival horror de componentes únicos.
Encarnaremos a un tipo en silla de ruedas atrapado en un misterioso edificio. Para sobrevivir tendremos que explorar piso por piso en busca de combustible, alimentos, fuentes de luz y lo que es más importante, reflexionar sobre el propósito y el significado de este lugar. El mapa abierto nos permitirá decidir hasta que punto queremos explorar, dependiendo de nosotros la valoración de si vale la pena el riesgo en función de las respuestas que podemos encontrar. Tema importante este, puesto que The Last Cargo apuesta por la muerte permanente
La silla de ruedas como metáfora de la inmovilidad que pueden provocar la creencias impuestas me parece la mayor genialidad que he visto este año con diferencia. Estoy deseando ver hasta donde son capaces de llegar por el camino que se han marcado. Curiosamente la única certeza con la que cuentan estos dos desarrolladores polacos de poder ver su juego alguna vez publicado se basa en la fe. La fe de que su propuesta les parezca lo suficientemente interesante a todos ustedes y decidan invertir un dinerillo en su campaña de Indiegogo. También pueden apoyarles a través de Greenlight o difundir su palabra a través de donde crean oportuno. Esto lo vale.
The Last Cargo en Indiegogo The Last Cargo en Greenlight VÍA: Indiestatik