La mayoría de nosotros hemos crecido en un mundo sin DDT (al menos usado como pesticida) salvo que ustedes sean más viejos que el bosque. Yo sí recuerdo las campañas que hubo durante mi infancia para acabar con los CFC y restaurar la capa de ozono (spoiler: se logró, pero jeje, muchos no quieren recordarlo porque significaría que se pueden lograr otras cosas), pero como digo, esto me queda muy lejos. Por eso, al menos yo no conocía la historia de la bióloga Rachel Carson y su libro, Primavera silenciosa (1962) que fue la punta de lanza del moderno conservacionismo y de su lucha encarnizada para que dejaran de usarse unos pesticidas que reventaban toda la vida natural y tenían unas consencuencias terribles. ¿Por qué les hablo de todo esto? Porque The Forest Cathedral quiere contarnos esa historia.
El videojuego de Brian Wilson es una suerte de ¿rebiografización? de la historia de Carson, una reimaginación en formato de obra llena de puzles de su descubrimiento de las consecuencias de los DDT y de los intentos que hubo por silenciarla. A mí esto me ha dejado bastante loco porque no conocía la historia y porque me parece un tremendo punto de partida para crear una obra así.
Aún sin conocer la historia me ha fascinado el aire surreal del conjunto, cómo mezcla ese seudorrealismo con los puzles de puro videojuego mientras se relaciona con el bosque y avanza en el descubrimiento. A menudo decimos de manera figurada que algo nos ha volado la cabeza o nos ha dejado locos al hablar de jueguitos, y solemos exagerar porque nos dejamos llevar por la pasión y en esta web no tenemos a quien nos corte un poco las alas. Pero les digo, en este caso, The Forest Cathedral sí que me ha hecho perder los estribos. Me maravilla que alguien haya querido hacer un videojuego basándose en una historia así y me reconcilia un poco con el medio.
The Forest Cathedral llegará el 14 de marzo a PC y XBOX. No se queden sin saber qué más bonito se viene y pasen por nuestro calendario indie.
